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«A veces creemos que sabemos más que nadie, cuando en realidad no sabemos ni quienes somos»

Ariel.

Axel se dispuso a juguetear con el piercing que tenía en su oreja, mientras observaba la ventana de su cuarto. Las paredes estaban pintadas de un azul fuerte, con decoraciones oscuras, dejando tan solo una pequeña luz cuando encendía la lámpara de su mesa de noche.

En ese momento él se encontraba observando un lugar de su habitación, pensativo mientras que con su mano libre sujetaba un bolígrafo. No supo porqué dibujó de nuevo a esa pelirroja de la que tanto pensaba desde hacía unos días. Había pasado tres días desde aquello cuando dijo aquella última frase que la hizo enfadarse de nuevo.

No supo porqué le subía la adrenalina cuando la veía enfadarse tanto y a los pocos minutos una sensación extraña aparecía en él. Se sentía culpable cada vez que repasaba esa frase que decía y hacía dañarla aún más, pero no podía pensar en ello.

Observó su dibujo que en este momento tenía sonrisa, pero sus ojos lloraban y no supo porqué quizo dibujarla de esa forma. Cuando en su mente se imaginaba algo, se disponía a plasmarlo en su libreta, pero pasar del odio extremo a dar unos pequeños pasos, le hacía enfadarse más consigo mismo. Y fue ahí cuando empezó a pensar que quizás lo mejor era no seguir hablando con aquella joven, ni mucho menos seguir a su lado. Debería haber espacio entre ellos antes de que las cosas se tiñesen de otra forma.

—Joder... —susurró él cuando de nuevo su imagen apareció en su mente.

Dejó su libreta a un lado, junto con su bolígrafo y trató de pensar en otra cosa que no fuese en Ariel. Pero fue muy complicado y más después de como no dejaba de pensar en ella y en lo diferente que era hacia las demás. Pero lo que más le llamaba su atención era la sonrisa de la joven. Aquella sonrisa que él decía no soportar, pero que luego no dejaba de soñar. Empezó a pensar que lo mejor era dejar de hablarle, dejar de pensar en ella, alejarse como hacía siempre.

Colocó su cabeza en la almohada, observando el techo de su cuarto y si, era la mejor solución que podía tener y cerró los ojos, intentando poner en orden sus pensamientos y deseando que esa fuese la única vez que estuviese pensando en ella.

Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora