Las partes escritas en cursiva sonflashbacks.
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Enero de 1508
A Enara le dolían las manos.
No es que lavar la ropa fuera un acto entretenido y de su agrado, pero en invierno se convertía en una auténtica tortura.
Cuando el agua de la pila se enfriaba podía sentir el frío atravesando las capas de su piel y llegar hasta el tuétano de sus huesos. Los puños de su blusa se mojaban, y el agua helada trepaba por la tela de su ropa, humedeciendo sus antebrazos.
Sus manos pasaban de ser rojas cuando el agua estaba todavía caliente a blancas, incluso azules, cuando el agua terminaba por enfriarse. Le salían sabañones, y la piel de los dedos se le quedaba tirante y brillante. Y picaba. Oh, cómo picaba.
Se afanó en seguir restregando la recia tela de los pantalones de Shanks contra la tabla de madera, sintiendo cómo la camiseta interior se le pegaba a la espalda a causa del sudor.
El pelirrojo apareció por detrás de ella, con un caldero grande lleno de agua hirviendo.
-Cuidado – le dijo.
Enara sacó las manos de la pila y se reclinó hacia atrás, de manera que el hombre pudiera volcar el contenido en su interior. El agua humeante se mezcló con la fría, y la niña introdujo automáticamente las manos para calentarlas.
-Ve tú ahora a por agua y caliéntala, yo me quedo aquí – le dijo Shanks – Tienes las manos destrozadas.
-De acuerdo – dijo levantándose prácticamente de un salto.
Cogió el caldero que Shanks había dejado en el suelo y se dirigió al río.
El pelirrojo siempre se reía de ella diciendo que nunca iba por los caminos, sino que avanzaba entre la maleza como un pequeño conejo.
Y tenía razón.
Enara se adentraba en el bosque sin importarle que la ropa se le enganchara en las ramas, arañarse las piernas con los arbustos o hacerse heridas en los pies. Y es que a veces necesitaba descalzarse para caminar sobre la tierra; para sentirla. Para ser bosque.
Su vida se había quedado en pausa.
Pero el viento seguía soplando a las nubes. La marea seguía subiendo y bajando. La Luna le daba el relevo al Sol. Los árboles mudaban las hojas. Y las serpientes la piel.
Y necesitaba cerrar los ojos, con los dedos de los pies hundidos en el suelo y las hojas de los árboles enredadas en su pelo, bajo esa gran cúpula azul, para volver a sentirse real.
***
Septiembre de 1522
Había pasado algo más de una semana desde que habían abandonado Oria.
Los piratas habían dejado de ver a Enara en la cubierta; solo abandonaba la enfermería para ir a la cocina a por agua para Ibar. Había dejado de comer; y de dormir.
Si piel se tensaba, pálida y triste, sobre sus pómulos, presididos por dos grandes ojeras. Avanzaba con los ojos fijos en sus pies, sin mover los brazos. Sin levantar el rostro buscando la luz del Sol.
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Venganza
AdventureHabía soñado con oscuridad, con sangre. Con fuego y magma. Había soñado que su padre y su hermano morían; y él no. Era real. Marineford había sido real. Y ahora él estaba solo. 🏅 #3 Shanks 🏅 #1 Shirohige