El CG estaba envuelto en una penumbra, las luces volaban por los aires, cada miembro tenía velas en su mano rememorando a quienes habían muerto en la batalla luego de que los reyes de Alexia se habían marchado.
Todos estaban cabizbajos, al ver que no solo padres habían muerto, sino camaradas, aliados y amigos, y en aquella multitud se encontraban, incluso los nuevos inquilinos, aquellos soldados que decidieron quedarse a apoyar por si nuevas amenazas aparecían, y de esa forma, todos ellos rezaban por el descanso eterno de esas almas que murieron en aquella trágica pelea contra el encapuchado, y Miiko mirando la urna que tenía en sus manos, abriendo la tapa y de esa forma, vaciando su contenido de aquellas cenizas pertenecientes a quien siempre la había apoyado tras aceptar el mando de Eel, la muerte de un miembro que afectó a todos, y mirando todos al cielo viendo como las cenizas de Cameria, tras un hechizo de levitación, volaban por los aires llegando a las estrellas que brillaban en esa hermosa noche, y de esa forma, esa hamandriade finalmente fue libre como ella siempre había querido ser.
Finalmente, cuando estas habían desaparecido, aquella hada de la música empezó un canto gregoriano, dando tributo de esa forma a las almas perdidas, y de ese modo, Danna al terminar con aquel canto, dejó a todos inmersos en sus pensamientos, su lacia cabellera castaña bailaba al mismo tiempo que ella dejaba aquel canto y se dirigía al lado de su compañero de historias, quien le entregó un pañuelo al mismo tiempo que la felicitaba.
-Gracias Chrome, eres un chico dulce...-, replico esa muchacha aceptando aquel gesto, frente a un muchacho que refunfuñaba con las mejillas sonrojadas, y suspirando, se veía en aquel escenario como algunos ahogaban sollozos y otros, como Ykhar que lloraba desconsoladamente en el hombro de su amado Kero, sintiendo la gran partida de quien ella consideraba como su buen amiga
-Descansa en paz, querida Cameria, que este día sea el que tu alma se una a las estrellas que tanto amabas...
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••• « Semanas después » •••
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La tristeza aún se podía sentir en el ambiente, pero pronto la alegría abundaría en los corazones de todo el refugio, y eso podía sentir aquella misteriosa mujer de larga y chocolatada cabellera, que con unas pocas trenzas en su costado, suspiraba por aquel gran bullicio que sentía a lo lejos en aquellas colinas, enderezándose haciendo sonar aquel enorme baúl que llevaba a sus espaldas.
Y suspirando por haber llegado, mira al cielo tratando de recordar la razón del porqué había ido, y en ese momento lo recordó-Esa esencia...-, aquella esencia, aquel extraño poder que había llegado hasta su cueva, era lo que le había permitido decidir salir de ahí, e inflando sus pulmones para luego sacar el aire pesadamente, y recordando que no había puesto los hechizos correspondientes para ahuyentar a los intrusos de su cueva, siguió el paso hacia el CG.
-Disculpe, señorita, necesito saber su identidad-, ella se sobresalta al escuchar aquello, bufa molesta tratando de encontrar un papel en su bolsillo al volver a la realidad, molestándose al no poder encontrarlo, viendo como aquel enano la miraba de manera impaciente.
-Me mandan a llamar y ahora esto... extraño mi cueva...-, y finalmente encontrando ese maldito papel, se lo tiende a aquel enano molesta,-Espero que esto sea suficiente-, y al ver aquella nota, la mira asombrado, señalando que podía entrar sin creer quien se había puesto frente a él, y ¿Cómo podía llevar semejante peso en su espalda?
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Un Pasado Oculto: Identidad perdida (Libro 1) [Eldarya] {EN EDICIÓN}
أدب الهواة1⁰ libro de la historia de Un Pasado Oculto: El pasado muchas veces te condena, sobre todo si te fue arrebatado, Erika Le Blanc recientemente supo que fue adoptada y esa misma noche fue secuestrada. Los captores parecen saber algo de ella y despier...