MONEY - HS 💵 #1

XXIX: Más Verdades

Amanda

Eran las ocho treinta de la noche, había pasado todo el día en el establo planificando con Harry cómo tumbariamos a Marco (cosa que aún me parecía poco creible) Pero por otro lado, Louis y Zayn se encontraba buscando un teléfono, uno que no tuviera límites, con el que pudiéramos llamar a Hallo sin problemas.

Antes de que eso pasara, a Harry lo bajaron, lo sentaron en una silla con sus manos atadas a la espalda, sólo por seguridad,según Louis, porque no confiaba en él.

—Hallo nos dará la protección que necesitamos pero no a todos los compradores y socios los lograra convencer, —Harry dijo mirándome con semblante frío—. Hallo tiene gente que lo apoya ciegamente, pero no todos se dejan llevar por las palabras de Hallo, ellos no te conocen, Amanda, no saben cómo eres ni cómo manejas tu negocio, algunos no se confiarán, si yo estuviera en el lugar de ellos tampoco me confiaria.

—Tiene razón, —dijo Chalo mirándome.

Chalo llevó sus manos hasta su barbilla pensativo.

Me crucé de brazos.

—Hagamoslo más fácil, entonces, —me senté frente a él en un banco que había dentro del lugar—. Diles que tú harás todo el trabajo, que tu necesitas apoyo y que regresarás al juego, con excepción de que no solo debe comprarte a ti sino que a mi también.

Harry soltó una carcajada.

—Ya, claro. Qué buen chiste, ni aunque tuviéramos algo te dejaría entrar —se rió en mi cara y esta actitud de él me estaba sacando de quicio.

Lo miré seria.

—Si no es así no hay trato, —le dije casi entre dientes.

—Bueno, tú eres quien perderá, —Harry me sonrió amargo.

Lleve la botella de vodka a mis labios y le di un gran trago.

—Harry, no sé si te has dado cuenta pero no soy la misma niña estúpida de antes. Si no es con tu ayuda entonces lo haré de otro modo, me costará más, me torturán aún más pero lo voy a lograr y cuando eso pase, tu vas a estar en la calle porque permitiré que te destruyan,—hablé seria pero con un tono amenazador, su rostro empezó a contraerse—. Eres cómo un comodín ahora. Que no se te olvide que estás en la calle, en la casa del hombre que te quiere matar. Aquí el que la tiene de perder, eres tú.

Chalo se rió un poco pero mi mirada fue directo a la de Harry que me demostraba furia pura, quería tener control sobre mi pero no podía y le molestaba, yo lo sabía.

—Tu decides, mi amor, —casi me burlé de él.

Harry expandió los orificios de su nariz, estaba enojado.

—Bien, —gruñó.

Me levanté del banco tomando de la botella de vodka y tomando un cigarro de la mesa donde estaban las pistolas, lo encendí, dejé la botella sobre la mesa y empecé a fumar.

Mi mente no paraba de vagar en la idea de que este Harry que se encontraba frente a mi no era el mismo que yo conocí, no estaba ni cerca de serlo y me frustraba con demasiada intensidad, porque no pensé que luego de todo nos llevaríamos tan mal, no pensé que Harry se comportara de esa forma conmigo. No era como que esperaba rosas de su parte pero, al menos, esperaba algo menos idiota.