"A veces
vamos tan rotos por la vida,
que lo único que nos queda entero,
es la sonrisa."
- Enzo. -[Artemis]
No me puedo creer que haya sido tan imbécil y haberle confesado todo, ni si quiera sé por qué lo he hecho, lo único que he conseguido es empeorar las cosas, soy idiota, pero no me voy a rendir, esto sólo lo hace todavía más interesante.
Quiero saber hacia dónde va esto...
En realidad no, simplemente me gusta esta mujer, y me preguntaréis...
¿Qué tiene de especial?Pues a simple vista, nada, he estado con otras mujeres, con un físico espectacular, guapas, pechos grandes y con un culo... en conclusión, voluptuosas, sin embargo, esta mujer no es así... tiene una cara que inspira tranquilidad y dulzura, aunque tiene un carácter de mil demonios, que no aparenta tener, y por último unos preciosos ojos verdes y que complementa perfectamente con sus cabellos rubios.
Pero igualmente, sin ser mi tipo, no puedo apartar mis ojos de ella, y por más que la mire no me canso de observarla... es diferente.
Sé que en el fondo se merecía saber la verdad, no podía seguir más con este engaño, y mucho menos le iba a contar mis desdichas y sucesos dolorosos del pasado, ella no se merece llevar tan gran carga, y la verdad es que... tampoco quiero que cambie su forma de mirarme y tratarme, no lo soportaría, ya tengo suficiente con los demás, ella... no me puede mirar de esa forma.
Mañana a primera hora me voy a presentar en su lugar de trabajo y le voy a plantar cara, si hace falta me pongo de rodillas para pedirle perdón, no voy a dejar que se aleje de mí, es lo que más temo, ya que no le he revelado toda la verdad... escondo muchos más secretos de lo que ella cree, pero no puedo contárselos... por ahora no.
Uno de ellos es que vine aquí, no por trabajo si no porque no soportaba estar en Atenas, los recuerdos me atrapaban, me encadenaban... y su familia... me torturaba día y noche, sin ellos saber que yo mismo lo hacía sin ayuda de nadie...
Mientras que mi familia no opinaba nada al respecto, intentaban animarme pero nunca la mencionaban a ella... Pero mi hermana era diferente, ella me apoyaba, en todo, aunque yo no tuviera la razón o al menos eso creo, ella me la daba... y si eso no es amor, entonces yo ya no se lo que es.
Porque por muchos días, meses y años que pasen, nunca jamás voy a perdonarme que murieran por mi culpa... porque en cierto modo, yo, las asesiné.
. . .
Y aquí os traigo a vuestra dulce o no tan dulce Leyre.
🌹🖤
ESTÁS LEYENDO
En Tu Mirada ©
RomanceUna mujer, un hombre. Heridas, cicatrices... Un pasado difícil de dejar atrás Tanto para él, Como para ella Dos personas diferentes, pero con algo en común Las dos tienen el corazón roto Pero por diversa razón. ¿Encontrarán la forma de sanar las h...