V: Tu No Eres Esto

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Amanda

Estacioné la camioneta de Harry frente a la casa de Lissa, tomé mi bolso y bajé del auto con rápidez.

Eran las once de la mañana y los hombres seguían en la casa de Harry, le había dado una vuelta a la casa de y esta aún tenía esa gente armada alrededor, no quise regresar pero definitivamente necesitaba una explicación aunque tuviera miedo de saberla.

La casa de Lissa estaba a pocos kilómetros del departamento así que no tardé en llegar, su casa era una casa de una planta, con un hermoso jardín en el frente. 

Noté que la moto de Jeff estaba allí y sabiendo que probablemente lo vería caminé a través del jardín pues había una pequeña gruta de cemento que guiaba al porche de la linda casa, al llegar al porche toqué la puerta.

Ella abrió la puerta con rostro serio, me miró de pies a cabeza y negó con la cabeza.

—¿Qué demonios traes encima? —ella me dijo.

Estaba vestida con pantalones blancos por encima del tobillo y una blusa color rosa claro junto con unos tacones que Harry me había regalado, el reloj que me regaló, el collar y la pulsera. Salí en pijamas de la casa así que fui a buscar ropa al departamento del cual ya tenía llave.

Hoy era el almuerzo de Harry con mi padre, y después de lo que acababa de pasar en la casa, quería hablar con Lissa, o tratar de llevarla conmigo. 

—Ya casi es hora del almuerzo con mi padre y Harry —le dije nerviosa—. Quiero hablar.

Ella negó con la cabeza.

—Estas forrada en oro, Amanda —ella me dijo negando con la cabeza—. Esta no eres tu. ¿Qué demonios tienes en la cabeza?

Sí, tal vez lucía diferente y no es la ropa que acostumbro, tampoco es cómoda pero me gustaba, sin Harry no sabría lo que sería sentirse así, linda, sentía que estaba valiendo algo.

—Lissa, por favor —susurré—. Apoyame en esto.

—No, Amanda. No te voy a apoyar en esto, —dijo enojada, fue cuando empecé a tener un sentimiento extraño acerca de su comportamiento, con respecto a Harry—. Vivir con él no te va hacer feliz porque no lo amas.

—Sólo quiero que me apoyes porque eres como mi hermana —le dije suave, sin querer discutir.

—Precisamente, porque soy como tu hermaba me opongo a esto que estás haciendo —ella salió de la casa cerrando la puerta detras de si.

Rodé los ojos—: Dame una razón por la que no deba hacerlo, tal vez, no lo ame pero me hace feliz. Me gusta esto, me gusta que me quiera, Lissa. 

Ella negó con la cabeza.

—Suenas como una prostituta, Amanda
—ella gruñó—. ¿Pero quieres una razón? ¿Una razón por la que te digo que estas cometiendo un error?

—Adelante —me encogí de hombros.

—Jeff gusta tanto de ti como tu de él y está tan decepcionado de lo que estas haciendo con tu cuerpo que no es capaz, ni siquiera, de decírtelo —ella me dijo casi con crueldad—. Lo decepcionaste, Amanda.  Me decepcionaste.

MONEY - HS 💵 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora