—Quedan solo dos semanas para que los chicos se vayan a la universidad.—Comento abatida— Me esconderé bajo una roca para no tener que despedirme y llorar como magdalena, Vin.
—Todo estará bien, Sam. Ellos siempre serán tus amigos.
—Esa es una típica frase para calmar a la gente. ¡Todos sabemos que la distancia es como un grano en el culo cuando se trata de amistades!
—O de amores—Dice él. Levanto mi vista y lo observo. Estamos frente a frente en mi cama, pero yo me encontraba jugueteando con el cuello de su camiseta.
Se ve demasiado tierno con el reflejo de unas pequeñas luces que cuelgan por mis paredes dando luz tenue.
—No seas más dramático que yo, no te lo permito—Me burlo. Vincent lanza una gran carcajada.
Estoy tan cómoda con él. Siempre todo es cómodo en su compañía.
Las conversaciones, las bromas, los silencios, las caricias, los besos, oh sí, los besos sobretodo.
En un rápido movimiento atrapo sus labios en los míos. Por su respuesta algo torpe, noto que definitivamente lo sorprendí. Ni siquiera yo sabía que iba a besarlo así de repente.
Vincent pone su mano en mi cintura y me acerca para profundizar y explorar un poco más mi boca con su lengua. Aprovecho ese movimiento para colar mis manos por debajo de su camiseta. Su torso es mi perdición. No es que esté perfectamente marcado, por Dios, somos aún adolescentes, bueno, al menos él lo es, pero tiene todo perfectamente en su lugar y soy fanática por comprobarlo cada vez que tengo oportunidad. Benditos sean los deportes que practica.
—Tus manos están frías—Susurra contra mi boca. Sonrío. Sí, sonrío porque me parece absurdamente sexy que lo haya dicho.
Toco su estómago y subo hasta sus pectorales. Vincent me jala para que me arrastre sobre su cuerpo. No es que sea una mujer fácil, pero me encanta la idea. Rompo el beso y quito mis manos solo para sentarme a orcajadas sobre sus piernas.
Mmmh, estoy sintiendo muchas cosas en mis muslos justo ahora.
—Estás bastante contento—Le digo juguetona. Vincent toma mis caderas y las presiona mientras hace un movimiento pélvico que debería estar legalmente prohibido.
Busco su boca rápidamente.
¿Alguien encendió la calefacción? Está haciendo mucho calor aquí, joder.
Hemos estado en la base dos algunas veces y lo pasamos increíble. Estoy comenzando a dudar de que solo nos quedemos aquí cuando Vincent pierde sus manos por debajo de mi pijama y aprisiona mis pechos.
—Oh Dios—Jadeo.
—Te pusiste religiosa, que excitante—Se burla. Me río quitándome la camiseta del pijama y dejándole mejor acceso a todo lo que quiera tocar, mirar, besar, morder, bueno, ya se entiende.
Su boca húmeda recorre desde mis labios, pasando por mi cuello, deteniéndose más de lo necesario en mi clavícula para terminar capturando mis pechos. Creo que ya estoy perdida para ese entonces.
¿Mamá tú realmente sí me conoces, no?
—Por favor ya desnúdate—Le ordeno a mi novio quitándome de encima. Vincent murmura algo sobre yo siendo una mandona mientras se quita la ropa. Me recuesto mirando hacia el techo de mi habitación con la respiración agitada y definitivamente con el cabello enmarañado debido al sudor.
¿Realmente nadie encendió la calefacción?
Escucho mi mesita de noche abrirse y a Vincent buscando entre las cosas algún preservativo. Él sabe que los guardo ahí, hemos estado a punto de usarlos, pero las cosas no llegaban tan lejos como ahora.
Mentiría si dijera que no moría de ganas por estar en esta situación.
Oigo cómo se rasga el papel y luego de unos segundos su cuerpo está sobre mí.
—Tú no estás lista—Me acusa observando mi pantalón de pijama aún puesto.
—Oh campeón, solo debes tocar un poco para notar que estoy totalmente lista—Respondo. Vincent luce sorprendido por mis palabras.
—Jodidamente caliente, Sam. No tienes perdón de Dios.
Entre risas logro murmurar que los religiosos también me excitan. Aunque él me roba totalmente el aliento cuando introduce su mano y comienza a explorar con cierta expertise esa zona de placer máximo.
Soy toda jadeos y gemidos cuando vuelve a besarme.
—Me encantas, ¿Lo sabes?
—Sí, sí, por favor, tú dentro de mí, ahora—Le exijo.
—Estaba intentando ser romántico.
—Luego, luego, Vincent.
Quita todo vestigio de mi ropa, separa mis piernas y se introduce en mí de un solo golpe. Arqueo mi espalda debido a las miles de sensaciones que ese acto provocó.
—Joder, mañana apenas podré caminar—Comento aferrándome a su espalda con mis uñas.
—Quizás pasado mañana también—Contesta para luego comenzar a embestir con más suavidad.
••••
—Eso fue increíble.
—¿Lo dices de verdad o solo porque soy tu novio y quieres repetir?—Pregunta mi novio volviendo a meterse a la cama después de deshacerse del preservativo—Mis rostro está aquí arriba, Sam.
Frunzo el ceño y me obligo a subir la mirada.
—Ambas—Respondo. cuando él está a mi lado enredo mis piernas con las suyas.
—Toda una jugadora, no esperaba menos de ti, Samantha Collins.
Vincent comienza a acariciar mi cabello y creo que estoy ronroneando. Rodeo su cintura con mi brazo. Nuestros cuerpos sudorosos son prácticamente uno nuevamente.
—Quisiera repetir todos los días de la misma forma.
—¿Sexo tradicional para siempre? Pff, que aburrida.
Me veo abriendo la boca con total sorpresa.
—¿Cómo dices que dijiste, Vincent?
Nos comenzamos a reír como desquiciados. De todas las cosas en el mundo, nunca creí que mi novio fuese más perverso que yo. No me desagrada la idea de todos modos.
Después de tranquilizarnos tras volver a juguetear un poco. Comienzo a dormitar. Estoy agotada. Ha sido el mejor sexo que recuerde, aunque siendo sincera con suerte recuerdo mi nombre y solo porque Vincent no dejaba de decirlo mientras hacíamos el amor.
—¿Sam?
—¿Sí, Vin?
—De verdad me encantas.
Suspiro. Estoy enamorada a más no poder de este chico pervertido, me tiene por completo y no estoy tan segura de que lo sepa.
—Tú también me encantas Vincent. Me encantas muchísimo. Y te quiero, te quiero, te jodidamente quiero.
Busco su labios y lo beso. Espero que ese gesto pueda transmitir lo tanto que lo quiero. Porque no sé cómo más demostrárselo.
Maldita sea, hasta quizás estoy sintiendo por él un poco más que eso.
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Different Life [#Changes 2]
Teen FictionSamantha acaba de cumplir la mayoría de edad y en vez de cursar una carrera universitaria, ella decidió que quería darse un año sabático. Con un hermano pequeño en casa que consume toda la atención de su madre, un novio bastante ocupado con su últim...