Capitulo XXXVII |Sorpresas

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Cada cumpleaños desde que fui creciendo, fue perdiendo la emoción. A medida que cumplía años, también era caer en la realidad de que muchas cosas ya no las veía de la misma manera que años anteriores, como cuando tenía once y contaba las horas para que llegue las doce de la noche y así aparezca mi mamá por la puerta de mi habitación para felicitarme por otro año más.

Pero este año había comenzado de diferente manera, desnuda entre los brazos del chico que me traía loca. Ni en mis más locos sueños habría imaginado que mis dieciocho los pasaría con mi novio mientras nos besábamos hasta las tantas horas de la madrugada. No llegamos a dormir nada, y tuve que insistirle a mi madre para que me dejara quedarme, y se negó las trecientas veces que le pregunté, pero a las cuatrocientas aceptó.

A las seis de la mañana Sean me había dejado al frente de mi puerta, luego de ir a desayunar juntos en Barnum. Al entrar por mi puerta, los gritos de Alessandro, Xionne y mi mamá me asustaron. Habían colgado globos por todos lados, y en sus manos sostenían un cartel que decía "feliz cumpleaños Alizee".

—¡Casi me matan del susto! —Corro hacía mi familia y los abrazo—Muchas gracias, no esperaba que me recibieran de esta forma, ¿en qué momento decoraron todo?

—Tu mamá nos contó de la idea y de que no pasarías la noche aquí, así que vinimos y la ayudamos a decorar. —Me explica me mejor amigo.

—Y Cinthia nos avisó cuando salieron de Barnum, era nuestra aliada—Interviene en la conversación Xionne.

Sobre la mesa del living había tres regalos mal envueltos, junto con un pequeño muffin como simulacro de pastel de cumpleaños.

Había comenzado mi idea de la mejor manera, y todavía faltaba la noche en la casa de mi abuela. Julia me llamó para felicitarme y avisarme que estaba casi todo listo para la cena y la mini fiesta. Me encargué de invitar a Sean y a su hermana, después de que mi abuela me diera el okay.

Todo comenzó a las ocho y media de la noche, cuando ya lista con mi vestido azul marino y tacones negros, prestados por mi mejor amiga, tomamos un taxi y fuimos directo a mi fiesta. Mi mamá ya se encontraba allí cuando llegamos, fue la primera en recibirnos.

Todo estaba ambientado con cosas que me gustaban; como las canciones de la banda favorita, mis comidas preferidas, globos de colores blancos y dorados, guirnaldas de papel blanco, luces de navidad que usaron para decorar las paredes del living, entre otras cosas más. Se habían tomado hasta el trabajo de comprar el número 18 en globos grandes.

—Feliz cumpleaños, nieta hermosa—Mi abuela se acerca hasta mí y me abraza con emoción—Espero que te guste la decoración, tu madre me ayudó a saber las cosas que te gustan.

—Está perfecto, abue.

Mis familiares habían venido, seguramente Julia se había encargado de invitarlos. Entre ellos estaban Sean y su hermana Hannah.

—¡Feliz cumpleaños cuñada! —Exclama sonriéndome—Aiden no pudo venir porque está de viaje con mis papás, pero dijo que te manda muchos besos y que cuando vuelva te llenará de abrazos junto a zanahoria.

Me rio cuando dice lo último. Sean ya me había reenviado un audio que le mando su hermano menor, donde me cantaba el feliz cumpleaños y le pedía a su coneja que cante con él.

Sigo mi camino para seguir saludando a las personas, mis primas me opacaron para poder felicitarme. Charo y Sarah no tardaron en preguntarme acerca de Sean, estaba segura que era porque no podían creer que haya traído novio. Recordando la última vez que las vi, estaba más sola que Soledad.

Mi primo Theo por su parte no quitaba la mirada de Hannah, y eso a Alessandro no le gustó para nada.

—¿Quién se cree que es mirándola así? —Pregunto cuando llegue hasta él, Xionne y Cinthia—Digo, sé que no me debe importar porque no estamos más juntos, pero....

Prescindible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora