12. El celo del omega

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Tony volvió a la mansión ya entrada la madrugada por un proyecto que debía terminar por un convenio con una empresa extranjera, siempre bajo el cuidado de Bruce y Happy, quienes se aseguraron de que entrara a la mansión y de inmediato se retiraron.

Tony llegó a su cama y se derrumbó en ella quedándose dormido de inmediato, al pasar apenas unos minutos, una sensación de incomodidad lo despertó. Con rapidez se incorporó tosiendo desesperado en busca de algo de aire, se sentía acalorado y muy sensible. Sin poner atención a su condición y malestares, salió de la habitación dispuesto a ir a la cocina por un vaso de agua refrescante. En cambio, se quedó quieto cuando percibió que la puerta de Steve estaba entreabierta.

«Cuando llegué estaba cerrada», pensó confundido y con pasos suaves se acercó para asomarse.

Steve, estaba recostado boca abajo completamente dormido y casi desnudo, la única prenda que llevaba puesta era un bóxer ceñido. Estaba por darse media vuelta e irse cuando el aroma a tormenta sofocante del alfa golpeó sus sentidos y lo obligó a dar unos pasos hacia adelante para acercarse a la orilla de la cama. A pesar de que estaba dormido y emitiendo un suave ronquido, expulsaba sus feromonas como si dentro del sueño intentara marcar territorio con desesperación.

Tony, sintiéndose completamente hechizado por ese varonil aroma, se subió a la cama y se recostó a su lado lo más cerca que podía deseoso de que ese calor aminorara sus propios malestares. El ronquido del alfa se detuvo y lo escuchó olfatear con suavidad dando lugar a un sonido gutural lleno de deseo. Antes de que pudiera reaccionar, un pesado brazo envolvió su cintura y lo atrajo a ese gran cuerpo que expulsaba más de ese delicioso aroma, aun estando dormido.

Steve se recostó encima de él y cuando sintió el peso del alfa, su mente se despejó un poco e intentó escabullirse. Se reprendió a sí mismo por dejarse llevar por su lado omega y forcejeó para apartarlo, pero ya era demasiado tarde pues el alfa le estaba rasgando la ropa con facilidad apartando la parte baja y descubriendo su erección para después romper su camiseta y dejar su piel expuesta.

—Steve, detente por favor —pidió con voz débil sintiendo su piel hormiguear por el toque caliente del alfa.

Ese gran hombre mantenía los ojos cerrados, balbuceando palabras que no tenían sentido, parecía estar bajo un estado de sonambulismo. Al ver que no despertaba, golpeó ese pecho desnudo repetidas veces logrando que Steve emitiera otro gruñido excitado.

Café... —lo escuchó susurrar moviéndose encima de él para retirarse el bóxer y mordiendo con suavidad su cuello.

Al sentir el miembro goteante de Steve rozar su pierna no pudo evitar emitir un gemido excitado. Y antes de perder por completo la cordura, se obligó a hablar:

— ¡Steve! ¡Detente! —Gritó desesperado.

El alfa se detuvo alejando un poco su rostro y parpadeando varias veces. Finalmente, sus ojos se enfocaron en él luciendo muy confundido, la poca resistencia que le quedaba se esfumó cuando liberó sus feromonas y el calor lo abrumó al grado de sollozar, su celo había llegado y él había quedado atrapado bajo el pesado cuerpo del alfa. Se sentía aterrado asegurando que saldría muy herido por despertar los bajos instintos de alguien tan poderoso como ese hombre.

—Entraste en celo —jadeó Steve aspirando sobre su pecho—, necesito reclamarte —gimió angustiado y Tony solo cerró los ojos a la espera de que ese hombre lo hiciera, no había escapatoria cuando su propio cuerpo también lo deseaba.

*****

Steve estaba a punto de caer en la neblina de deseo provocada por las feromonas de ese precioso omega. Sin embargo, intentaba mantenerse cuerdo porque si algo había aprendido de Tony, era que hacía todo lo posible para resistirse a su naturaleza y él no estaba dispuesto a lastimarlo. Si bien, no se amaban, había una atracción mutua y no quería arruinar la química que tenía con esa persona que poseía un aroma tan satisfactorio.

