[...]
¿Me creerian si les digo que tengo veinte?
Pues si. Hoy vuelvo a casa ... En una hora, mejor dicho. Ya guardé la ropa que estaba tirada debajo de mi cama. Solo tres de las chicas salieron, y cinco nuevas entraron. Por suerte según la "Señora Robinson" aprendo rápido. Dijo que me quedaría allí más tiempo pero le recordé lo qué ella dijo de mi madre.
Subo la manija de mi valija, salgo de la habitación y bajo las escaleras (como puedo). Salgo al triste jardín delantero. La Señora Robinson y las demás chicas están una al lado de la otra viéndome.
-Suerte con las sobras de la vida, Señora Robinson - susurro en su oído.
Miro a los costados y veo como el auto azul eléctrico se acerca. Veo a Jake bajar de el. Le sonrio y enriendo sus brazos alrededor de su cuello. Planto un beso en su mejilla.
-¡¿Tu?! ¡Traidor!
Me doy la vuelta y le sonrio a la vieja, ahora molesta, Robinson.
-¿Sabe que? Renuncio.
Lo veo emocionada.
-¿Aceptas mi propuesta de venir conmigo?
-Claro. Ya recorrí este pueblo unas cien veces de lo pequeño que es.
[...]
Llego a casa y bajo del auto emocionada. Abro la puerta y abrazo a la primera persona que veo.
Noto qué es Félix y me separo. Le pego una cachetada.
-Dijiste que harías todo lo posible para sacarme y ya tengo veinte años.
Se acaricia la mejilla y se queja.
-También tengo mis problemas.
Alguien baja los escalones corriendo. Y yo corro a ella. Me salen múltiples lagrimas.
-Hija - siento sus lágrimas en mi ropa.
Luego de un largo abrazo se separa un poco.
-Lo siento, la emoción, cariño.
Limpia sus lágrimas. Mira a Félix con su ceño fruncido.
-¿Tu sabias donde estaba?
Su madre le pega una cachetada. Felix se frota la mejilla. Rio. Cristal vuelve a sonreirme.
-¿Y papá?
-El ... Está en el hospital.
Mis lágrimas cambian de felicidad a preocupación.
-¿Como que en el hospital?
-Se ah estado embriagando por el error de mandarte allí.
-Pero ...
-Descuida, está bien. Luego iremos a visitarlo.
-Bien. Iré a ver a Noah - digo emocionada.
-Sobre eso ... - dice Félix ante de que cierre la puerta.
Tarde, ya la cerré. Le digo a Jake que espere donde esté. Entro a la casa, pues la puerta está abierta. Al parecer no hay nadie. Subo las escaleras corriendo y abro la puerta de la habitación de Noah. Mas lagrimas, ahora de corazon roto, o ... rompiéndose.
Noah encima de Megan.
-Yo también te extrañe, amor mio - digo sarcástica.
Noah se levanta y abrocha sus pantalones. Miro la foto del estante y los veo a ellos.
ESTÁS LEYENDO
Rompiendo mis reglas
Teen Fiction3 chicas, un cambio radical, el amor de secundaria y una estúpidas reglas. "Empezó como un juego, terminó formando un imperio" Y todo gracias a unas estúpidas reglas. ¿Quien lo diría?