16. "Hasta lo imposible."

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"Y sí tengo que bajar la luna para ti,lo haré, aunque me cueste media vidalo haré,para que sonrías toda ella

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"Y sí tengo que bajar la luna para ti,
lo haré,
aunque me cueste media vida
lo haré,
para que sonrías toda ella.
Porque daría lo que me queda de vida
por ver tú sonrisa
día sí,
y día también."


- RB. - 🥀

[Artemis.]

Y aquí me encuentro, sentado en el apartamento de la mujer que me está haciendo perder la cabeza...
Y al fin me permito relajarme, sabiendo que Leyre se encuentra descansando en su cama.

Al dar su fin, el día del beso/bofetada, pensé presentarme en su consulta, pero me planteé las cosas dos veces, y decidí esperar un tiempo, para que ella se pudiera calmar, y así estuviera tranquila, y no hecha un basilisco.

Cuando rememoro lo sucedido esta mañana, me entran ganas de ir en busca de ese degenerado y acabar lo que empecé. No quiero ni pensar en lo que hubiera pasado si yo no hubiera estado allí en ese momento.

Me da igual si tengo que hacer hasta lo imposible para conseguir su perdón, no voy a permitir que me eche de su vida, no ahora que la he probado, y quiero más.

Cada vez que revivo en mi mente, nuestro encuentro, me recorre un escalofrío, y la sangre se me acumula en la zona sur sin poder evitarlo.

Al llegar la noche, decido cocinar algo para la cena, así pues inspecciono la cocina. Después de haber buscado por todos los cajones, inclusive en la despensa, solo he podido encontrar (Aparte de comida precocinada y comida basura), con suerte los ingredientes esenciales para hacer pasta.

Tras haber metido la pasta en el agua hirviendo, escucho unos pasos acercándose, y vislumbro a Leyre, como una niña de cinco años, despeinada y frotándose los ojos.

- Buenas noches bella durmiente, llegué a pensar que de nuevo habrías caído inconsciente. - Sin poder contener mi sonrisa al verla.

Esta, al oírme se sobresalta, y se lleva la mano al pecho debido al susto. Sin reprimirme dejo salir una gran carcajada al verla así. Y no tan frígida y fría, como la conocí en la consulta, ella puede camuflar cuanto quiera sus emociones, en cambio, sus ojos no mienten, reflejan calidez y dulzura, aunque lo intente disimular, a mi no me puede engañar.

- Que susto, daba por seguro que por las horas que son... te habrías marchado...- Susurra apartando la mirada.

Así que no dudo en acercarme a ella y atraerla hacía mi pecho, mientras siento como inspira mi aroma y se relaja.

- Te prometí que me quedaría, al menos hasta que despertaras, que iba a cuidar de ti, y eso, es lo que estoy haciendo. - La intento apaciguar, y le muestro la cena que he preparado para los dos.

Antes de darle tiempo a responder, su tripa ruge, como si tuviera un león dentro, observo como se le suben los colores, y río libremente a la mar de agusto.

Pero intuyo que todo esto se ha acabado, cuando cambia su semblante a uno serio.

- Artemis, te agradezco que hayas hecho la cena, debido a mi situación, pero al terminar, deberías regresar a tu casa. - Sugiere dándome la espalda, y cogiendo los utensilios para poner la mesa, haciéndose la indiferente, como si no le importara nada.

Y como no voy a permitir que estropee este momento, me acerco a ella por detrás, abrazando su cintura y dándole un beso en la sien, y luego en el cuello, y cuando estoy seguro de que no me va abofetear de nuevo, le doy la vuelta y le planto un beso en los labios.

En Tu Mirada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora