C a p í t u l o 20

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Narra Can

Simplemente en mi cabeza no cabía la posibilidad de que algo malo le hubiera sucedido a Tin. Él, en tan poco tiempo, me había capturado por completo y ahora me asustaba la idea de poder perderlo.

Ya me había acostumbrado a verlo todos los días, a hablar con él mañana, tarde y noche y a despertar todos los días sabiendo que me esperaría para almorzar con una gran sonrisa iluminando su perfecto rostro.

Ahora íbamos en el auto de Pete, pasando los semáforos en rojo para poder llegar más rápido.

Yo estaba literalmente sin expresión alguna, en shock. Pete y Ae se encontraban en los asientos de adelante y se notaba la cara de ansiedad en cada uno de sus rostros. Nunca pensé estaría en una situación igual, jamás creí que algo así le podría pasar a Tin, sinceramente no sé qué hacer, no sé cómo reaccionar, tengo miedo, mucho miedo.

Llegamos al hospital y Pete revisó en su celular la habitación de Tin, era el 308. Fuimos al elevador y la subida hacia el tercer piso se me hizo eterna, necesitaba saber cómo estaba él. Cuando las puertas se abrieron fuimos rápidamente hacia la habitación de mi chico pero se encontraba cerrada con llave. Solo podía verlo por una pequeña ventana circular.

Estaba echado, se veía tranquilo, en paz, con sus hermosos ojos cerrados pero con el rostro lleno de hematomas.

Fuimos a recepción y ahí pude reconocer a su nana Kulap y a su familia junto a otras personas más que no conocía. Fuimos hasta ellos y nos dijeron que él en ese momento no podía recibir visitas.

Ya era pasada la media noche, todo el día había permanecido en el lugar y todos seguíamos ahí. Eramos su nana, su papá, su mamá, su hermano, Pete, Ae, una chica muy mona, un hombre al que nunca había visto y yo.

Pete se encontraba a mi izquierda, sentado en la incómodas bancas del hospital mientras que a mi derecha se encontraba la chica de hace rato. Ella no lo estaba pasando tan bien, ya que literalmente se estaba cayendo del sueño y en parte me parecía gracioso pero no del todo, ya que a cada instante la cara magullada de Tin se aparecía en mi cabeza.

- Al parecer no dormiste bien - dije bajito, solo para que ella me escuche.

Me miró somnolienta y me sonrió - Pues, ayer robé en una licorería y regresé a las 3 de la mañana a mi casa, en la tarde me fui a investigar en una casa abandonada con unos compas y luego me llamaron diciéndome que Tin vino casi muerto al hospital, ya sabes, lo normal.

Me quedé en silencio por un momento. Para ser la primera vez que habla con alguien me dijo cosas de más.

- Ok... Y por eso tienes sueño ¿verdad? - pregunté

- Ajá - me sonrió - Y ¿tú quién eres? Me refiero a qué relación tienes con Tin.

¿Ella quién era? ¿Acaso una prima? ¿Estaría bien decirle que es mi novio?

- Ehhh...soy...soy un amigo - me limité a responder - ¿Y tú? - me fue imposible no preguntar. Ella pareció sopesar un poco su respuesta hasta que al fin habló.

- También soy su amiga - me sonrió - Soy Sukhon, por cierto ¿y tú eres...? - me tendió la mano y se la estreché.

- Can, puedes decirme Can.

- Como 'poder' en Inglés, que lindo, me agrada.

Me reí - Sí, bueno... El hombre de ahí - señalé con un movimiento de cabeza al hombre de traje que no conocía - ¿lo conoces?

- Ah, sí, es mi padre - contestó restándole importancia.

No pude responderle porque se acercó un médico a nosotros y todos nos pusimos en pie.

Del odio al amor (Tin x Can) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora