Temporada de cacería

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Capítulo 26

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Capítulo 26

Me levanté tarde, por fin día libre... por fin sin el antinatural calor que casi derretía a la ciudad que paulatinamente fue recobrando la cordura, enfriándose.

Todavía tenía un sinfín de preguntas; como la nave camuflada, misma que casi seguramente era responsable del inexplicable cambio de orientación de las estrellas que Richard había notado. Pero no hubo tiempo para responderlas.

Las siguientes semanas a la destrucción de la mansión Fox, fueron un caos total pero nada comparado con lo que ya habíamos pasado.

No volvimos a saber nada de Jeremy Trout. Si había sobrevivido o muerto al haberse inmolado para atropellar al cazador y estrellarse contra un árbol era un misterio. Pero al menos su advertencia se cumplió y vinieron hombres de negro que afirmaron ser del FBI (aunque mi intuición y la de mi amigo Schaefer era otra) y se llevaron el cadáver de Andy de la comisaría sin decir gran cosa.

El alcalde Fox y Emma se estabilizaron en el hospital. Ella con la puñalada en el vientre y él con una crisis nerviosa.

Richard no resultó gravemente herido, no tuvo que pasar ni un día en el hospital, donde la doctora Jacobson no pudo evitar preguntar por Archer y Ken.

—Es todo muy confuso —confesó ella guardando un lapicero en la bolsa de su bata.

—Y que lo diga. —respondí ante el silencio de mi compañero.

Schaef había cambiado. Cuando volvimos esa misma tarde a la comisaría, lo noté de una forma casi palpable.

Estaba más callado que antes, se encerraba en el trabajo y evitaba hablar de lo ocurrido. Cuando fue nuestro momento de ser interrogados ni siquiera mostró rastros de haber pasado por todo lo que pasamos. El caso del asesino transparente, nada. Schaef no comentó nada. Como si él mismo lo hubiera borrado de su memoria a voluntad.

Y los registros, en los cuales Amanda McComb había aclarado que estábamos fuera del caso, bueno, nos sirvieron para encubrirnos.

El alcalde Fox organizó un homenaje. Medio centenar de personas habían muerto prácticamente y se reconfortaba diciendo que pudieron ser más de no haber detenido al Asesino Transparente.

En el cementerio no hallé a Richard. Solo me topé los ataúdes, con las fotografías encima. Los policías veían fijamente la imagen del centro: la de Amanda McComb.

Su hija y su madre lloraban desconsoladas al frente.

Ken Koharu descansaba al lado de la capitana; él no tuvo a nadie que llorara su partida, aparte de mí esa tarde. Me acerqué y vi su fotografía por última vez, sonreía con una lupa en la mano, era dramático y sus grandes mejillas por el sobrepeso estaban rosadas. Habría sido un gran amigo. Era de los mejores. Su equipo de forenses lo recordaban por su forma de comer emparedados de atún en plena morgue. No se lo merecía. Nadie en realidad. Me preguntaba hasta dónde había llegado esto. La gente del metro, todos ellos... ¿a qué costo?

Jungla de Concreto | Predator #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora