Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)

🌲 D O S | S O N R E Í R 🌲

«Las cosas que suceden son extrañas, pero lo son más las personas que comienzan esos sucesos»

Ariel.

Ese mismo día acabó en la clase de dibujo de la peor forma posible para Axel y no porque no supiese dibujar, era lo único que sabía hacer en su vida. Terminó de la peor forma cada vez que observaba a Ariel y veía la "perfecta" vida que tenía. O eso es lo que pensaba él cuando veía a esa pelirroja y que tanta rabia tenía dentro de su mismo cuando la escuchaba.

Él joven de 18 años no conocía a Ariel, al igual que Ariel no conocía a Axel... Mientras que él le asfixiaba esa pequeña felicidad que tenía ella, Ariel no sabía ni siquiera de su existencia, solo habían coincidido en algunas clases y ya está.

Por eso, aquel día a segunda hora, el profesor pidió que hicieran parejas para la clase que tenía preparada para ese mismo día. Ariel, al tener a sus amigas en otra clase, tuvo que quedarse callada esperando a ver a alguien solo en ese lugar para poder hacer lo que pedía el profesor. Pero el único que quedaba solo era aquel joven que tanto la odiaba por sonreír y ella, a pesar de que nunca juzgaba a nadie, ese momento fue uno de los que quizo que le tragase la tierra.

Se habían visto desde hacía tiempo, pero Ariel intentaba evitar hablar con Axel por su forma de ser con ella, por la manera en como la miraba y la poca buena energía que le trasmitía a la joven.

Por ello, cuando el profesor le dijo a Axel que se pusiera con ella, solo el día ese, él con demasiada rabia, se levantó y se sentó a su lado con cara de pocos amigos.

Era la primera ve que se ponía tan cerca de aquella mujer que siempre llevaba una impecable sonrisa en el rostro y que Ariel olió aquel perfume natural de él que desprendía. Le entró un poco el pánico y se rascó la nuca, deseando que el día ahí se sacaba se lo más rápido posible.

El profesor, una vez listo las parejas, comenzó la clase pidiendo a los estudiantes que hicieran unos ejercicios durante toda la hora, para así estudiar en el primer examen que tendrían pronto.

Es ahí cuando comenzó realmente la poca amabilidad entre ellos dos y Axel no lo disimuló en ningún momento.

—No sé porque sonríes tanto —murmuró Axel, sin importarle que molestara a los demás que estaban allí.

Ella era la primera vez que lo había escuchado hablar, ese joven que siempre se vestía con colores oscuros y estaba lleno de piercings. Movió su pierna con desespero al oír la voz de Axel y luego lo observó a los ojos marrones de él.

—Ahora no estoy sonriendo...

—Ya, lo sé. Pero la mayor parte del tiempo lo haces...

—Y... ¿Que te importa? —preguntó ella, inocentemente mientras leía la primera línea de su libro y escuchó la risa amarga por parte de su extraño compañero de ese día.

—Es horrendo para mí.

Ariel no dijo nada, no quería decir nada ante ese comentario tan estúpido que le había dicho Axel, por lo que decidió hacer el ejercicio tranquilamente, fingiendo que no tenía ningún compañero al lado.

Y él también fingió que no había nadie a su lado.