31. Un amor de otro mundo

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Después de tener todas sus cosas listas, la manada de vengadores se dirigió a la cima de la torre para una larga tarde descanso. Tony se mantuvo frente a la puerta del ascensor mientras Steve estaba parado tras él y los demás los rodeaban como si fueran sus guardaespaldas. No pudo evitar soltar una ligera risa a la vez que sus feromonas dulces se regaban en el ambiente provocando que todos depositaran una mirada fija en él.

— ¿Qué sucede? —Preguntó Steve agachándose para colocar un beso en su cabello.

—El peligro ya pasó —habló con su voz omega logrando que todos lucieran un poco más tranquilos— ¿podrían relajarse y descansar, aunque sea por unas horas?

Los alfas aspiraron fuerte y al abrirse las puertas todos ingresaron al apartamento comenzando con charlas animadas mientras Tony se dirigía directamente al sofá más cercano.

—Todavía no puedo creer lo de la marca omega —hablaba Clint mientras codeaba a un confundido Steve— ¿de verdad Tony te marcó? ¿No se ha borrado?

Steve estiró un poco su camiseta para mostrar orgulloso la huella sobre el ancho hombro. Nat y Bruce exclamaban sorprendidos pues a pesar de que ya no se veía tan roja, parecía que no se borraría jamás.

—Es casi tan buena como la mía —sonreía Thor al darle un leve golpe en el hombro a Steve.

—Si es tan buena ¿por qué no la has mostrado? —Retó Nat con una sonrisa traviesa al mismo tiempo que Steve desviaba la mirada hacia Tony.

Tony sonrió antes de palmear el sofá, de inmediato su alfa prime se acercó para sentarse a su lado y él con gusto se acurrucó entre esos gruesos brazos.

—Digamos que no está en un lugar muy accesible de ver —respondió Thor con una gran sonrisa—, creo que incomodaría a más de uno en esta sala.

—Creo que ahora estoy más curiosa —siseó Nat acercándose a Thor para rodearlo como si estuviera examinándolo— ¿tendré qué adivinar? ¿Acaso está en tu axila?

—No —respondió Thor colocando ambas manos sobre la cadera—, estás buscando muy arriba.

—No me digas que está en tu trasero —se quejó Bruce apartando la mirada y acercándose a uno de los grandes ventanales— y si es así no quiero saberlo.

—No —volvió a responder Thor con una gran sonrisa—, aunque estás cerca.

Nat detuvo su analítico andar fijando la vista en el pantalón del Dios del trueno.

—Espero que no esté en tu pene porque no puedo imaginar lo doloroso...

—No —interrumpió con una corta risa ese gran hombre—, aunque estás, muy, muy cerca.

Todos lo miraron con confusión, incluso Tony enarcó una ceja imaginando que la marca había sido muy dolorosa para Thor. El alegre momento se vio interrumpido cuando la gran sonrisa de Thor desapareció y se giró luciendo alterado.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Steve haciendo el ademán de que se pondría de pie, aunque el Dios del trueno hizo una seña para que todos se mantuvieran quietos.

—Algo cambió en el ambiente —escuchó el susurro de Thor—, una presencia descendió y...

Una cegadora luz provocó que todos se cubrieran. Steve lo empujó contra el sofá para protegerlo a la vez que emitía gruñidos amenazadores.

—Con que la marca de unión es una burla para ti —escuchó una voz omega que siseaba con furia a la vez que se escuchaban suaves golpes.

Cuando Steve se apartó, pudo ver que un hombre de cabellos negros daba golpes sin fuerza sobre el grueso pecho de Thor quien sonreía lleno de ilusión.

— ¡Loki! —Exclamó el Dios del Trueno aprisionando a ese omega en un fuerte abrazo mientras todos miraban la escena con confusión.

— ¡Suéltame, maldito bastardo! —Exigía ese hombre haciendo aparecer una daga en la mano y clavándola en el hombro del alfa quien no parecía afectado por el ataque— ¡Te largaste de Asgard para jugar con tus nuevos amigos! Mientras yo...

Thor soltó al sujeto para arrodillarse frente a él. Solo en ese momento, Tony se dio cuenta de que el omega tenía una pequeña barriga que sobresalía de sus elegantes ropas. Era un embarazo de unos cuantos meses.

— ¿Has estado vigilándome? —Preguntó Thor presionando la cara en esa pequeña barriga— ¿Eso quiere decir que ya me quieres de vuelta?

Loki se cruzó de brazos y desvió la mirada luciendo avergonzado.

—El nido que construí no es suficiente —farfulló el molesto omega provocando que Thor se pusiera de pie de nuevo.

— ¿¡Construiste un nido¡? ¡Quiero verlo!

Loki lo miró con odio mientras se extendía una pequeña pausa que Tony aprovechó.

—Quiero suponer que eres el famoso omega de Thor —habló con firmeza redirigiendo la atención de todos hacia él— estaba a punto de contarnos acerca de su marca, aunque a mí me gustaría saber dónde llevas la tuya.

Loki frunció el ceño con molestia.

—Ustedes, insignificantes mundanos —habló Loki con desprecio— se fijan en cosas tan absurdas.

El omega extendió su brazo mostrando que llevaba una mordida en el antebrazo.

—La mía está en el interior de mis muslos —habló con orgullo Thor— es un rasguño de tres dedos.

Loki se giró hacia Thor para darle un puñetazo en el abdomen antes de que este volviera a atraparlo en un abrazo.

Tony desvió la mirada intentando imaginarse la pose que estarían haciendo cuando la marca se llevó a cabo, sin embargo, solo visualizaba una pelea de poder y más viendo la forma en como interactuaban esos dos.

—Entonces, cariño —escuchó la voz grave de Thor quien estaba frotando la mejilla contra la de su pareja— ¿me dejarás volver a Asgard?

El tono grave, aunque suave de Thor provocó que Tony volviera a relajarse. Miró con confusión al alfa pues tenía entendido que la voz omega era la única capaz de lograr ese efecto.

—El Bifröst siempre estuvo abierto —escuchó la voz baja de Loki quien elevaba una mirada adormecida hacia el alfa—, todo este tiempo tuviste la oportunidad de volver, pero no quisiste hacerlo.

—Jamás desobedecería una orden de mi lindo omega —siguió hablando Thor con ese tono grave y relajante—, cuando te enteraste que habías quedado embarazado me exiliaste y jamás me atrevería a volver si tú no quieres, ¿puedo regresar ahora?

Los ojos de Loki se llenaron de lágrimas para después ocultar el rostro en ese amplio pecho.

—Vámonos —lo escuchó sollozar—, te necesito en el nido.

—Como digas, amor —respondió Thor con una enternecida sonrisa a la vez que un portal verdoso se abría tras ellos—. Lo siento, amigos —habló en tono alto hacia el equipo—, pero me temo que mi estancia en Midgard ha terminado, espero verlos pronto.

Nadie tuvo tiempo de decir nada cuando el portal los absorbió dejando un silencio ensordecedor en el apartamento.

—Eso quiere decir —habló Bruce en voz baja sin apartar la mirada del espacio vacío donde había estado la peculiar pareja— que todo este tiempo Thor había estado exiliado de su mundo solo por una rabieta de su pareja.

—Eso parece —respondió Nat en el mismo tono.

Tony levantó la mirada hacia Steve quien se mantenía de pie mirando en la misma dirección que todos.

—Creo que hay muchas cosas más que Thor no nos ha dicho —habló Tony tirando del brazo de su alfa quien volvió a tomar asiento a su lado para abrazarlo.

—Y son cosas que yo no quiero saber —sonrió Clint caminando hacia la cocina—, ha sido demasiada información para un día completo.

El equipo poco a poco salió del asombro y continuó con sus conversaciones mientras Steve y Tony permanecían abrazados compartiendo su amor, aunque Tony no podía quitarse de la mente la voz que había usado Thor para tranquilizar a Loki, al parecer los alfas podían hacerlo, aunque no todos eran conscientes de ello.

El irresistible aroma del amor (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora