"Y debo decir... que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría"
Julio Cortázar
Abi miraba por el cristal de la ventana el mar que comenzaba a vislumbrarse más allá del acantilado, los rayos de luz reflejaban en el agua cual espejo movedizo que se mecía al compás de las ruedas del carruaje que avanzaba hacia Stoneforest. Su respiración era rápida y agitada, como si fuera a suceder algo inesperado, intranquila, inquieta, triste. A su lado, Kathy hablaba sobre los vestidos y los sombreros de la última entrega, sobre James y sus planes de comprar una propiedad en Londres, sobre el olor del mar... todo parecía distante, lejano, incluso su voz. Alcanzaba a asentir algún que otro comentario, pero para no parecer distraída y que Katherine le preguntara algo de lo que sucedía. Porque no estaba preparada para explicar nada. Era esa angustia y esas ansias, era deseo y era terror. Habían pasado diez meses, dos semanas y cinco días desde la última vez que lo había visto. Ahora estaba tan cerca y a la vez, más lejos que nunca.
-¿Me estas escuchando?
-Sí claro... del vestido borgoña. -Kathy la miró con el ceño fruncido.
-Del vestido borgoña te hable hace media hora Abi...
-Perdóname...
El carruaje se detuvo y James se acercaba a recibirlas, por lo que su amiga se abstuvo de continuar con la conversación, mientras Abi se pintaba una sonrisa en el rostro y estiraba la mano para que él le ayudara a bajar.
-Señorita Abigail... ya la extrañaba. -ella sonrió apenada y el besó su mano.
-Gracias... yo también extrañaba estar por aquí. -Kathy levanto una ceja y aguantó las ganas de reprender a su amiga. Tenía una capacidad de evadir a James que la sorprendía a cada instante.
Mandó que bajaran el equipaje y las acompañó a la sala, que ya se encontraba perfectamente decorada para la celebración, las criadas acomodaban los ramos de lirios en los grandes jarrones y mientras Kathy hablaba con James, miró hacia el balcón y lentamente sin darse cuenta, salió fuera y apoyó sus manos en la baranda. Cerró sus ojos mientras el viento acariciaba su rostro y sus cabellos y recordó su mirada aquella noche donde le había declarado su amor, recordó sus susurro y su deseo de cortejarla, recordó el camino a la casa y su aroma a madera, tabaco, bergamota, cuero, flor de olivo y lima. Sintió desvanecerse sin fuerzas. Se había equivocado, debía haberse quedado en Londres, detrás de las paredes de su casa, que protegían su corazón y callaban recuerdos.
-Abi, subamos a la habitación así descansamos del viaje y nos preparamos para la noche. -Abi asintió. -¿Quieres que tomemos habitación juntas o prefieres estar sola?
-Juntas será mejor. -Kathy asintió sonriente y subieron las escaleras con James que les indicó donde podían acomodarse.
Se quitó el sombrero y el vestido, se dio un baño y se acostó. Cerró sus ojos para que Kathy no le hablara, pues apenas podía pensar en algo más que no sea Andrew y la necesidad imperiosa de verlo, a pesar de todas las veces que se había convencido que despreciarlo era la mejor alternativa.
Podía oír el mar golpeando en las rocas y las gaviotas cantando, deseó estar un trecho más allá sobre esa misma playa, sintiendo sus labios sobre los suyos, robándole aquel beso.
****
Alisó la falda de su vestido y se miró en el espejo, tomó el cepillo y se retocó el peinado, acomodando algunos pequeños cabellos que se habían soltado.
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Una Segunda Oportunidad
Fiksi SejarahCOMPLETA. Abigail Henderson es una muchacha casadera, que en su segunda temporada en Londres es aclamada por los caballeros y pretendida por muchos. Educada y preparada para ser una delicada florecilla, aprovecha las circunstancias para ser bastan...