11."Kathlein"

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Recuerdo.

Giro la cabeza con molestia,pero a causa de eso,siento un gran dolor en mi cuello.

La garganta se me contrae y hago un sonido extraño a causa del quejido que escondo.

—Vamos muñeca.Hazlo más fácil.—ruega el adefecio de persona,con la voz abiertamente sombria.

De reojo puedo ver cada rasgo de su petulante rostro,esa mierda de ojos claros y el mar a plena luz del día,es una mentira.Nunca me han llegado a repudiar menos unos ojos tan llenos de malicia,como los que puedo tener la certeza de estar viendo.

—Pudrete—mascullo con los dientes apretados,siento dolor en todo mi perfil derecho.La punzante palpitación en mi mejilla se hace más repetitiva.

Escucho como gruñe desesperado,creo escuchar la fricción que hace la tela de su chamarra cuando levanta su mano y la estampa contra mi rostro,en un golpe seco.

Un gemido agudo escapa de mis labios,ésta vez no podiendo contenerme,tratando de sostener mi peso flácido sobre mi codo derecho,mientras con la otra mano cubro mi mejilla nuevamente afectada.

—Tienes que colaborar,dulzura.—pide con un tono delicadamente falso.Parece que mi resistencia a no querer hablar,lo enfurece al punto de golpearme con más fuerza.

>>No creas que me parece divertido arruinar ese bello rostro angelical que llevas.

Trato de no escupirle por lo repugnante que me parecen su palabras llenas de mierda.

Aprovechando su distracción,me impulso hacia arriba y elevo mi pierna para que impacte sobre su estómago.La mitad de su cuerpo se doble hacia adelante,escapa un quejido entre maldiciones hacia mi persona.Puedo ver el dolor en sus facciones.

—Maldita perra—es lo que logro entender de lo que dice entre jadeos.

En estos momentos me alegra que me haya llamado de tal forma,eso sólo quiere decir que las horas de entrenamiento sirvieron para algo.

Me doy palmaditas de felicitación en la espalda.

Dejando atrás todo dolor persistente,me direcciono hacia la puerta una vez me pongo de pie.Con una mano en mi costado para amortiguar un poco la hinchazón.

Pero cuando llego a jalar la manija de la puerta,me llevo una gran sorpresa que al abrirla resiva un golpe desalentador en el rostro,haciéndome caer al suelo por el impacto,causando un ligero quejido mortal,el cual de una manera molesta resuena por toda la habitación.

—¿Tan rápido te vas,pequeña Smile?—esa voz que atormenta a todo ser que la escuche,sobresale en la silenciosa habitación llena sólo de mis formidables quejidos.

Me quedo en silencio,no teniendo ya la valentía suficiente para mandarlo al Carajo.

—Vaya,vaya,vaya...—chifla—Parece que no me equivoqué contigo,niña—expresa viendo el cuerpo del adefecio retorciendose aún de dolor,a unos pasos de nosotros.Hago una mueca por que mi cuerpo está empezando a quemar.

—Llevenselo.—ordena y unos hombres sacan con mucho descuido el cuerpo adolorido del tipo quejambroso.Sonrio con satisfacción al verlo maldecirme mientras gimotea.

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