Narra Tin
Can empezó a besar mis labios, primero lentamente, pero yo quería más, quería todo de él.
Bajó con pequeños besos mojados a mi cuello, luego se dirigió al lóbulo de mi oreja y le dio un pequeño mordisco sacándome un gemido inevitable.
- Can, ya para - dije con la respiración entrecortada.
- No, no quiero - dijo él también con la respiración entrecortada.
- Cantaloupe - al escuchar eso se detuvo y me miró con el entrecejo fruncido.
- No me digas así - llevó sus manos al primer botón de mi camisa y tiró de ella haciendo que todos los botones salgan volando a quién sabe que parte de la habitación.
Dirigió sus besos por mi clavícula, bajando por mi pecho y lamiendo uno de mis pezones. Bajó y bajo pasando por mi abdomen, haciéndome gemir. Se sentía tan bien, tal y como me lo había imaginado. Puso su mano derecha encima de mi entrepierna empezando a acariar de arriba a abajo. En ese momento mi autocontrol estaba por Latinoamérica.
- Mierda, Can, me estas volviendo loco - me senté en la cama y de un moviemiento brusco lo tenía abajo de mi.
- ¿Eso es bueno? - preguntó de una forma pícara.
- No lose, Can. Creo que bueno para mi.
Tomé nuevamente sus labios prohibiéndole decir una palabra más. Él llevó ambas manos por detrás de mi cabeza y empezó a acariciar mi cabello dando pequeños tirones.
Le saqué la playera que tenía con cuidado por la cabeza y admiré su no tan musculoso cuerpo pero que era para mi.
- Can, eres perfecto...- dije. Esas palabras salieron automáticamente por mi boca.
Él se sonrojó y me acarició el abdomen. Con sus manos, desabrochó el botón de mi pantalón y bajó la cremallera. Metió una de sus manos debajo de mi bóxer y acarició en el lugar justo para torturarme. Moví las caderas involuntariamente ante su tacto.
- Can...oh Dios, sí - fue lo único que pude decir.
Sacó su mano de mi miembro y me empujó colocándose él encima de mi otra vez.
- ¿Puedo chuparlo? - preguntó sonrojado y en tono bajo.
- ¿Estas seguro? - le pregunté a lo que él solo asintió con la cabeza y una sonrisa picara en la cara. No puedo creer que aún de borracho pueda ser tan lindo. Sabía que tal vez a la mañana siguiente cuando se despierte se arrepentiría de eso pero en ese momento no me importaba nada más que escuchar sus gemidos indicando que aquello también le estaba gustando a él.
Empezó con un pico en mis labios dejándome con ganas de más, luego iba bajando sin dejar de mirarme a los ojos. Carajo, si sigue así de caliente la situación, no duraremos ni tres minutos.
Tiró suavemente de mi pantalón y lo bajó hasta los muslos, dejando al descubierto el gran bulto debajo de mi bóxer que se había formado desde que estuve a solas con Can. Me quité yo mismo los zapatos con los pies y Can me sacó completamente el pantalón.
Puso ambas manos en mi entrepierna y comenzó a masajear haciendo que mi estomago se contrajera de tantas emociones y sensaciones que estaba teniendo en ese mismo instante.
Bajó su rostro hasta quedar frente a mi miembro y lo que hizo ocacionó que cubra mi boca con mis labios para que el tremendo gemido que solté no se escuchara en toda la casa. Dio un pequeño beso a través de la tela.
- ¡Dios, Can! - ni siquiera se la había metido a la boca y yo ya estaba a punto de llegar.
- ¿Te gusta P'Tin? - era la primera vez desde que nos volvimos a ver que utiliza el P' conmigo.
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Del odio al amor (Tin x Can) [TERMINADA]
Fanfiction- Tin, ¿Recuerdas al señor Suchart? El socio más importante de la empresa - preguntó mi padre y yo asentí - Su hija mayor se llama Sukhon y te casarás con ella dentro de un mes. En ese instante juro que vi todo blanco... ××××××× Esta historia es un...