XXVI: Un Plan A Mi Favor (Parte 1)

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Amanda

Era poco creíble para mi que me quedaría en una mansión del porte de un aeropuerto y que estaba yendo como empleada, no como la dueña y señora del lugar, tampoco que quedaría en ése lugar con una bandada de gente mala y que Harry sería el primero destruido por mi.

La casa era de dos plantas, blanca de fachada, unos cuantos ventanales en la parte de arriba, un porche con unas pocas sillas, un jardín delantero de en sueño y a lo lejos, mas alejado de la casa había una especie de establo de madera grande, no era tan pequeño pero parecía ser bastante amplio por dentro.

En mi mente no dejaba de rondar la idea de que pronto escucharía su voz, y estaba aterrada, conmocionada, llena de ganas de gritar pero sin poder hacerlo.

Marco nos guió dentro de la casa que por dentro lucía más bonita, las paredes eran blanco pastel que era contrastado por varios cuadros de colores, muebles de cuero negros, mesas de estar hechas de madera linda y pulida. La sala, compuesta por muebles, era bastante grande luego venía el comedor, las escaleras a la parte de arriba de la casa y un ventanal gigante en la segunda sala de la casa que era antes de salir al patio verdoso.

Él nos dio un pequeño recorrido por la casa antes de parar en el comedor en donde yacía una cantidad inimaginable de comida y fue inevitable para mi pensar cuando fue la última vez que tuve un desayuno así.

De nuevo, maldito Marco.

No sentamos en el gran comedor, Marco en el topa de la mesa, Louis a mi lado y yo a un lado de Marco.

Empezamos a comer en silencio hasta que el celular de el Sr. Edward empezó a sonar, Marco me miró con atención pidiendo que mirara el teléfono.

Habían tres mensajes, todos de un contacto.

Harry.

Abrí la mensajería y miré a Louis antes de empezar a leer.

—¿Ya has llegado a México? Hey, necesito información sobre ti. Me moveré sin ti, si no contestas, —leí.

Parecía mentira pero leer un par de sus mensajes para mi eran estar lo más cerca de posible de él y se me revolvía el estómago.

—¿Moverse a dónde? —Louis preguntó.

Marco se encogió de hombros.

—Está tratando de huir, Louis. Lo más probable es que quiera ir a otro país, no lo sé —dijo Marco—. Debemos actuar rápido. Terminen de desayunar, tomen una ducha y nos encontraremos en sala que se encuentra antes del patio, ¿bien?

Él me miró y yo asentí seria.

Iba a guardar el teléfono de nuevo pero Louis me lo arrebató de las manos y lo guardó él.

—No confío en ti cuando se trata de él, Amanda —dijo pero no contesté pero pude ver a Marco mirar a Louis de forma extraña.

~


Me encontraba tomando una ducha, la mas larga y refrescante que tuve en meses y por enésima vez me encontraba maldiciendo a Marco por hacerme sentir poco humana.

Cuando salí de la ducha envuelta en una toalla fui a la habitación, una pequeña, con una cama pequeña, un closet pequeño y no tenía ventana la habitación. Este cuarto era peor que mi casa solitaria en Roger Woods, al menos, en la cueva dormía cerca de Louis y no es porque eso fuera bueno, sino que al menos con Louis no me sentía tan sola.

Me senté en la cama un rato y suspiré fuertemente.

—Amanda, apresúrate, —Louis entró sin avisar a la pequeña habitación.

MONEY - HS 💵 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora