La gente pasaba de un lado a otro, ajenos a mi presencia y a la de cualquiera.
Muchos con el ceño fruncido y mirada cansada por un día largo de trabajo, o porque era su hora de comida.Mi ánimo había decaído bastante después de haber peleado con Len.
Agradecí en mi interior al no encontrarmelo cuando salí de casa.
Quizá había salido, quizá a ver a otra chica.No me interesa.
No me digné ni siquiera a manderle un mensaje o verificar si estaba en su habitación.
Salí con el corazón hecho puño y me dirigí a mi encuentro con Piko.
Que por cierto, aún no llegaba.Volví a mirar hacia delante, un soplido salió de mis labios.
—¿Rin? —oí una voz que bien conocía. Sonreí al verle y el me devolvió el gesto medio asombrado, medio nervioso.
— La misma. —contesté burlona — ¿Todo bien al llegar acá?
— Creí que sería el primero en llegar, no quería hacerte esperar.
— Bueno, yo igual quería llegar temprano. — dije porque es cierto, aunque en realidad no quería pasar más tiempo en casa con Len.
— Perdón si parezco atrevido, pero que bonita te ves hoy. — me halaga, sus mejillas sonrojadas lo hacían parecer más joven.
Sin duda era un chico guapo, con la inocencia escrita en su mirada. Demasiado bueno para mí, demasiado dulce que empalaga.
Mis mejillas se tornaron carmesí al oír el halago, porque nadie me había dicho que era bonita.
<<Mentirosa, Len siempre te recordaba lo hermosa que eres.>> dice una voz dentro de mi, aquella que me gustaba ignorar porque solo decía estupideces.
— También te ves guapo hoy. — me atreví a decir.
Piko sonrió, dio una vuelta sobre su eje y guiñó un ojo hacia mi.
Rodee los ojos hacia el cielo y me eché a reír.Pasamos a varios lugares. Fuimos a un comedor —que según piko, hacían buena comida.— y quedé encantada con el sabor de ese lugar. Después pasamos al cine a ver una película de ciencia ficción, que tanto Piko y yo esperábamos ver. Dimos vueltas por el parque y me compró churros con azúcar.
A lo lejos se vislumbraba como el sol se escondía casi en su totalidad.
Era tarde, y sabía que sí no llegaba Len y Nero estarían como locos.Llevé el último de los churros a mi boca y lo mordí. Amaba los churros y cualquier cosa dulce que hace daño.
— Si sigo saliendo contigo me harás engordar — bromeo, Piko voltea a verme.
— Seguirás siendo bonita, gorda a delgada.
— Entonces quieres engordarme— digo más como afirmación, y él se hecha a reír.
— Oh no, acabas de descubrirme. — alza los brazos en modo rendición, y no me contengo de darle un puñetazo a su brazo — ¡Auch! ¿Por qué fue eso?
— Eres un idiota, ya quisieras verme gorda. — una sonrisa de victoria pintó mi rostro al ver como él se masajeaba el brazo.
— Tu ganas, pero ya no me pegues. — dice con una mueca en los labios — Quien diría que con esa estatura pegas más fuerte que un boxeador.
— ¡Eres un...! — mis orejas se enrojecieron de la vergüenza.
Piko salió corriendo mientras reía, y yo le seguí por detrás.

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Amor prohibido.
SonstigesRin y Len son hermanastros; los dos se tienen un aprecio indescriptible, pero al pasar el tiempo ese amor fraternal se convirtió en otra cosa que no pueden describirlo, ¿Que les deparará su futuro?