XXXII: Karen Y Hallo

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Amanda

A

L DÍA SIGUIENTE.
Me sentía los suficientemente mejor como para sentarme sobre la camilla de la pequeña enfermería que tenía Marco dentro de la casa, en su sótano, Zayn se encargó de encerrarnos dentro de la enfermería, sin Harry él y Chalo podrían mantener el control de la situación. Dormí como nunca había dormido y ahora que recién despierto, deseaba volver a dormir, estar encerrada con Harry en una pequeña habitación era lo último que quería.

—Acuéstate, Amanda —Harry dijo desde su silla.

Justo a un lado de la camilla había un pequeño espejo, que era como un cajón botiquín, en el espejo me pude ver delgada, con el cabello rubio pero desaliñado, unas ojeras endemoniadamente grandes y pálida. Lucía terrible, en mis brazos aún permanecían los moretones, los viejos que nunca terminaron de curar y los nuevos, estaba mucho mejor que antes pero seguía luciendo mal.

Pude ver a Harry observandome por el espejo, miraba mi espalda y torso con ojos serios, tenía una línea fija en sus labios. Parecía frustrado.

—Oh, despertaste, —Karen entró a la habitación seguida de el doctor, pensé que me lo decía a mi pero la vi ir a donde Harry y darle un beso en ma mejilla.

El doctor vino hasta mí y me regaló una mini sonrisa mientras miraba mi espalda, dejé que me revisara mientras sólo me miraba en el espejo, restandole importancia por completo a Karen y a Harry que detrás de mi hablaban en susurros.

—Solo fue una fisura menor aquí, —señaló el lugar donde se sentía más el dolor—. De otro modo, no creo que hayas podido sentarte.

Asentí sin decir nada.

—Tienes moretones por todo lados, querida —el doctor dijo mientras Harry se sacaba de encima a  Karen y caminaba hacia mi—. ¿Necesitas que te recete algo para que sanen más rápido?

Harry me miraba con ojos serios pero sabía que quería hacer preguntas, los ojos se me llenaron de lágrimas cuando empecé a darme cuenta de que ahora era cuando debía lidiar con mis demonios, y dolía demasiado. De repente tenía una vista muy vívida y clara de cómo Marco, Jeff y muchas personas me hicieron sufrir, cada violación, golpe e insulto era reproducido en mi cabeza y no pude evitarlo, solté a llorar.

El doctor acarició mi hombro con suavidad mientras ahogada sollozos en mis manos, pedí entre sollozos que me dejaran sola, que necesitaba una minutos a solas. No descubrí mi mirada hasta que sentí la puerta cerrarse pero bajé la mirada cuando noté que Harry seguía aquí conmigo.

Su mano fue a mi cabello y acarició con suavidad.

—En serio pensé de ti lo peor, —él murmuró y me hizo abrazarlo después, lo apreté con fuerza llorando descontroladamente contra su camisa, ahogando sollozos en su cuerpo—. Pero quiero que me perdones... No tengo palabras para describir lo agradecido que estoy contigo por cuidar de Anne y Evelyn.

Apreté su cuerpo contra el mío porque el sonido del disparo que Harry recibió aquel día retumbaba en mía oído y una parte de mi estaba feliz de que no hubiera muerto.

—Pensé que habías muerto, —le dije entre sollozos con ojos cerradosz sin soltar su cintura—. Aún puedo escuchar el sonido del balazo, las gotas de sangre en mis manos.

Harry tomó mis mejillas y me hizo mirarlo, acarició mis mejillas con suavidad, mirándome con esos ojos brillosos.

—Ya pasó todo, —Harry dijo con suavidad limpiando mis lagrimas.

MONEY - HS 💵 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora