Ay querido noviembre, te voy a extrañar.
1 de diciembre y en Leesburg Virginia ya se sentía el aire navideño como si estuviera a la vuelta de la esquina. En algo que nos destacamos es que somos muy festivos.
En esta época del año es cuando empiezo a sentir que todo se está movilizando tan rápido. Siento que era ayer que comenzaba el que sería mi último año de preparatoria y buscaba trabajo para poder ayudar a mi madre.
Madre cuya carrera universitaria va de viento en popa. Era increíble que después de tanto insistirle y años perdidos, al fin esté estudiando lo que le gusta. Futura Coach Ontológica.
En lo personal, vamos avanzando. Ya paso tiempo desde la muerte de mi abuelo, y todavía se siente su ausencia, pero logramos avanzar paso a paso. Mi abuela igualmente está aportando su granito de arena a toda la situación; por fin logramos juntarnos a charlar, cenar o pasear sin que haya peleas de por medio. Creo que ella y mi madre están aprovechando todo el tiempo perdido, porque ahora ya ni me invitan a sus salidas. Si, sigo indignada.
En otras noticias...
Xionne volvió a hablar con su madre. Sí, todos seguimos en shock cuando nos enteramos que hablaron por llamada. Sus padres al fin dieron el paso y quieren volver a verla, acordaron realizar una cena en la casa de ella. Según mi amiga todavía no los perdonó, dijo que primero quiere saber qué intenciones tienen ellos con respecto a ella antes de darles otra oportunidad. Aunque lo que paso con mi abuelo creo que la movilizo bastante, porque ahora tiene algún indicio de esperanza para poder volver a arreglar las cosas con sus padres.
Sí, yo también estoy orgullosa de mi mejor amiga.
—¿Rojo o azul?
Y acá estamos las dos, tiradas en mi habitación mientras una canción de The 1975 sonaba desde youtube en el celular de Xionne. Viernes por la noche, ¿qué más podríamos hacer? Nuestra vida no era tan interesante como para salir en esos reality shows de MTV. Lo más interesante que nos pasó hasta ahora fue que Alessandro nos llamara para contarnos que se metió a una página de citas a ciegas. Creo que eso de superar a Hannah Whitman no le estaría funcionando.
—Ni rojo, ni azul, mejor el vestido celeste—Llevo una papa frita a mi boca mientras la observo revolver entre su ropa indecisa y buscar prendas de su valija—, O ve desnuda, a tu mamá le agarra cinco infartos y a Cinthia le excitaría.
Ella deja la blusa que tenía en su mano sobre la cama y voltea a verme con una ceja arqueada y una sonrisa ligeramente ladeada, para luego emitir una suave pero contagiosa risa.
—Te andas juntando mucho con Sean—Me encojo de hombros sin negar lo dicho—, Y aunque la oferta sea tentadora, Cinthia estaría lo bastante nerviosa como para alterarse al verme desnuda, me aviso que no era creyente pero que antes de la cena rezaría veinte veces antes de conocer a mis padres.
—¿No es buena en eso de conocer a los suegros eh?
—Creo que va más a que ella sabe cómo son mis papas con el tema de mi orientación sexual, y teme decir o hacer algo que arruine todo para mí; sabe lo mucho que me importa arreglar las cosas con ellos—Trata saliva y baja la mirada, como si estuviera recordando algo—Pero si ellos no aceptan a mi pareja, entonces no daré mi brazo a torcer.
Varias veces agradezco que yo ya conozca a la familia de Sean y que me lleve bien con ellos. Sería horrible tener que pasar por estas situaciones, estoy segura que estaría peor de nerviosa si tuviera que conocerlos por primera vez ahora que somos novios.
—En fin, creo que seguiré tu consejo y me iré por el vestido celeste—Recaigo mis ojos marrones en ella y asiento en respuesta. Sujeta la prenda con sus manos y con pasos lentos, vagos, sale de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Prescindible Amor
Teen FictionSean Withman. Galán, simpático, inteligente, social y deportista. Alizee Bennet. Soñadora, aficionada de la fotografía, la escritura y los libros, fanática de J.K Rowling, amante de los gatos y estudiante promedio. Ambos son distintos entre si, per...