27. Revelaciones

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Después de unas horas de plácido sueño, Tony se despertó incómodo por el calor que volvía a concentrarse en su vientre. Se removió incómodo y levantó la mirada hacia un dormido Steve que era ajeno a sus malestares por el celo. Examinó ese cuerpo desnudo y miró sorprendido que en el hombro de su alfa permanecía la marca de su mano, seguía roja y un poco hinchada y no pudo evitar acariciarla sintiéndose culpable por haberlo lastimado.

Un movimiento en la parte inferior de su pareja lo hizo agachar la mirada dándose cuenta de que algo en él estaba despertando.

—La primera vez que percibí tu celo —escuchó la voz grave de Steve, por lo que desvió la mirada hacia el rostro enrojecido de su alfa—, pensé que era el aroma más delicioso del mundo —no pudo evitar la expresión de sorpresa cuando su pareja lo hizo girar para quedar bajo él—, y ahora me doy cuenta de que no podría vivir sin él.

Los labios de Steve asaltaron su boca en un beso que encendió aún más su calor interno. El peso de ese hombre, su posesividad y el amor que expresaba con cada toque lo hacía sentir valorado, como si fuera la pieza que le faltaba a Steve para ser feliz. Tony dejó salir oleadas de sentimientos cálidos que los empujaron a unir sus cuerpos de nuevo, se movieron como uno, se amaron como si fuera lo único que importara en el mundo, como si fortalecer su vínculo fuera la única razón de su existencia.

*****

Cuando el celo de Tony se controló un poco gracias a las constantes atenciones de Steve, el omega se quejó al sentirse hambriento. Sus necesidades básicas volvían a exigir la atención de ambos.

—Iré por algo de comida —propuso Steve poniendo atención a la reacción de su pareja al pensar en que se pondría a llorar como siempre cuando quería atención, aunque solo lo observó con expresión pensativa— ¿O quieres venir conmigo?

—No —respondió de inmediato Tony tirando de las sábanas cubriendo su desnudez—, mi celo apenas está empezando y no me gustaría que alguien del equipo intentara atacarme.

Steve sonrió con ternura dándose cuenta de que Tony no era consciente de su estado. A pesar de estar en celo, sus feromonas ya no eran solo el aroma dulce del café, sino una mezcla con algo más fuerte que solo le resultaría atractivo a él de ahora en adelante. Aun así, al verlo incómodo no quiso insistir, solo besó su frente y se levantó para colocarse su ropa y salir por comida.

Caminó completamente erguido sintiéndose orgulloso de haber sellado el vínculo con su omega a la vez que se sentía culpable por tener ese tipo de sentimientos, aun así, su lado alfa no lo podía reprimir. Al llegar a la cocina se detuvo de golpe al ver a todo el equipo reunido en un corrillo discutiendo en voz alta, se podía percibir la tensión que se disipó un poco al notar su presencia.

— ¿Steve? —Preguntó Natasha observándolo con recelo.

— ¡Lo hiciste! —Exclamó Thor con orgullo y felicidad acercándose para darle un abrazo y una dolorosa palmada en la espalda— Estoy muy orgulloso de ti, sabía que encontrarías la forma para convencerlo.

Todos le dirigieron miradas incómodas al Dios del trueno, el mismo Steve se sentía un poco extraño, aunque también podía entender la reacción del alfa.

—Espero que no lo hayas forzado —dijo Clint mirando de reojo a Bruce quien se veía molesto— porque conozco a alguien que te hará pedazos si lastimaste una mínima parte de Tony.

—No lo hice —aclaró de inmediato a Bruce con la intención de evitar una pelea que sabía que molestaría a Tony—, sabes que no lo obligaría a nada, él estuvo de acuerdo. Lo necesitaba, ambos lo necesitábamos.

—Lo sé —respondió Bruce con voz gruesa— y también sé que serás un buen alfa para él.

—O si no —completó Nat con una sonrisa burlona.

El irresistible aroma del amor (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora