30. "La curiosidad mató al gato."

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Segundos, minutos o incluso horas más tarde, conseguí extraer el olor a alcohol que desprendía su cuerpo, me permitió asearlo

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Segundos, minutos o incluso horas más tarde, conseguí extraer el olor a alcohol que desprendía su cuerpo, me permitió asearlo. El tiempo fue relativo, no volvimos hablar del tema, ni de lo sucedido, los dos nos encontrábamos exhaustos mentalmente...

Cayó el sol, que dio paso a la luna y así, llegando la noche, preparé una cena ligera.
Artemis necesitaba alimentarse, había perdido peso, debido a que estas semanas atrás apenas había probado bocado.

A paso lento, logré que concluyera su cena. Dejó atrás ese color pálido que poseía su cara, y tras haber llevado a cabo mi cometido, a pesar de ser las once y once de la noche lo acompañé a su dormitorio. Necesitaba descansar y dejar atrás esas ojeras violáceas que se posicionaban debajo de sus ojos.

En mi mente bailaban tantas preguntas sin respuesta que no fue ni si quiera una opción para mí, el tratar de conciliar el sueño. Por esa razón deambulé por el ático, buscando inconscientemente descubrir y conocer algo más sobre el hombre que se encontraba en estos momentos descansando.

Para no perturbar sus sueños, baje al piso inferior y tras recoger y vaciar por la pila el poco Whiskey que se encontraba en las botellas, inspeccione las fotos familiares que se encontraban repartidas por la estantería. En la primera fotografía vislumbré a Artemis hacía algunos años atrás, feliz, en lo que pude observar una oficina, agarrado a otro hombre, alto y también bastante apuesto.

En el siguiente marco... era él con su madre. Es algo que no se puede dudar, son idénticos, el mismo color de cabello y de ojos, parece una mujer fuerte, tiene en sus ojos un brillo especial, parece ser que están muy unidos.

En la siguiente foto aparece con una mujer joven, un momento...
Yo la he visto antes... esta chica es la que se encontraba con Artemis el día que fui con Daisy, la barbie morena, mis alarmas saltaron con ella suponiendo que era su novia, pero ahora logro percatarme de que poseen rasgos parecidos, nariz y hasta la sonrisa es parecida, negativo, no es la novia.

Se acabó por hoy la indagación del sujeto durmiente me digo a mi misma, pero al darme la vuelta capto algo, es un marco de fotos que se encuentra caído, la curiosidad me delata pues lo cojo... Aunque al ver la foto preferiría no haberla volteado.

Es una foto familiar, pero esta vez no aparece con sus padres, si no con una mujer besándose en un parque... con una niña en sus brazos.
Pero hay más, más adentro de aquel mueble, hay un papel, tras cogerlo veo que es un dibujo hecho por una niña pequeña, más bien son garabatos. Tras un rato mirándolo consigo divisar una gran casa rodeada de muchos árboles y tres figuras haciendo de personas. En lo alto de la casa aparece el nombre de "La Jimena", luego, encima de cada muñequito aparece el nombre de Aria, Clarissa y Artemis, los tres cogidos de la mano.

No se que está pasando, me siento demasiado confusa, cojo de nuevo la fotografía necesito saber más... Él me perjuro que no era así, pero ahora mismo estoy viendo que eso no es cierto, clavo mi mirada en Ella, en esa mujer... No la he visto nunca antes, pero me resulta familiar, intento hacer memoria, y la única persona que se me viene a la mente es la persona que hizo que Artemis esté ahora mismo en el estado en el que se encuentra, esa mujer de habla griega como él.

Mi cabeza va a explotar, esto me sobrepasa, Artemis tiene o tenía una familia... y su novia tiene parentesco con la mujer de aquella cafetería del centro.

- ¿Qué haces? - Estaba tan sumida en mis pensamientos que no he escuchado a Artemis bajar, y ahora se encuentra a los pies de las escaleras frotándose los ojos, mientras yo me encuentro pálida, y petrificada en donde estoy, sin saber que decir, ni que hacer.

En Tu Mirada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora