Las partes escritas en cursiva son flashbacks.
Enero de 1507
Las manos de Shanks apretaron con suavidad la de la mujer.
Comprada con la suya, era pequeña y delicada. Sonrió. A pesar de ser pirata, la piel de la mujer estaba ligeramente más tostada por el Sol que la suya. La recordaba de pequeña, con medio cuerpo sumergido en el río, flotando en el agua junto a los nenúfares y el rostro alzado al cielo.
Se criaron en una isla lejos de Oria. Ella dormía poco, se recogía el pelo y salía de la casa. Siempre antes del amanecer, como si el Sol necesitara su ayuda para alzarse. Observándolo, podía decir la hora y las semanas que faltaban hasta el invierno.
A Shanks siempre le había parecido un pequeño girasol que nació con las pecas puestas.
Deslizó los ojos hasta la niña cabizbaja sentada a su lado.
Enara.
Calculó que debía tener nueve o diez años, aunque su cuerpo enjuto le hacía aparentar siete. Tenía un remolino de pecas esparcidas por las mejillas y el pelo, liso y castaño, retirado tras las orejas. Tardó tres mañanas en percatarse del hoyuelo en su mejilla izquierda.
Podía notar su vivre card palpitar en el bolsillo de su camisa.
El primer día, cuando se presentó frente a su casa, Enara le cerró la puerta en las narices. El hombre se llevó una mano a la nuca, desconcertado, y golpeó por segunda vez la madera con sus nudillos.
Un par de titubeantes segundos después la puerta se entreabrió de nuevo, y ella volvió a mirarle con sus grandes ojos marrones.
-¿Cómo sabes mi nombre? – le preguntó la niña, con medio cuerpo escondido en la oscuridad de su casa.
-Me lo dijo tu madre.
-¿Quién eres? – volvió a preguntar, cerrando la puerta unos centímetros más.
-Soy Shanks – se presentó el hombre.
***
Octubre de 1522
Marco entró en la enfermería, bajando el picaporte de la puerta con el codo, sin siquiera llamar antes.
Los ojos de Ibar, enmarcados por unas profundas y violáceas ojeras, se alzaron confusos hasta él.
-Ella no está aquí – le dijo en tono seco y ligeramente sorprendido.
-Lo se – contestó el pirata – Venía a hablar contigo.
El joven cruzó los brazos sobre el pecho y apretó los dientes. Esa mañana no había accedido a ponerse la prótesis, y ahora se encontraba recluido en esa estúpida e incómoda camilla. Estiró la sábana para tapar el muñón de su pierna izquierda, y Marco tuvo la consideración de no dirigir su mirada a ella.
El pirata colocó sobre el regazo del joven una bandeja con la comida del día. Sopa y lubina. ¿O era dorada? A Nemur siempre se le habían dado mejor esas cosas.
-¿Has venido a pedirme disculpas? – escupió.
-No – suspiró el rubio.
Ibar le miró con los ojos muy abiertos y cerró los dedos en torno al borde de la bandeja de metal. Recorrió su superficie de un vistazo; no le había traído cuchillo. Se preguntó si le haría daño si se la lanzaba a la cabeza.
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Venganza
AdventureHabía soñado con oscuridad, con sangre. Con fuego y magma. Había soñado que su padre y su hermano morían; y él no. Era real. Marineford había sido real. Y ahora él estaba solo. 🏅 #3 Shanks 🏅 #1 Shirohige