Del odio al amor (Tin x Can) [TERMINADA]

C a p í t u l o 12

Narra Tin

Después de que Can se haya ido en la mañana no esperaba lo que mi padre estaba a punto de decirme.

- Hijo. Hoy tengo una fiesta de gala que está organizando mi socio, el señor Suchart, padre de tu prometida.

- Papá ¿sigues con eso? Te dejé muy claro ayer que no estoy dispuesto a casarme con nadie.

- Hablame con más respeto, que no se te olvide que soy tu padre - no dije nada y esperé a que continuara - A lo que quiero llegar es que su hija, Sukhon, también irá a la gala. Quiero que te arregles y me acompañes, tienes que empezar a convivir con tu futura esposa. Además tu hermano también irá.

- Papá, no voy a ir a ningún lado y menos con Tul. ¿Para qué? Seguramente la mayoría de la gente que irá a ese lugar me seguirá viendo como el chico descontrolado y problemático que fue delatado por su hermano cuando se estaba drogando en una fiesta.

- ¡Cállate! Tu solo has lo que te digo o me veré en la situación de obligarte a hacer las cosas.

Le dediqué una mirada llena de ira y odio y salí de su oficina encerrándome en mi habitación. Apenas eran las cuatro de la tarde y ya estaba lidiando con todo esto. ¿Por qué el tiempo no se detuvo ayer u hoy cuando estaba tan plácidamente echado en el pecho de Can?

Media hora más tarde me estaba metiendo a la ducha para empezar a alistarme. No me quedaba de otra que obedecer. Pero que mi padre ni crea que porque estaba aceptando ir tengo que tratar bien a esa chica. Ella simplemente llegó para arruinarlo todo.

Cuando terminé de alistarme ya había oscurecido completamente afuera yacía unos minutos así que decidí bajar a la sala. Ahí se encontraba Tul ya cambiado también.

- Hermanito, ¿listo para ver a tu futura esposa? La he visto y no está nada mal.

- Entonces cásate tu con ella - le dije bruscamente.

- Lo haría pero no creo que a mi hijo ni a mi esposa les agrade la idea - se sentó en el mueble - Por cierto, ayer te la pasate bien ¿verdad? Se escuchaban algunos gemidos en la noche.

Carajo, si me habían escuchado y para colmo fue este idiota. Me puse nervioso pero traté de tranquilizarme.

- Eso a ti no te importa.

- Seguro fue una chica con tetas grandes, ¿Que tal eh? - Si supieras... pensé.

Antes de que pudiera responder algo mi padre estaba apareciendo en la sala.

- ¿Mamá no ira? - pregunté.

- No, ella está en una gala de moda y volverá tarde - No se por qué no me sorprendía.

Subimos los tres al auto de mi padre y el chofer empezó a conducir, supuse que ya sabía la dirección del lugar.

Cuando llegamos pude ver que la fiesta se celebraría en un hotel que si mal no recordaba, pertenecía al señor Suchart.

Habían cientos de camarógrafos y reporteros. Nos paramos en la entrada y posamos ante las cámaras, ya se me estaba haciendo costumbre en cada evento. Luego entramos al lugar unos minutos más tarde.

Todos me saludaban hipócritamente o según ellos "cordialmente" y a mi no me quedaba de otra que hacer lo mismo. Después de saludar como a veinte personas nos topamos con el dichoso Suchart.

- Amigo mio - saludó mi padre al señor dándole un apretón de mano y una palmada en la espalda - Buena fiesta.

- Gracias. Estos son tus hijos, ¿verdad?