— ¿Steve Rogers? —Habló Howard Stark con voz segura a un lado del capitán que todavía mantenían atado a la camilla.
— ¿Howard? —Preguntó Steve con confusión.
Su propia voz sonaba ronca e irreconocible, como si no hubiera hablado por tanto tiempo que sus cuerdas vocales se habían oxidado.
—Por fin regresaste —vio suspirar al alfa con alivio y dejarse caer en una silla cercana.
Steve contempló el semblante del científico sin dar crédito a lo que veía. Ese no era el joven Howard que había conocido, era un sujeto canoso, completamente avejentado y con un semblante agotado.
— ¿De verdad eres Howard Stark? —Preguntó en un susurro sin quitarle la mirada de encima.
—Sí, lo siento —se disculpó con rapidez el viejo alfa incorporándose con un gesto adolorido—. Debes de estar muy confundido, ¿qué es lo último que recuerdas?
—La nave —respondió de inmediato—, peleaba con Red Skull y después nada.
Howard arrugó el entrecejo en un gesto confundido.
— ¿No recuerdas nada después de eso? ¿No recuerdas despertar?...
—No creo que sea prudente —puntualizó un sujeto que Steve no había detectado, volteó a verlo encontrándose con un semblante cauteloso.
Y fue entonces donde pudo recordar haber despertado con los instintos sobre estimulados que se cegaron por un delicioso aroma a café.
—Ese omega... —susurró angustiado al casi poder saborear la dulce sangre de la marca.
—Eso no importa por el momento —farfulló Howard desviando la mirada y a la vez mostrando que ese omega era alguien importante para él—. Antes debes saber que fuiste prácticamente revivido.
Steve se le quedó viendo sin entender de qué estaba hablando. Era una idea absurda, como si el ser humano tuviera el poder para revivir muertos. Pero al recordar la pelea con Red Skull y posteriormente un duro impacto, no había otra justificación para estar en aquel lugar con un envejecido Howard Stark.
—Pero entonces —jadeó viendo ansiosamente a su amigo—, debió pasar mucho tiempo como para que te veas así.
Howard lo miró con ese gesto irónico tan propio de él.
—Así es, Steve. Hace cuarenta años que sucedió ese enfrentamiento contra Hydra, permaneciste sepultado todo este tiempo bajo el hielo.
La noticia se sintió como un balde de agua fría.
Casi medio siglo perdido de su vida, cuarenta años que se le habían escapado de las manos.
— ¿Y por qué me revivieron? ¿Qué pasó con Hydra? ¿Lograron salvar al mundo? —Entre más hablaba más nervioso se sentía y sus instintos primarios comenzaban a forcejear contra las cadenas que lo ataban.
—Tranquilo, por favor —pidió Howard sobándose un costado—. Cuando despertaste casi me matas junto con mi equipo, heriste a un omega y por poco destruyes todo el piso.
El remordimiento por ese omega se hizo presente de nuevo obligándolo a mantenerse quieto. Siempre se había mantenido bajo control al estar frente a esa especie, nunca había enloquecido y en gran medida se lo debía a los sentimientos que le tenía a su pareja.
—Peggy —susurró con un nudo en la garganta al darse cuenta de que para ese momento podría estar muerta su adorada beta.
—Necesitamos explicarte muchas cosas —intervino el otro científico—, pero no podemos soltarte hasta estar completamente seguros de que no volverás a perder el control.
Steve aspiró profundo viendo como Howard hiperventilaba al intentar ponerse de pie de nuevo. Había lastimado a uno de los pocos alfas en los que confiaba y tomando en cuenta la edad de su amigo, en ese momento debería estar en la enfermería atendiendo su salud física.
—Se ven muy lastimados —habló en el mismo tono bajo—, vayan a atender sus heridas y déjenme aquí para poner en orden mis pensamientos, esperaré para que puedan responder mis preguntas.
El científico asintió y se llevó casi arrastrando a Howard. Steve clavó la mirada en el techo con la firme intención de mantenerse bajo control, necesitaba respuestas y solo accedería a ellas si cumplía con las peticiones de Howard. Y por mucho que intentaba mantener su mente en blanco, los recuerdos de los últimos acontecimientos se amontonaban como una cascada incesable en su mente.
Una poderosa angustia comenzó a revolverle el estómago recordando al amor de su vida, Margaret Carter. Había conocido a la determinada beta en los inicios de Shield siendo una parte importante de las operaciones que él mismo lideraba. Se había enamorado de ella por la facilidad con la que se daba su relación, no debía cuidar de la emisión de sus feromonas estando a su lado pues su pareja no reaccionaba ante ellas.
A veces le resultaba un poco frustrante no poder marcarla para formar un vínculo como podría hacerlo con un omega, sin embrago, también era un alivio porque crear un vínculo era una responsabilidad muy grande. Involucraba atarse a una persona y mantenerse emocionalmente equilibrados para que la relación pudiera funcionar. Definitivamente resultaba muy fácil estar con Peggy, aunque un poco insatisfactorio.
Suspiró con pesar al recordar al omega y esos preciosos ojos castaños llenos de miedo y deseo. Había encontrado a un ser con un aroma que le causaba una gran satisfacción, su café matutino era su más valioso tesoro al despertar. Inclusive la misma Peggy había dicho en numerosas ocasiones que tal vez su alma gemela debía tener dicho aroma y ahora que salivaba por volver a probar esa suave piel se daba cuenta de que ella tenía razón. Quizá su destino era encontrarse, aunque hubieran nacido en épocas distintas. Todo era muy confuso porque, por una parte, se sentía mal por lo que le hizo a ese omega, pero tampoco podía dejar de pensar en su prometida.
Antes de su última pelea, le había pedido a Peggy que se casaran, estaban a punto de consumar su matrimonio cuando el enfrentamiento contra Red Skull se había puesto en su camino. Y aunque sus planes no se llevaron a cabo y se suponía debía sentirse mal por ello, la realidad era otra; por alguna razón que no alcanzaba a entender, su cuerpo no la extrañaba. Lo único que sentía era un gran deseo por ese desconocido omega y quien era poseedor de tan embriagador aroma.
*****
Está historia no cumple con las fechas exactas de Steve en el hielo para que pudiera coincidir con Howard en el futuro. Ni con fechas ni con otros acontecimientos, lo iré moldeando para adecuar el fic.Nos vemos el viernes para otro capítulo ✌️
ESTÁS LEYENDO
El irresistible aroma del amor (Stony)
FanfictionTony Stark en un omega de sangre pura, concebido en uno de los matrimonios alfa más influyentes de Nueva York. Al ser el primogénito de tan importante familia y sin tener la posibilidad de engendrar más descendencia, Howard se ve obligado a comprome...