— Es mejor que confieses ahora que estoy de buen humor. —Len miraba de manera desafiante a una Neru molesta, que se encontraba totalmente acorralada entre la pared y el rubio frente a ella. —Pero te advierto, mientras más tardes menos comprensivo seré contigo.
— ¿Po-por qué mierda yo haría tal cosa? — reprochó, molesta por haber sido descubierta— No es mi culpa, ustedes son los asquerosos que aún siendo hermanos hacen tales cosas.
El puño de Len se estrelló a un lado de la cabeza de Neru, justamente en la pared. El sonido estruendoso hizo erizar la piel a la chica por el terror de la mirada del rubio.
— Tú eres la única quien siente envidia de Rin, no te atrevas a insultarla o te arrepentirás. — una sonrisa se formó en sus labios — Pero debo darte las gracias, nos ahorraste la molestia de decírselo a nuestros padres. Ahora las cosas serán más fáciles.
— Maldito seas... — murmuró con una expresión de enojo y vergüenza, se sentía completamente humillada y no iba a dar paz a ello.
— No quiero volver a ver tu puto rostro, y cuidado si piensas hacer otro de tus sucios juegos.
Len se alejó de ella y continuó su camino, cerrando la puerta detrás suya.
Había acorralado a Neru en el cuarto de conserje, solamente para encararla de una vez. Él sabía que Neru había sido la responsable de aquel problema, después de todo, solo la había usado a su merced para supuestamente olvidar a Rin.
Caminó hasta su salón, sentía un extraño sentimiento de furia dentro de él. Quería golpear a alguien para apaciguar aquel fuego que emanaba desde su interior.°
— L-len, no podemos...
— Por favor, no quiero intentar nada. — la mirada suplicante del rubio terminó por convencer a Rin, quien dio un suspiro y se dejó abrazar por el chico debajo de ella. — Solo quiero estar así un momento.
Ella sabía que algo había pasado. No por nada ahora estaban en la azotea de la escuela, Rin encima del regazo de Len, con ambas piernas a su costado mientras él tenía la espalda contra la pared y escondía la cabeza en el pecho de la fémina. Len había ido por ella en el receso y la llevó hasta la azotea, ahora se estaban saltando una clase completa.
Rin observó los mechones dorados de su ahora novio, y los acarició con la yema de sus dedos. La textura sedosa le dio cosquillas y rió ante ello.
Len sintió el vibrar de su pecho, apretó los labios y hundió más su rostro en él.
Le encantaba aquel sonido del latir de su corazón, una melodía que jamás se cansaría de escuchar.— ¿Pasó algo? — preguntó después de un silencio que no llegaba a ser incómodo. Apretó las mejillas del rubio, obligando así a que la mirase.
— No exactamente, solo quería estar contigo. — sonrió. Se acercó a la rubia y besó con delicadeza el puente de su nariz.
Se quedaron simplemente ahí. Solamente con la presencia del otro y eso era más que suficiente para tener aquel ambiente de comodidad que sólo ambos comprendían. Sin la necesidad de las palabras se decían todo lo que sentían por el otro. Sonrieron y tomaron sus manos, un simple gesto que podía ponerlos nerviosos y aquellas sensaciones floreaban en sus estómagos.
Ambos sabían con certeza que su futuro iría por más, tenían toda una vida juntos por conocer.
— Rin. — Len llamó su atención, tomó ambas manos de la rubia con nerviosismo — Quiero decirte... más bien pedirte algo.
Rin asintió sin aún comprender nada. Rió ante el nerviosismo del chico frente a él y apretó con delicadeza sus manos.
— Cuando acabemos los estudios, cuando seamos grandes en el futuro... — el sonrojo exagerado de sus mejillas y aquel tartamudeo le hizo ponerse nervioso, sin saber como decir aquello que tenía guardado desde hace tiempo — Ahh, mierda— susurró bajo, tratando de tranquilizarse
— A... A lo que voy es que t-tu y yo... — tragó fuerte, procesando las palabras correctas. — ¡¡Me gustaría tener una vida junto a ti!!
— ¿Cas... Casarnos? — preguntó Rin, ahora con un color carmín pintando sus mejillas.
Len asintió avergonzado, bajó su mirada aún sin creer que por fin lo había dicho. Desde pequeño su meta siempre fue estar con Rin toda una vida, estar junto a ella aún hasta el día de la muerte de ambos.
Un cúmulo de lágrimas empezaron a formarse en los ojos de la fémina, comenzó a hipar por la emoción y se abrazó con fuerza al rubio, aún sin creer aquellas palabras, deseando no despertar de un posible sueño.
— N-no llores hermosa — se abrazó a ella y comenzó a acariciar los mechones rubios — solo espero que sea de felicidad.
Ella asintió, aún sin poder formular las palabras correctas. Ambos atónitos, se abrazaban al otro con un infinito sentimiento de felicidad que los inundaba.
— Ya quiero ser mayor. — dejó salir Rin, un poco más calmada
—Yo también nena.
Ambos acercaron su rostro al contrario, unieron sus labios en un beso lento y sin prisas, dejando que el tiempo los consumiera en ese preciso momento. Porque ya nada podría arruinar aquel bello momento tan íntimo para ambos jóvenes aún inexpertos.
Solo deseaban ser felices juntos por toda una eternidad. Y de ser posible, en una nueva vida más allá de la muerte.
🐥
Hola :D
Espero que estén todos muy bien c:
He estado desaparecida mucho tiempo, y no hay justificación la verdad.Solo espero que todos estén muy bien y tengan las medidas necesarias por todo lo que ha estado pasando ahora. Espero que se cuiden mucho, en serio❤️.
También cuiden a sus abuelitos y a todos los adultos mayores, ya que son los más propensos ahora a enfermarse.
Nos vemos en el siguiente capítulo ;) ❤️❤️

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Amor prohibido.
AléatoireRin y Len son hermanastros; los dos se tienen un aprecio indescriptible, pero al pasar el tiempo ese amor fraternal se convirtió en otra cosa que no pueden describirlo, ¿Que les deparará su futuro?