Y aun con todos los pensamientos protectores, su cuerpo tenía voluntad propia al llevar sus manos a las piernas de Tony para abrirlas, su erección se frotó en la humedecida entrada ansiosa por algo de acción. Se inclinó para lamer su mordida en el cuello del omega sintiendo un extraño orgullo a la vez que el deseo por poseerlo lo hizo salivar.

Tony gimió aferrándose a sus hombros y expulsando oleadas de pánico cuando empujó con un poco más de fuerza sin llegar a introducirse. Esa reacción temerosa le ayudó a recuperar un poco de control y retirarse un poco. Aun así, su lado alfa no podía quedarse sin hacer nada, por lo que atrapó la erección del omega junto a la suya y comenzó a frotarlas juntas sin apartar la mirada de esa dulce cara asustada a la espera de que abriera los ojos.

Steve, lo acarició con mayor fuerza al ver esos húmedos ojos abrirse mirándolo con timidez. Se veía tan hermoso cuando dejaba salir su naturaleza; era bello, pequeño y sensible, nada que ver con la actitud arrogante que fingía cuando quería darse a respetar. Gruñó un poco inconforme con su propia caricia porque en realidad deseaba enterrarse en él e inundarlo con su esencia, pero Tony parecía tan frágil y asustado que se limitó a hacer el trabajo manual. Prefería hacerlo de esa forma en ese momento hasta estar bajo control de su propio cuerpo y tener la capacidad de reclamarlo sin llegar a lastimarlo. Además, y lo más importante, quería infundirle confianza para que se entregara por completo cuando estuviera listo para hacerlo.

*****

Estar encerrado en ese calor y ser tocado de esa forma por un hombre maduro como Steve era el placer más grande que había experimentado. Deseaba besarlo, acariciarlo, memorizar cada centímetro de esa firme piel, pero no podía moverse, solo se aferraba a los hombros del alfa mientras gemía y dejaba que satisficiera su cuerpo.

—Tony —gruñó Steve mirándolo fijamente y a pesar de que su mirada oscurecida mostraba el más profundo deseo, el alfa no se veía con la disposición de atacarlo— me encantas, tu cuerpo es tan...

Tony se estremeció cuando la mano libre de Steve recorrió su cintura y emitió un sonoro gemido cuando una corriente de calor le cosquilleó la espina dorsal. Su instinto le estaba ganando partida, sabía que necesitaba dejarla fluir, pero no sabía cómo hacerlo.

Casi en automático, una de sus manos se deslizó sobre el hombro del alfa y recorrió sus temblorosos dedos sobre los tensos pectorales logrando un gruñido excitado y que la firme mano aumentará la presión en su erección. No pudo reprimir sus gemidos complacidos y expulsó sus feromonas de una manera desconocida para él, como si con ellas quisiera abrazar ese gran cuerpo.

—Tú también —habló con voz entrecortada—... eres muy atractivo.

No fueron necesarias muchas más caricias para llevarlo a la cima gimiendo en voz alta casi al mismo tiempo que lo hizo Steve. El líquido caliente del alfa se regó sobre su torso de una manera extrañamente excitante. No se sentía sucio, al contrario, de alguna forma sentía que el vínculo se fortalecía aún más.

—Vete de aquí —pidió el jadeante alfa apartándose y vio con terror como su expresión se volvía salvaje—, vete si no quieres salir lastimado.

Tony se arrastró por la cama y al levantarse se le quedó viendo. Steve se recostó boca arriba revelando su erección como si quisiera dejarle en claro que no estaba a salvo en ese lugar.

—Gracias por cuidarme —susurró con inseguridad—, gracias por no atacarme.

El alfa comenzó a respirar con dificultad emitiendo sonidos graves, por lo que decidió salir de aquel lugar dejando su ropa rasgada atrás. Se encerró en su cuarto para buscar sus supresores, debía ser cuidadoso si quería que Steve se mantuviera tranquilo estando a su lado pues a pesar de desearlo, su cuerpo no se sentía listo para ser reclamado por un hombre tan grande como él y menos cuando el mismo alfa reconocía que no tenía la capacidad para controlarse; al menos no en ese momento.

Sus feromonas se alborotaron al imaginar a ese gran hombre siendo complaciente y todo un caballero, inyectó una buena dosis en su brazo con brusquedad para distraer su enloquecida mente, debía obligarse a mantenerse bajo control.

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Poco a poco se están conociendo ❤️ nos vemos el viernes en otro capítulo ❤️

El irresistible aroma del amor (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora