XXXVIII: Mala

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Capítulos finales.

Amanda

UN MES DESPUÉS.

Harry confiaba plenamente en mi, Evelyn y Anne siempre se encontraban bajo mi mando y siempre, siempre, llevaba un par de escoltas a donde quiera que fuera. No me había dejado entrar en el negocio por más insistencia que pusiera pero me dejaba entrar en las reuniones con sus negociadores, Hallo, Carson, Brett y otro par de hombres; no me permitía hablar del tema nunca, ni siquiera opinar pero con estar dentro de las reuniones ya era suficiente para mí.

Le hice un peinado rápido a Evelyn antes de tomarla de la mano y salir rápidamente de la habitación escaleras abajo donde estaba Harry esperando por su hija. Él, vestido de traje, con una sonrisa en su boca, tomó a Evelyn en sus brazos y luego pasó su brazos por mis hombros para después besar mi frente.

—Las amo, —murmuró.

Evelyn lo abrazó fuertemente abrazando a su papá por el cuello y luego me soltó.

—Vuelvo para el almuerzo,—me dijo antes de besar mis labios—. ¡Anne, no tengo todo el día!

Harry había decido que lo del asunto de la boda debía ser estrictamente nuestro, por ello, mandaría a Anne y a Evelyn a un viaje con su familia paterna por el Caribe mientras nosotros disfrutamos de una especie de, merecidas, vacaciones. No tenerlas aquí me convenía así que ni siquiera me molesté en oponerme.

Anne bajó las escaleras y me abrazó por el cuello antes de correr detrás de Harry que iba camino al garaje de la casa. En el portal de la sala estaba Jim mirándome con una sonrisa y a su lado estaba Zayn mirándome con una sonrisa también.

—¿Ya está todo listo para esta noche?,— les cuestioné caminando hacia ellos—. Esta noche viene Carson y Hallo, a una cena especial. ¿Te encargaste del servicio, Zayn?

Zayn asintió—: Todo está listo, Amanda.

Le di una mirada a Jim.

—Excelente.

~

Para mi era difícil tener relaciones sexuales con Harry pensando en que quería, por mucho, destruirlo.

No me gustaba verlo a los ojos, o que me besara y me dijeras cosas lindas después, me regañaba a mi misma de saber que seguía amandolo pero a él no lo detuvo el sentimiento cuando me dejo botada en Hawái. ¿Por qué sentirlo yo?

Me coloqué mi vestido de nuevo, me coloqué mis nuevas joyas y peine mi cabello mientras Harry se daba una rápida ducha. Cuando salió, se vistió y me sonrió.

—Te ves hermosa, —él me sonrió tomando mi cintura con firmeza—. Eres la mujer de mi vida.

Lo miré sorprendida porque no me esperaba eso, parpadee un par de veces antes de responder plasmando una sonrisa en mi rostro.

—Y tu deberías ser el mío, por siempre, —casi tartamudee.

Él acarició mi espalda borrando su sonrisa.

—¿Pudo decirte algo? —él susurró.

Asentí llevando mis manos a su nuca.

MONEY - HS 💵 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora