El irresistible aroma del amor (Stony)

21. Tecnología

— ¡Stark! —Escuchó que gritoneaba Clint a lo lejos.

Tony bufó apretando más el abrazo, en ese momento solo quería derretirse en esos poderosos brazos, no atender un berrinche absurdo de un estúpido alfa.

— ¡Stark, sal de allí o voy a matarte!

Steve se irguió gruñendo furioso. Tony a su vez se obligó a separarse de tan cómodo calor y miró el pequeño pasillo, al final estaba Clint en pose dominante mirando con furia a ambos.

— ¿Qué quieres? —Preguntó fastidiado frotando uno de los brazos de Steve para tranquilizarlo, no quería que el primer enfrentamiento diera lugar en su torre y menos entre los mismos vengadores.

— ¿De qué se tratan esas estúpidas contraseñas? —Farfulló Clint retrocediendo un paso, al parecer estaba comenzando a sentirse intimidado por el agresivo alfa prime.

—Son contraseñas, Barton, debe ser algo inesperado.

— ¿En serio? —Siguió quejándose el alfa— ¿Legolas? ¿Es una maldita broma?

—No, Legolas. Y si quieres conservar tu insignificante vida debes modificar tu tono, el alfa prime está listo para atacar.

Steve lo soltó para ocultarlo tras él y seguir gruñendo sonando cada vez más agresivo.

—El problema no es con usted, capitán —habló Clint dejando de lado el tono agresivo—, pero las contraseñas son humillantes y estoy en desacuerdo con ellas.

—No vuelvas a hablar en ese tono estando cerca de Tony —amenazó Steve acercándose con lentitud hasta que Barton se vio minimizado.

—No volverá a pasar —Clint agachó la mirada luciendo auténticamente asustado.

Steve bufó y se apartó yendo hacia la cocina.

Tony caminó en el pequeño pasillo hasta llegar a Clint para colocar una mano en su hombro.

— ¡Hombre! Estás temblando —se burló dando una palmada—, ya pasará el efecto y cuando suceda tomaré tu queja para obviamente tirarla a la basura.

Siguió el camino de Steve pensando en que había muchas más cosas que explicarle pues toda la torre funcionaba gracias a Jarvis. Aunque decidió darle un respiro al llegar a la cocina donde estaban los demás vengadores quienes tenían la atención puesta en el alfa prime.

—Eso fue cruel —Nat le daba un golpe juguetón en el hombro a Steve quien la miraba con recelo—, casi haces que se arrodille frente a ti, pobre Barton, tardará unas semanas en salir del shock.

Steve sonrió de lado claramente relajándose.

—No permitiré que nadie altere a Tony.

—Lo sabemos —la chica rodó los ojos—, y ahora que somos una manada todos lo cuidaremos, no te preocupes.

Tony al sentir la ligereza del ambiente, tomó asiento frente a la barra al lado de su amigo Bruce.

—Tú siempre provocando problemas —su amigo le dio un codazo a la vez que sentía que la atención se centraba en ellos— ¿no pudiste elegir alguna otra contraseña?

— ¿Acaso querías que la tuya fuera "científico loco" o algo así? —Preguntó con una gran sonrisa.

—Olvídalo —su amigo acarició su cabello de la forma fraternal de siempre.

— ¿Cuál es tu contraseña? —Preguntó Nat quien estaba sirviendo vasos de jugo para los demás.

—Fortachón —respondió sonriente Bruce— ¿y la tuya?