Capítulo XXXII |Dolor

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Antes de comenzar a leer les tengo que decir que escribir este capítulo me costó un montón, empezando con que no tenía inspiración, y terminando con que mi computadora andaba mal. Casi entre en una crisis nerviosa😂 asi que espero que les guste el capítulo tanto como a mi, y si es así comenten un montón para que no me sienta tan mal ❤ disfruten la lectura.

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  Sean Whitman

Yo nunca creí eso de que de donde venimos nos define como personas. ¿Por qué tienen que condenarnos por la familia que nos toca? 

Todos somos responsables de nuestras propias decisiones, cada cosa que nos suceda es nuestra responsabilidad. Pero la sociedad te condena cuando conocen cuales son tus raíces o de que ambiente te rodeas. 

"Míralo, seguro sale igual que el padre o la madre

"Y si, si tiene esa familia seguro que es igual."

"Sus amigos son unos irresponsables, que no saben que hacer con su vida, ¿esa es su junta?" 

"Y si, su hermana era igual a su edad, nadie la paraba, terminó por mal camino. Apuesto que ella terminará por ese camino."  

Querida sociedad: No todos estamos tan podridos como tu. Gracias. 

Me gusta decidir por mi, como soy, lo que me gusta y con que entorno me relaciono. Se que muchos tienen una idea de mi por donde vengo y me crié. Pueden verlo como algo bueno o malo. En mi caso, mi familia es "exitosa", pero por el esfuerzo que le ponen a sus proyectos. Hannah ya superó la etapa de exigencia; donde todos la veían como "seguirá los pasos de sus padres?". Ahora me toca a mi, pero a la vez me pongo a pensar, mierda soy dueño de mi vida, que me toquen los huevos si les molesta las decisiones que tomo, no soy Asher Whitman.  

Y es esa presión, de saber que tengo que estar a la altura de el por ser su hijo. Creo que todos en su momento sintieron eso después de "Ay eres hijo de... seguro serás como ellos en un futuro". 

Llevar el apellido Whitman es estar en un terreno lleno de bombas, y cualquier lugar en donde pises puede activar la cuenta regresiva para que todo explote, depende de ti si lo haces bien o no. O estás listo para manejar la situación o habrán un montón de idiotas preparados para reírse de tu fracaso.  

Apago el motor y suelto un suspiro antes de abrir la puerta y salir del auto. Lombard Street, ahí al frente mío estaba la casa de madera y material a la que tantas veces vine de chiquito. Con un portón negro cubriendo el hogar y un montón de flores medio secas, me acerco para tocar la puerta de madera.

Esta se abre y deja al familiar rostro de Daphne. Pecas en los cachetes junto a ese leve color rosado que le hace parecer que siempre esta sonrojada, sonrisa reservada y esos ojos verdes que llaman la atención de cualquiera. Su pelo bien peinado, como siempre, y llevaba puesto su traje color negro. Tal vez estaba yendo para el trabajo. 

—¡Sean!—Sus ojos se abren de la sorpresa, haciendo resaltar más el verde que lo decoraba un delineado negro—¿Qué te trae por aquí?

—Vine a visitar a Aaron, ¿está en casa?—Le sonrío. 

—Si, se debe estar bañando.

Entro a la casa cuando ella se hace a un lado para dejarme pasar. Estaba como lo recordaba, hasta con ese olor a vainilla que te recibía al entrar; las paredes de un color gris, cuadros por todas las paredes, con pequeños detalles de paisajes que la mamá de Daphne y Aaron se encargó de pintar sobre las paredes. Era una increíble artista, le encantaba lo que hacia, y lo dejó bien reflejado en su hogar. El que más me gustaba era el que se encontraba en el living, había dibujado un cielo gris y nublado, junto con unas manos que estaban atadas con unas cadenas de hierro. Cada pared de la casa tenia un dibujo diferente y con un mensaje detrás, pero tenes que tener la mente de Josephine Hayes para entender que profundidad quiso dejar en lo que ella plasma con pintura y pincel.

Prescindible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora