Un Pasado Oculto: Identidad perdida (Libro 1) [Eldarya] {EN EDICIÓN}

Capítulo 67: "El caos y la esperanza"

Las cosas se habían complicado, como no imaginaban, no sabían como ocurrió todo, porque todo pasó muy rápido, los sonidos metálicos sonaban con insistencia, habían muchos seres peleando, familiares dominados por la oscuridad atacando a los niños que huían hacia el interior del CG, siendo protegidos por Leiftan que repelía a aquellos seres con su destreza, y esos niños, dieron un respingo al ver su verdadera forma, grandes alas negras y cuernos en su sien-¿¡Qué hacen!? ¡Corran al refugio ahora!

Y tras esa orden, corrieron por sus vidas a los brazos de sus padres, mientras él era ayudado por Thorken, que no soportaba la idea que duendes malignos, estuviesen tocando el mismo suelo que él-Estoy cansado que me confundan con ustedes, pequeñuelos, vamos, ataquen...

Y de esa forma, él alzando su hacha acaba con la vida de unos cuantos, y así mismo, Leiftan agradecido por ese apoyo peculiar, origina que aquellos familiares abandonen la escena-No peleas nada mal muchacho...

-Tu tampoco grandulón-, Leiftan respondió a ese halago, ocasionando que Thorken sonriera un poco, y sin dudarlo, al ver como esos duendes se dirigían donde estaba Amaia, frunció el ceño

-¡NADIE SE METE CON MI NIÑA!-, tras gritar aquello, varios duendes miraron hacia atrás, asustados, viendo como un gran enano arremetía contra ellos, mientras Amaia que estaba en la cima de la torre al lado de Ezarel, alza sus manos ocasionando que los arbustos y raíces de los árboles bailaran con su mandato, rematando a varios soldados enemigos a su paso, y el jefe de absenta con su ojo de águila, tal como todos los miembros de su guardia, lanzaban flechas certeras contra los ogros agresivos que se acercaban con gran ímpetu por el norte.

Por otra parte, en el interior del CG, la guardia sombra seguían las indicaciones de Nevra, y al ver a los enemigos, activaron las trampas para impedir el paso hacia el primer piso, y al ver que su proeza estaba realizada, Rodwen exclamó-¡Fuego!

Y de esa forma, Musa, lanza una llamarada ocasionando que el aceite se vertiera en el interior de esa cueva, y de esa forma, salvar a los refugiados de ese lugar-Ese druiddorcha no podrá venir por aquí...

Exclamó el ifrit, dirigiéndose al exterior del CG, al mismo tiempo que los de guardia sombra lo hacían, y ayudando a las familias rezagadas entrar, Nevra exclama-Quedémonos a cuidarlos... No estaré tranquilo allá fuera sabiendo que Karenn está aquí sola...

Rodwen asiente frente a esa orden, y calmando a las personas, las dirigen a un lugar seguro-Vamos a la sala de cristal...

En el exterior, se podía ver como en el medio de batalla Sion intentaba llegar hacia Sethir, pero por más que lo intentaba, le era imposible, aquellos espíritus le impedían el paso, todo pasaba muy rápido y su paciencia se acababa, y cerrando sus ojos, buscando la manera de deshacerse de esas criaturas, eleva su poder, ocasionando que la tierra temblara a sus pies.

Sethir por otro lado sonreía al ver que lo estaba haciendo, sonreía al verle así y para provocarlo, toma el cuerpo inerte de esa vampiresa y lo arroja en dirección a Sion, y Suhail que veía todo aquello, arqueó sus cejas con tristeza y de un solo movimiento acabó con los espíritus que impedían el paso a Sion, algo que al parecer no le gustó a aquel druiddorcha.

Si ella iba a darle algo a Sion, que al menos sea en eso, él ya había perdido otra vez a quien amaba y frente a eso, ella no podía hacer nada al respecto, si hubiese hecho bien su trabajo, Sasha estaría viva, si no se hubiese enamorado, Sion hubiese sido feliz con ella, y su voluntad de vida, ahora era proteger a Sion de aquel ser, que al menos sea lo último que haga en la faz de la tierra, antes de que su luz se apagase.

Sion miró sorprendido aquello, veía a Sethir frente a él sin moros en la costa, agradecido profundamente por ello, dirige una mirada a Suhail, pero no podía verle, y sin saber donde ella se había metido, suspira mirando hacia donde aquel druiddorcha se había metido, pero él también había desaparecido.