Tony sintió como la marca del alfa se esparcía en su sistema gracias a la mordida, se sentía como un veneno que lo recorría, creando una atadura invisible que apretaba su corazón. El dolor de la acción se vio sustituida rápidamente por un deseo insaciable por sellar el vínculo. La mordida era apenas la primera parte para crear el enlace con su alfa, sus cuerpos debían unirse para entregarse en su totalidad y lo deseaba, ardía por ello.
Sus pantalones fueron destrozados al igual que su ropa interior. El alfa estaba por completo desnudo y estaba acomodándose entre sus piernas abiertas. Podía sentir la posesividad emanar de aquel gran cuerpo, no desprendía ni una gota de afecto como sucedía cuando convivía con los alfas de su entorno. Aun así, ya no podía frenar lo que estaba a punto de suceder.
Un sonido agudo, acompañado de luces cegadoras aturdió sus sentidos haciéndolo gritar y cubrirse por instinto. Unas manos lo levantaron por la cintura y lo condujeron con rapidez lejos de su alfa. Tony rompió en llanto con gemidos lastimeros mientras escuchaba a su alfa gritar desesperado, exigiendo que le regresaran a su omega.
— ¿Estás bien? —Susurró Happy cuando fue depositado en el piso.
Solo en ese momento pudo abrir los ojos y a pesar de que todavía estaba encandilado, pudo ver la mirada alarmada de su guardián puesta en su cuello. Tony no paraba de gimotear, un llanto muy extraño, era un sonido lleno de angustia el cual no podía frenar.
—Tranquilo —susurró el alterado beta aspirando con fuerza en un claro intento de tranquilizarse—, si sigues haciendo tu llamado omega solo lograrás descontrolar a los demás alfas que quedan en el edificio y no creo ser capaz de salvarte por mí mismo.
Tony llevó las manos a su boca hipando en un intento de cumplir con la sugerencia de su amigo. Ya bastante confundido estaba con lo que había sucedido como para atraer más problemas. En anteriores ocasiones había escuchado hablar sobre el llamado omega, era un llanto particular de su especie, el cual se hacía para pedir auxilio de su alfa y ahora que había sido marcado, había salido por sí solo.
Se escuchó un corto sonido y unas puertas se abrieron frente a él, fue donde comprendió que habían descendido en el elevador. Happy lo levantó en brazos y salieron con prisa. Tony frotó la marca y la realidad poco a poco lo golpeó. La situación era una pesadilla, había sido marcado por un alfa que no era Hammer, se había dejado morder por un jodido alfa que no conocía. El aire del exterior lo hizo estremecer y poco después estuvo dentro del resguardo de la limusina, la cual, cerraron de inmediato y arrancó recorriendo las calles a gran velocidad.
—Happy —susurró Tony aterrorizado aferrándose a su guardián que en ningún momento lo soltó— ¿qué demonios hice?
—Lo que cualquier omega habría hecho en tu lugar —respondió su amigo en voz baja—. No te culpes por lo que pasó, en realidad fue mi responsabilidad por haberte dejado solo.
—No, no es así —respondió intentando incorporarse, pero al notar que seguía desnudo intentó cubrirse avergonzado—. Si no te hubiera desobedecido, nada de esto hubiera pasado.
Sus ojos se humedecieron y tuvo que tragarse su disculpa cuando un nudo en la garganta le cortó la respiración.
—Entonces, dejémoslo en que fue culpa de ambos —respondió el beta con una sonrisa triste—, por el momento solo nos preocuparemos por revisar tu estado anímico.
Tony volvió a gimotear y escondió el rostro en el cuello de su amigo temiendo a la reprimenda que le esperaba en casa.
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—Café... —susurraba Steve al borde de la inconsciencia gracias al efecto de los potentes calmantes— Dulce... —llamaba con desesperación el súper soldado.
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El irresistible aroma del amor (Stony)
FanfictionTony Stark en un omega de sangre pura, concebido en uno de los matrimonios alfa más influyentes de Nueva York. Al ser el primogénito de tan importante familia y sin tener la posibilidad de engendrar más descendencia, Howard se ve obligado a comprome...