Capítulo 51: "Como sabor a miel..."

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Luego de que Rodwen fuese arrastrada de la cantina por un preocupado Nevra, y tras la huida frenética de Erika de las curiosas muchachas que le preguntaban que pasaba entre esos dos, y ella sin entender lo que sucedía se dirige a entregar su bandeja a Karuto,

-. No sé que comer, si la galleta de miel o la fresas chocolatadas-. Una pequeña niña de rosada cabellera, interrumpió los pensamientos de Erika, aquella dulce voz se mostraba indecisa frente a esa bandeja-. ¿Qué me dices, papi?

-. ¡Escoge el que quieras! ¡Da lo mismo! ¡Es comida! ¡Por Odín!-. Señala aquel enano que le acompañaba, y Erika aguantando una carcajada, tras esto, añade

-. La galleta de miel es la especialidad de la casa, es muy deliciosa, puedes creerme, la acabo de comer...-. Tras aquel comentario Erika deja la bandeja en el mueble donde Karuto señaló donde dejar las bandejas vacías, aquella muchacha saca aquella galleta con una gran felicidad-. Hasta luego...

-. ¡Soy Amaia, niña bonita!- y de ese modo, Erika voltea al verla sonriéndole con ternura, imitando aquel gesto

-. Y yo Erika... Un gusto...

En ese momento, mientras Erika se marchaba, Amaia camina buscando una mesa donde poder sentarse, en una divisa a un hombre de larga cabellera azulada, parecía estar perdido en sus pensamientos y ella sonriendo suspirando por el nerviosismo de ser una recluta nueva, se sienta en aquella mesa,
-Buenos días, mi nombre es Amaia...

-Ezarel-. Responde el aludido de forma cortante sin darse cuenta de quien le hablaba, y cuando vuelve su mirada hacia el ser que le había hablado abre sus ojos por la sorpresa de ver a aquella pequeña anthosai al frente de él-"¿No era acaso la niñita que debía cuidar?"-. Y frente a esto, él murmurando una maldición por lo bajo, toma la galleta de miel de su bandeja dispuesto a comérsela, sin embargo, por la fuerza del agarre, esta se le cae al suelo, y él bajando el rostro resignado, añade
-No puede ser...

-No te preocupes, Ezarel, yo tengo otra... Puede ser tuya, si quieres-. El aludido frunce el ceño al ver la amabilidad de aquella niña, se le ocurrían miles de respuestas frente a eso, que no necesitaba de su caridad, que no alegara si después se arrepentía; sin embargo, por una extraña razón, no podía responderle, aguantando su orgullo, acepta aquella galleta, la parte en dos y le entrega la otra mitad a aquella anthosai-. Oh, que amable... Gracias...

Ezarel muerde aquella galleta, tratando de analizar la razón del porque Sion le pidió ser de niñera de aquella muchacha, y suspirando por no poder encontrar la respuesta necesaria, da un sobresalto al escuchar una fuerte voz en el pasillo acercándose cada vez más donde está él-. ¡Esto no puede estar pasando!-. Amaia da un sobresalto al ver a Thorken mirándola con gran enfado, Ezarel arquea una ceja al ver quien hacia el alboroto, y aquel enano que ya estaba con hacha en mano, se acerca hacia aquel elfo y al ver aquella galleta en la mano de aquel, y que la galleta de Amaia le faltaba la mitad, grita con furia-. ¡Sabía que los elfos no eran más que unos aprovechadores! ¡Te crees muy sabio, pero le robas el alimento a una niña!

Ezarel ladea la cabeza confundido-. "¿Qué dice? ¿Que soy un ladrón?"-, frunce el ceño tras aquella ofensa y une sus labios en una fina línea y antes de que pudiera arremeter algo, aquella niña se coloca de pie e insarta en la boca de aquel enano un pedazo de pan para callar su enfado

-. ¡Por Dios! ¡Papá! ¡Contrólate! ¡Yo le di mi galleta!-. A pesar de la rapidez del movimiento de Amaia, ella se movía de manera delicada como una flor, ladea su cabeza permitiendo ver la forma de su cabello era algo irregular, ocasionando que Ezarel se diera cuenta de algo en ellas, ¿Qué era exactamente? Recordó algo que había leído sobre aquellas ninfas y cuando estaba a punto de descifrarlo, un fuerte golpe sintió en la cabeza,

Un Pasado Oculto: Identidad perdida (Libro 1) [Eldarya] {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora