[...]
-¿Empacaste tus cosas? - pregunta papá entrando a la habitación.
-Si - digo de mala gana.
-Vamos.
Papá de acerca a mi cama y las toma la maleta que se encuentra encima de esta. Cuelgo la mochila en mis hombros y salimos de la habitación. Bajamos las escaleras.
Me despido de todos y Taylor me lleva a la estación donde se encuentra el micro que debo tomar.
[...]
-¡Allison! - escucho a alguien gritar detrás de mí.
Me doy la vuelta. Mis ojos toman el brillo de las lágrimas de pronto saldrán de estos. Cuando lo tengo enfrente de mí, algunas caen.
-¿A dónde vas?
-Debo ... Ir con ... Mis tíos, mi prima me necesita.
-¿No ibas a despedirte?
-Sabes que no me gustan las despedidas y que estés aquí ... Agh.
-No voy a dejarte ir.
-Noah, haces esto mas dificil. Mi prima tiene una enfermedad muy grave, debo ir, comprende.
Sin duda se nota que no sirvo para mentir ¿Verdad?
-¿Cuando vas a volver?
-No lo sé.
-¿Prometes que vas a llamarme todos los días?
-Lo prometo.
Me envolvió con sus brazos y sus labios hicieron contacto con los míos. Unas lagrimas cayeron de mis ojos a nuestros labios, dandole al beso, un leve gusto salado. Noah lo notó y se separó.
-No llores - limpió mis lágrimas.
-Noah.
-Dime.
-Yo prometo llamarte todos los días. Tu prometeme que no cambiaras por nadie. Por qué ... No se que haria si yo volviera y tu encuentro con otra.
-Lo prometo.
Dejo un beso en mis labios y otro en mi frente. Me di la vuelta y seguí caminando.
No gires a verlo, no gires a verlo, no lo hagas. Se repetía una y otra vez en mi cabeza. Le di mi maleta al señor que lo hacía y subí al bus. Audifonos, musica y mi cabeza apoyada contra la ventana. Faltaba la lluvia pero para eso, estaban mis lágrimas, quienes habían dejado mis jeans manchados de estas.
[...]
Yo sola bajé aqui, el bus seguía su camino. Una casa enorme de color gris, antigua y con plantas quebradas. Los árboles no tenían hojas, las flores estaban secas y a falta de agua. La luna no estaba a la vista, las nubes me decía la gran tormenta que se aproximaba. Me quede frente a la puerta. Toqué el timbre. La puerta se abrió dejándole lugar a una señora.
Vestido amarillo viejo, un cabello marrón con canas grises, unas berrugas en su cuello, unas cejas desprolijas y unos zapatos negros de monja. Hice una mueca. Desagradable.
-¿Tu debes ser Allison?
-Si - dije de mala gana.
-Ese humor, hagamos como que se quedó en el bus ¿Quieres? Anda, pasa.
Se corrió un poco y entré en el lugar. Las luces, bueno, si así se podían llamar, ya que no alumbraban nada y tenían moscas encima. Las cosas estaban bastantes limpias, pero todas eran antiguas.
-Acompañame.
Subió las escaleras y fui tras ella. Me costó subir la maleta, solté un suspiro cuando ya estábamos arriba. Abrió una de las puertas marrones. Había unas diez camas y chicas sentadas en estas.
-Hola - dijeron todas al unísono.
-Señoritas, ella es Allison. Allison, ellas también son como tu.
-¿Como yo? - dije confundida.
-Problemáticas. Esa es tu cama - señaló la que estaba vacía - Las dejaré solas, para que se conozcan, prepararé la cena.
Saqué mi celular para llamar a Noah. Antes de que la señora cerrara la puerta, se dio cuenta y la volvió a abrir. Sin que me de cuenta, lo tomó.
-¡Hey! - me quejé.
-Los celulares están prohibidos o cualquier artefacto tecnológico. Cualquier tipo de comunicación está ... Prohibida.
Fruncí mi ceño y abrí mi boca.
[...]
-Hey - dijo la chica al entrar.
-¿Que? - pregunté desde mi cama.
-¿No bajarás a cenar?
-No.
-¿Por qué no?
-Por qué este lugar es una mierda y la comida, no debe ser excepción.
-¿Quieres llamar a alguien?
-Si.
Se fue hasta su cama. Me senté en mi cama y la miré confundida. Buscaba algo en su maleta.
-¿Qué buscas?
Se acercó a mí y me extendió su mano. La abrió y pude ver un pequeño celular.
-No le digas a la Señora Robinson.
-¿Así se llama?
-No, pero es divertido.
-¿Tu ... Cómo te llamas?
-Eso no importa, anda, no tienes mucho tiempo hasta que suba.
Tomé el celular y marqué el número de Noah. El Tiiii Tiii sonaba. Noah contestó.
-¿Hola?
-Noah, amor. Necesito tu ayuda estoy en ...
-¿Hola? ¿Quien es?
-Noah, soy yo Allison.
-¿Amor?
-Si, Noah. Necesito tu ayuda.
-¿Que? ¿Dónde estás?
-Estoy en ...
El celular fue arrebatado de mis manos. Aun podía escuchar la voz de Noah preguntar por mi. Hasta que levanté mi vista y vi a la Señora Robinson. Tenía su ceño fruncido. Nos tomó del cabello a la chica y a mi y bajamos las escaleras. Me quejaba del dolor. Al llegar a la sala, todas se nos quedaban viendo.
-Estas dos Señoritas tenían un celular escondido. ¿Eso es correcto?
-No - dijeron todas al unisono.
Tomó una caja donde estaban todos los celulares de todas y los lanzó a la chimenea, la cual estaba encendida.
-¡NO! - se quejaban las chicas viendo como sus celulares se quemaban.
-Eso es lo que les pasa por meterse con quien menos les conviene.
Se acercó a mi oído.
-Te tengo en la mira, rubia.
Me tomó otra vez del cabello y a la vez apretaba mi brazo con fuerza. Me lanzó al suelo en una habitación oscura.
-Tu padre me rompio el corazon ¿Sabias?
La mire confundida y con asco.
-Si yo no pude tenerlo, tu tampoco tendrás a nadie. Rubiecita, esto no es un cuento donde el final termina con Y fueron felices para siempre. ¿Sabes como terminan aquí los cuentos? Con un ... Todos sus familiares lloraron su pérdida.
Una lágrima salió de mi ojo.
-¿Un novio? ¿Amor? Pff, patrañas. Una mujer no necesita un hombre para ser feliz, y aquí, te enseñaré eso. Haré lo que haga falta para eso. Y si es necesario que te quedes aquí secuestrada, lo haré. Pasarás esta noche y todo el dia mañana aquí, encerrada, sin comida ni nada. Que descanses, Evans.
Estaría necesitando un salida.
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Rompiendo mis reglas
Teen Fiction3 chicas, un cambio radical, el amor de secundaria y una estúpidas reglas. "Empezó como un juego, terminó formando un imperio" Y todo gracias a unas estúpidas reglas. ¿Quien lo diría?