15. La compra

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Tony se sintió mucho mejor después de haber hecho las paces con Steve, y más que hacer las paces lo único que hizo fue dignarse a dirigirle la palabra. Se había acercado a él con la intención de saber cómo estaba y terminó invitándolo a la presentación de su proyecto para después quedarse dormido bajo él.

Su forma de pensar acerca de ese imponente alfa había cambiado un poco al no sentir con la misma intensidad esa necesidad por poseer. A pesar de que seguía latente, también pudo detectar otro tipo de emociones que eran más fuertes. Podía sentir que Steve reflejaba ese sentimiento de protección que solo su familia y Bruce expulsaban cuando estaban a su alrededor, además de cariño, como si de verdad comenzara a sentir algo por él.

Los días anteriores a su presentación convivieron como buenos amigos, cenaban juntos y hablaban de su día para después despedirse con un beso en la mejilla y cada quien se encerraba en su habitación. Se podía sentir la paz en la mansión y más porque Howard ya no se veía molesto con la situación o al menos se controlaba cuando compartía espacio con la familia.

Faltaba solo un día para que se celebrara el gran evento y Tony todavía no tenía su traje de gala. Happy llegó a la mansión regañándolo pues todavía ni siquiera se había quitado el pijama y estaba desayunando en total calma con su madre. Después de una larga discusión, Tony decidió hacerle caso para que lo dejara en paz y fue a su habitación para asearse y salir lo más pronto posible a buscar el dichoso traje.

No tardó mucho en estar listo y cuando abrieron la puerta para salir de la mansión, se toparon con Steve quien iba a ingresar.

— ¿No deberías estar en tu misión? —Preguntó Tony confundido.

—Por el momento solo hay papeleo qué revisar y no estoy de humor para ello —respondió Steve claramente molesto— ¿a dónde vas?

—Mi niñera me llevará a buscar un traje para la presentación de mi proyecto —se burló Tony mirando de reojo a Happy quien respondió con un bufido molesto—, así que no habrá ruido en la mansión, podrás descansar sin problemas.

—Voy con ustedes —sentenció Steve dando media vuelta en dirección a la limusina donde siempre era trasladado Tony, abrió la puerta y lo miró con atenta seriedad.

—Muy buena idea —mencionó Happy acercándose a la limusina—, por fin tendré quien me ayude con la terrible carga de cuidar al hijo de Stark.

Tony sabía que su niñera estaba bromeando, solían llevarse de esa forma, pero Steve parecía ofendido cuando siguió el recorrido de Happy con cara de pocos amigos y gruñó cuando subió al automóvil. Tony también ingresó y Steve lo siguió de cerca hasta sentarse a su lado y abrazarlo por los hombros mientras Happy permanecía frente a ellos mirando por la ventana.

—No eres una carga —susurró el alfa a la vez que la limusina salía de la mansión.

—No estoy muy seguro de ello —respondió sonriente— y si así lo fuera, solo está bromeando. Créeme le pagan muy bien como para estarse quejando.

Durante todo el trayecto, Steve parecía muy incómodo con la presencia de Happy quien no parecía inmutarse. Era una de las ventajas de los betas, no se daban cuenta de las emociones flotando en el aíre, característica que solo los omegas y alfas podían percibir.

Al llegar al lugar, Steve le ayudó a bajar para después colocar un brazo sobre su hombro y de esa forma entraron a una tienda grande y muy lujosa donde sus padres solían comprar sus trajes de gala. Fueron recibidos con la misma cortesía de siempre haciéndolos pasar a una sala especial llena de espejos donde les sirvieron bocadillos y bebidas espumosas.

— ¡Señor Stark, bienvenido! —Saludó con alegría la dueña del emporio, una diseñadora de modas muy famosa— Su traje ya está listo, si gusta pasar para medírselo.

Tony le dedicó una breve mirada burlona a Happy quien solo lo miró con recelo, se dejó conducir al exclusivo probador donde esperaba su lujoso esmoquin. Su niñera había creído que dejó la compra de su traje hasta el último, cuando ya lo había pedido hace varias semanas.

Al salir del probador, regresó a la sala con espejos, se subió a la plataforma y extendió sus brazos para que las modistas tomaran las últimas medidas para las pequeñas correcciones. Por el espejo vio la mirada atenta de Steve, lo recorría con lentitud y con ojos oscurecidos, casi podía asegurar que si no hubiera tanta gente se le habría ido encima y le hubiera arrancado el traje, algo que lo hizo sentir un poco acalorado.

«Concéntrate», se reprendió a sí mismo sin poder apartar la mirada de ese escultural cuerpo, no era el lugar como para soltar sus feromonas y coquetear con ese hombre.

En cambio, pensó un poco en la recomendación de su madre de dejar salir su encanto omega, pues había resultado muy bien para ambos. Steve se veía un poco hipnotizado con esa actitud y él se sentía mejor aceptando ese lado dulce que había evitado toda su vida. Pues contrario a lo que pensaba, no se sentía sumiso a su lado; su madre había tenido razón, no necesitaba la sumisión, sino su encanto natural.

— ¿Te gusta? —La pregunta le había salido en automático después de que las modistas se apartaran un poco para darle algo de movilidad.

Vio al decidido hombre levantarse y acercarse. Tony se giró y el alfa lo tomó de las solapas con suavidad.

—Ese moño no me gusta —se quejó él mirando la pajarita sujeta en el cuello de su camisa—, te verías mejor con un plastrón, chaleco y con algo más holgado. No sé qué obsesión tienen con que la ropa se les embarre en el cuerpo.

Tony no pudo evitar reír enternecido, al parecer el vejestorio todavía no se acostumbraba a la nueva era.

—Lo siento mucho, pero son tiempo modernos —mencionó sonriente dándose la vuelta para mirarse de nuevo en el espejo—. Y de hecho tú no tienes un traje adecuado para el evento, así que hazme un favor y ve a buscar uno. Aquí se especializan en hacer trajes para alfas, ve y elige uno bonito.

Esperó una queja por parte de Steve o molestia por prácticamente haberle dado una orden, pero cuando vio a las modistas rodearlo y conducirlo para recorrer la tienda sonrió triunfante. Steve se estaba portando de una forma increíble, de verdad daba la impresión de querer agradarlo.

—Él te quiere —comentó Happy con una media sonrisa—, no lo arruines.

Tony rodó los ojos bajando de la plataforma y encerrándose en el probador. Por mucho que su cuerpo lo aceptaba como su alfa, todavía no sabía definir sus sentimientos por ese hombre. Estaba claro que algo comenzaba a surgir, pero no estaba seguro de qué era, tal vez solo era esa necesidad por protección muy característica de su especie, por lo que intentaba no hacerse muchas ilusiones. Prefería que las cosas se mantuvieran así hasta que su parte racional pudiera decidir qué sentía por ese alfa.

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Tony queriendo analizar lo que siente por Steve cuando en realidad ha caído enamorado 😂😂😂

El irresistible aroma del amor (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora