41 - Necesitando una salida

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[...]

-¿Empacaste tus cosas? - pregunta papá entrando a la habitación.

-Si - digo de mala gana.

-Vamos.

Papá de acerca a mi cama y las toma la maleta que se encuentra encima de esta. Cuelgo la mochila en mis hombros y salimos de la habitación. Bajamos las escaleras.

Me despido de todos y Taylor me lleva a la estación donde se encuentra el micro que debo tomar.

[...]

-¡Allison! - escucho a alguien gritar detrás de mí.

Me doy la vuelta. Mis ojos toman el brillo de las lágrimas de pronto saldrán de estos. Cuando lo tengo enfrente de mí, algunas caen.

-¿A dónde vas?

-Debo ... Ir con ... Mis tíos, mi prima me necesita.

-¿No ibas a despedirte?

-Sabes que no me gustan las despedidas y que estés aquí ... Agh.

-No voy a dejarte ir. 

-Noah, haces esto mas dificil. Mi prima tiene una enfermedad muy grave, debo ir, comprende.

Sin duda se nota que no sirvo para mentir ¿Verdad?

-¿Cuando vas a volver?

-No lo sé.

-¿Prometes que vas a llamarme todos los días?

-Lo prometo.

Me envolvió con sus brazos y sus labios hicieron contacto con los míos. Unas lagrimas cayeron de mis ojos a nuestros labios, dandole al beso, un leve gusto salado. Noah lo notó y se separó.

-No llores - limpió mis lágrimas.

-Noah.

-Dime.

-Yo prometo llamarte todos los días. Tu prometeme que no cambiaras por nadie. Por qué ... No se que haria si yo volviera y tu encuentro con otra. 

-Lo prometo.

Dejo un beso en mis labios y otro en mi frente. Me di la vuelta y seguí caminando. 

No gires a verlo, no gires a verlo, no lo hagas. Se repetía una y otra vez en mi cabeza. Le di mi maleta al señor que lo hacía y subí al bus. Audifonos, musica y mi cabeza apoyada contra la ventana. Faltaba la lluvia pero para eso, estaban mis lágrimas, quienes habían dejado mis jeans manchados de estas.

[...]

Yo sola bajé aqui, el bus seguía su camino. Una casa enorme de color gris, antigua y con plantas quebradas. Los árboles no tenían hojas, las flores estaban secas y a falta de agua. La luna no estaba a la vista, las nubes me decía la gran tormenta que se aproximaba. Me quede frente a la puerta. Toqué el timbre. La puerta se abrió dejándole lugar a una señora.

Vestido amarillo viejo, un cabello marrón con canas grises, unas berrugas en su cuello, unas cejas desprolijas y unos zapatos negros de monja. Hice una mueca. Desagradable.

-¿Tu debes ser Allison? 

-Si - dije de mala gana.

-Ese humor, hagamos como que se quedó en el bus ¿Quieres? Anda, pasa.

Se corrió un poco y entré en el lugar. Las luces, bueno, si así se podían llamar, ya que no alumbraban nada y tenían moscas encima. Las cosas estaban bastantes limpias, pero todas eran antiguas. 

-Acompañame. 

Subió las escaleras y fui tras ella. Me costó subir la maleta, solté un suspiro cuando ya estábamos arriba. Abrió una de las puertas marrones. Había unas diez camas y chicas sentadas en estas. 

-Hola - dijeron todas al unísono.

-Señoritas, ella es Allison. Allison, ellas también son como tu.

-¿Como yo? - dije confundida.

-Problemáticas. Esa es tu cama - señaló la que estaba vacía - Las dejaré solas, para que se conozcan, prepararé la cena. 

Saqué mi celular para llamar a Noah. Antes de que la señora cerrara la puerta, se dio cuenta y la volvió a abrir. Sin que me de cuenta, lo tomó.

-¡Hey! - me quejé.

-Los celulares están prohibidos o cualquier artefacto tecnológico. Cualquier tipo de comunicación está ... Prohibida. 

Fruncí mi ceño y abrí mi boca. 

[...]

-Hey - dijo la chica al entrar.

-¿Que? - pregunté desde mi cama.

-¿No bajarás a cenar? 

-No. 

-¿Por qué no?

-Por qué este lugar es una mierda y la comida, no debe ser excepción. 

-¿Quieres llamar a alguien?

-Si.

Se fue hasta su cama. Me senté en mi cama y la miré confundida. Buscaba algo en su maleta.

-¿Qué buscas? 

Se acercó a mí y me extendió su mano. La abrió y pude ver un pequeño celular. 

-No le digas a la Señora Robinson.

-¿Así se llama?

-No, pero es divertido.

-¿Tu ... Cómo te llamas?

-Eso no importa, anda, no tienes mucho tiempo hasta que suba.

Tomé el celular y marqué el número de Noah. El Tiiii Tiii sonaba. Noah contestó.

-¿Hola?

-Noah, amor. Necesito tu ayuda estoy en ...

-¿Hola? ¿Quien es?

-Noah, soy yo Allison.

-¿Amor?

-Si, Noah. Necesito tu ayuda.

-¿Que? ¿Dónde estás? 

-Estoy en ...

El celular fue arrebatado de mis manos. Aun podía escuchar la voz de Noah preguntar por mi. Hasta que levanté mi vista y vi a la Señora Robinson. Tenía su ceño fruncido. Nos tomó del cabello a la chica y a mi y bajamos las escaleras. Me quejaba del dolor. Al llegar a la sala, todas se nos quedaban viendo.

-Estas dos Señoritas tenían un celular escondido. ¿Eso es correcto?

-No - dijeron todas al unisono.

Tomó una caja donde estaban todos los celulares de todas y los lanzó a la chimenea, la cual estaba encendida.

-¡NO! - se quejaban las chicas viendo como sus celulares se quemaban.

-Eso es lo que les pasa por meterse con quien menos les conviene. 

Se acercó a mi oído.

-Te tengo en la mira, rubia. 

Me tomó otra vez del cabello y a la vez apretaba mi brazo con fuerza. Me lanzó al suelo en una habitación oscura. 

-Tu padre me rompio el corazon ¿Sabias?

La mire confundida y con asco. 

-Si yo no pude tenerlo, tu tampoco tendrás a nadie. Rubiecita, esto no es un cuento donde el final termina con Y fueron felices para siempre. ¿Sabes como terminan aquí los cuentos? Con un ... Todos sus familiares lloraron su pérdida.

Una lágrima salió de mi ojo.

-¿Un novio? ¿Amor? Pff, patrañas. Una mujer no necesita un hombre para ser feliz, y aquí, te enseñaré eso. Haré lo que haga falta para eso. Y si es necesario que te quedes aquí secuestrada, lo haré. Pasarás esta noche y todo el dia mañana aquí, encerrada, sin comida ni nada. Que descanses, Evans. 

Estaría necesitando un salida.

Rompiendo mis reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora