Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)

🌲 V E I N T I N U E V E | M I E D O S 🌲

"No entendía porque me preocupaba por ella, pero empezaba a pensar que lo que yo quería realmente tenía miedo de decirlo en voz alta"

Axel.

Una semana después de lo ocurrido en la piscina, Ariel y Axel se encontraban en el campus, cada uno por su camino. Mientras que Axel tenía entre sus manos la libreta que siempre utilizaba para dibujar, Ariel se encontraba con sus amigas. La cual una de ellas discutía con su novio quien no paraban de decirse cosas.

Aquel martes, Axel estaba sentado bajo un árbol dibujando cosas oscuras, ya que no le apetecía hacer nada más aunque pronto empezaría la clase de aquella hora. Por lo que observaba desde su posición, con aquella ropa oscura que solía ponerse siempre y mordisqueando uno de sus piercings que tenía en su labio inferior. Dándole aquel toque que solía hacerle ver algo difícil.

—Supongo que me vas a seguir diciendo que no te estás viendo a escondidas con ese tío, ¿verdad? —Le preguntó el novio de una de sus amigas, la cual decía una y otra vez que no, que aquello era falso.

Ella no respondió, consiguiendo que el joven negase con la cabeza y caminase hacia aquel otro hombre que observaba la escena divertido. Empezaron a mirarse de una forma que significaba que iba a ver pelea. Pero Ariel odiaba todo ese tipo de cosas, por lo que se levantó, marchándose de allí recogiendo sus cosas para empezar a irse al lado contrario de donde estaba dicha pelea.

Justo ahí vio casi a escasos metros a Axel, quien no quería mirar para él después de lo que habían compartido y luego de lo que había acabado ella.

Observó con temor aquella pelea.

—¡Pelea! —gritó un alumno que pasó despavorido hacia la pelea cerca de Ariel, muy cerca.

Cosa que terminó por empujarla con violencia sin darse de cuenta, consiguiendo que la joven perdiese el equilibrio y acabase dándose de bruces la cabeza contra un banco que había cerca, escuchándose un sonoro ruido de su cabeza al chocar contra aquel objeto y acabó sentada en el suelo, pegada a aquel banco mientras se quejaba de un fuerte dolor en la cabeza.

Ariel sintió dolor, mucho tanto en su espalda como la parte de atrás de su cabeza. Pero nadie parecía percatarse, ya que estaban pendientes a la pelea de aquellos estúpidos hombres.

En cambio, Axel, que vio toda la escena, sintió sus venas helarse al verla caer por culpa de aquel idiota y, tan rápido vio el choque de su cuerpo contra el banco, él se levantó rápidamente sin pensar y corrió hacia ella. Ignorando todo lo demás.

—¡Ariel! —gritó él desesperado, asustado cuando la vio caer y por el golpe que se había dado.

Corrió como pudo hasta donde se encontraba Ariel, tirada en el suelo y quejándose de dolor, mientras Axel se ponía de rodillas frente a ella.

—¿Estás bien? Dime que estás bien... —susurró él, ignorando a todos los demás y solo atendiendo a aquella mujer que había besado en alguna ocasión.

Ariel notaba que todo se nublaba, no había visto a Axel a su lado. Solo se puso su mano detrás de la cabeza y empezó a dolerse demasiado de aquel golpe. Se sentía mareada, era normal después de un golpe como aquel y Axel tomó el rostro de aquella joven para hacerla mirar hacia él. Fue ahí cuando ella lo vio y se sorprendió, pero el dolor era más fuerte y le dio igual todo lo demás.

—Voy a llevarte a la enfermería rápido, Ariel —habló desesperado un joven Axel que tenía miedo de que le ocurriese algo más por el golpe—. No hagas movimientos bruscos, por favor...

Ariel intentó levantarse pero Axel no la dejó, la tomó en brazos, notando lo delicada que era cerca de él y se la llevó al banco para sentarla allí y mirarla a los ojos. Puso tres dedos frente a ella y habló.

—¿Cuántos dedos ves aquí? —preguntó, poniendo toda su atención sobre aquella joven.

—Tres... No, espera... ¿Cuatro?

Él negó con la cabeza. No estaba para reírle aquellas bromas, quería llevársela a la enfermería y saber que estaba bien. Por eso tomó la mochila de ella y la suya y luego la volvió a intentar tomarla con los brazos.

—No, no... Yo puedo caminar. —Le dijo ella a él y Axel, dudando unos segundos, asintió en respuesta.

—Vamos.