Steve se dejó conducir por Howard dentro de la mansión y finalmente llegaron a un gran y lujoso comedor donde ya se encontraba un señor con un parche en el ojo. Su amigo los presentó, se trataba del comandante de Shield.
Durante un par de horas, los alfas se dedicaron a explicarle los motivos por los cuales lo habían descongelado. Después de su caída junto a Red Skull, Hydra, desapareció de la faz de la tierra llevándose con ellas sus bases y cualquier rastro de información. No obstante, en los últimos años, la organización había resurgido con mayor fuerza comenzando a apoderarse de algunas naciones con impresionante rapidez. Shield de inmediato se dedicó a investigar cual era el detonante de su fortaleza, descubriendo el uso de armas aparentemente bacteriológicas y desconocidas hasta para los científicos de mayor renombre en el mundo.
Howard planteó la posibilidad de que, en esos años, Hydra había creado un armamento especial y al investigar más a fondo no pudieron llegar a ninguna conclusión, pues no podían acceder a ellas. Aunque la esperanza volvió a ellos cuando el Capitán América fue encontrado en el hielo pues él podría tener información valiosa de las expediciones que había hecho en sus años de gloria.
—Lo siento —se disculpó Steve sintiéndose muy apenado—, pero en las expediciones que lideré no encontramos nada. Lo único que hallamos fueron algunos campos de concentración de omegas y lo que dedujimos era que los utilizaban para prostitución o como esclavos.
—No podemos rendirnos —declaró Fury con tono serio—, aunque no tengas información para aportar en este momento, necesitamos de tu fuerza y capacidad para dirigir un equipo.
Steve miró a Howard sintiéndose muy culpable por ser revivido para combatir la crisis de la asociación terrorista y lo primero que había hecho era herir a su personal y después marcar a su único hijo.
—De acuerdo, enlístenme —pidió con la intención de redimir sus errores.
—Muy bien, pero por el momento debes descansar —sugirió Fury examinándolo—, parece que todavía sigues alterado y te necesitamos con la mente clara. ¿Te parece si te quedas en los dormitorios de Shield por unos días?
Steve asintió sin pensarlo pues nunca había tenido problemas para dormir en cualquier sitio cuando pasaba largos meses lejos de casa, aunque en estos momentos ya no había una casa a la cual volver.
Los tres alfas se pusieron de pie y se dirigieron a la salida de la mansión planeando horarios y lugares en los que tendrían más reuniones para revisar la poca información que tanto Howard como Fury habían logrado reunir.
*****
Tony sentía su corazón frenético mientras caminaba por la mansión. Al parecer su cuerpo reaccionaba por la cercanía de su alfa, un deseo por sellar el vínculo lo abrumaba al punto de querer llorar. Sus pasos lo llevaron a la salida de la mansión donde se encontraban los tres alfas despidiéndose y poniéndose de acuerdo para reunirse en las instalaciones de Shield.
«Se va... y no volveré a verlo», se dijo con gran angustia.
Y antes de que el capitán pudiera irse, se acercó a ellos con un par de zancadas. Ninguno notó su rápido acercamiento antes de tomar la mano del súper soldado, quien se detuvo en seco y volteó a verlo con un semblante sorprendido. Esa mirada extrañada, el contacto con su piel y su calor causó un choque brutal en sus sentidos. Oleadas de excitante adrenalina aceleraron su pulso y al parecer el capitán también había sido afectado, pues respiraba de manera pesada sin quitarle los ojos de encima. El deseo de ambos corría en el ambiente, estaba claro que ese alfa lo deseaba y su lado omega solo quería aferrarse a él y derretirse en sus brazos.
—Tony, basta —exigió su padre con tono grueso.
La voz de su padre no dolía tanto como en otras ocasiones. Sentía el peso de la orden, aunque sus instintos estaban enfocados en alguien más. Estaba a la espera de que ese gran hombre se impusiera y lo reclamara por lo que era. Su omega.
*****
Steve no podía apartar la mirada de esos hermosos y suplicantes ojos castaños. Howard volvió a repetir la orden para que lo soltara y al escuchar la exigencia dura despertó su lado dominante. A pesar de que se veía obligado a no desear el lazo con el pequeño omega, el tono del padre lo estaba alterando y un sentimiento fuerte de sobreprotección estaba comenzando a dominarlo. Todo era una locura, quería resolver la necesidad de afecto de ese omega, deseaba salir a buscar a su amigo, pero sobre todo, no quería seguir defraudando a Howard, ya bastante había sufrido el alfa al morder a su primogénito y poner en riesgo el trabajo de toda su vida.
—Suéltame —gruñó su orden emitiendo sonidos bajos con cada respiración.
Comenzaba a sentirse como una criatura salvaje con cada segundo que esa mano se mantenía fija a su piel, si no se alejaba pronto, estaba seguro de que lo atacaría deseoso por hacerlo suyo. El omega agachó la mirada y lo soltó con inseguridad, podía percibir su decepción y la gran necesidad por mantenerse cerca. La inmediata lejanía y esa expresión de profundo dolor le lastimaron de una forma que no creyó fuera posible. Sentía su corazón desmoronarse en miles de pedazos, una parte de él quería quedarse con ese pequeño omega y sellar el vínculo, pero cuando sus compañeros salieron de la mansión, se obligó a seguir su camino. El omega tenía un prometido y él no debía interferir en su futuro, debía poner distancia para lograr borrar la marca en ese delgado cuello, así le doliera hasta lo más profundo de su alma.
*****
Steve sigue muy alterado y con los sentidos sobre estimulados. Él cree que es porque prácticamente lo revivieron, pero hay otra razón, pronto se verá 😁Nos vemos el viernes ❤️
ESTÁS LEYENDO
El irresistible aroma del amor (Stony)
FanfictionTony Stark en un omega de sangre pura, concebido en uno de los matrimonios alfa más influyentes de Nueva York. Al ser el primogénito de tan importante familia y sin tener la posibilidad de engendrar más descendencia, Howard se ve obligado a comprome...