MONEY - HS 💵 #1

VII: Paletas de Techo a Suelo

Amanda

Bajé del auto con los tacones en mis manos y sacandole la batería al celular pues mi padre no paraba de llamar y enviar mensajes.

Harry intentaba explicarme pero aún no queria escucharlo, quería estar preparada psicológicamente, sabía lo que ser narcotraficante significaba, he visto películas, sé que no es una persona buena.

Pero él no para de decir que había una explicación y que me amaba; sin embargo, lo cierto era que, estaba aterrorizada de escuchar esa explicación.

Esa mirada fría y oscura de hace tan solo horas me mortificaba demasiado.

El tráfico de armas o drogas, era tan sucio y maligno que la simple idea de que Harry pudiese matar o torturar personas no encajaban con mi Harry, ése hombre dulce y, supuestamente, honrado.

Entré a la casa soltando los tacones al suelo justo en la entrada de la misma, sin entender por qué había decidido quedarme con él, debí haberme ido con mi padre, debería salir corriendo.

Mi cabeza había empezado a doler demasiado, además, de que aún estaba procesando la información pues, no sabía cómo manejar la situación ahora.

¿Qué debía hacer si Harry es esto? Ya sé demasiado, ¿será capaz de hacerme daño?

Harry tomó mi brazo dándome vuelta, haciendo que lo mirara, sus ojos parecían desesperados y cansados

—¿Vas a escucharme, maldita sea? —me hablo entre dientes.

—Honestamente, no sé, estoy pensando seriamente irme y ya —lo amenacé.

Estaba alterada, inquieta, mi pulso estaba agitado y mi mente esperaba escuchar lo peor. Harry me miró por unos segundos y asintió, relamió sus labios antes de hablar.

—Sé que estás pensando lo peor. Sí, mentí. Soy un criminal, es la verdad, pero tuve que hacerlo. MI vida antes de llagar a Roger Woods no era fácil, necesitaba dinero, —él se defendió. 

—Tal vez te entiendo pero, pero no quiero estar con un narcotraficante, Harry —negué con la cabeza—. No puedo crees que me mentiste, trabas con personas malas... No sé ni de lo que era capaz!

Harry me miró con ojos serios.

—Evelyn, Anne y tu, no tienen nada que ver con esto, ese es mi problema, Amanda —él elevó un poco la voz, casi sonando desesperado—. Eres mi novia, mi pareja, no tienes nada que ver con mi trabajo. 

Lo miré con ojos serios.

—No puedo mantenerlas a las dos con un trabajo corriente y tú más que nadie lo sabes, Amanda —Harry continuó—. Lo hice por necesidad.

—Claramente, no lo sabía, creía que tenias un trabajo corriente, Harry, —le dije rodando mis ojos— . Y No te creo. El que se mete a esto es por voluntad propia, no porque lo obligan, o porque no tiene dinero para comer. No me mientas.

Harry se tornó serio—: ¿Y tú qué vas a saber de eso, Amanda?

Su voz sonó dura.

—Bueno, será mejor que e expliques muy bien, Harry —me crucé de brazos. 

—No es necesario que lo sepas —casi gruñó.