MONEY - HS 💵 #1

XX: Marco Andrés Polo (Parte 2)

Amanda

Besé repetidas veces las mejillas de Evelyn y haciendo que me mirara a los ojos hice que me prometiera jamás decirle a su padre que me vio, o que estuve con ella, la niña sí preguntó por qué pero le dije que era una sorpresa.

Me despedí de Anne con un beso en la frente y un abrazo fuerte, y luego abracé a Alan.

Me monté en la camioneta que ya tenía las maletas montadas, bajé el vidrio y los miré, Alan pareció recordar algo y caminó hasta mi.

—Si algo ocurre llámame, y si por alguna razón no llegas a tu destino, llama a este número, —él me tendió el papel, lo tomé dándole una pequeña sonrisa.

Él asintió y después me dejó ir.

~

Paré en el primer salón de belleza que me encontré y allí me tomé el tiempo de organizar de nuevo la maleta, de modo que los billetes quedaran bien escondidos dentro de la maleta.

Me di cuenta de que en la parte de atrás de la camioneta había un pequeño dispositivo, estaba ajustado con tornillos al piso de la camioneta, era como del tamaño de una cajita de fósforos, tenía una antena y un bombillito rojo que se encontraba titilando. Lo dejé donde estaba y pensé en que luego me preocuparía por eso, entré al salón de belleza con dos fajos de billetes de dólares.

El salón de belleza era modesto y lindo, y justo cuando entré me di cuenta de que no me quedaría aqui, en esta mierda perdería como cinco horas.

En la recepción del pequeño lugar vi a la chica que atendía, me miraba de arriba a bajo.

—¿Eres Amanda, no? ¿La novia de Harry Styles? —ella se levantó de la silla y me sonrió.

Era linda de cabello marrón y ojos claros.

—Quiero teñirme el cabello pero quiero que sea lo mas rápido posible —dije tratando de no sonar ruda.

Ella asintió.

—Tenemos un producto que lo hace en sólo dos horas— ella dijo.

Era mejor dos que tres. Ella de una vez me guió hasta la parte del lugar donde habían sillas frente a espejos, me sentó en una y llamó a una estilista, le explicó lo que quería y que fuera lo mas rápido posible; y en seguida la mujer se colocó manos a la obra.

~

Justamente dos horas después ya tenía mi cabello casi listo, cuando empecé a escuchar gritos desde afuera del lugar.

Vi sobre sobre mi hombro, a través del vidral del local que que habían un par se hombres armados, vestidos con ropa sucia y un par de camionetas alrededor del lugar, la mujer que me atendía se hizo al suelo cuando una ráfaga de balazos provinientes de aquellos hombres arribaron el silencio.

Me levanté de mi silla corriendo hacia afuera, mirando que los hombres estaban intentando golpeando la camioneta con bates.

Sentía mi corazón latir con fuerza porque dentro de esa camioneta estaba el dinero y el pasaje de avión.

—¿¡Qué les pasa?! —grité—¡Es mi auto!

Los encapuchados armados me miraron y todo cayó en silencio por unos momentos, ellos parecían estar confundidos, justo como yo, esta gente no trabajaba para Harry, eran como cinco que habían provenido de dos camionetas que tenían aspecto raro, como gente mala, no lo sé.