🌲 D I E C I N U E V E | F R Í O S I L E N C I O 🌲

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"¿Es posible ser un gilipollas cuando solo eres tú mismo?"

Axel.

Los días pasaron y aquel fin de semana quedó en la historia de aquellas mentes jóvenes. Axel no paraba de mortificarse pensando en la burla que le había echo a Ariel, mientras que ella intentaba no pensar en ello.

Los dos jóvenes de dieciocho años eran extraños. Uno era oscuridad, mientras que otro era luz. Parecían imanes que se pegaban gracias a las diferencias que habían entre ellos. Pero esos dos días que pasaron no fue desapercibido para ninguno de los dos.

Al día siguiente, cuando ya era lunes en la mañana de un día de noviembre, ambos habían asistido a clases. Ella no deseaba toparse con él, pero recordó que tenía varias clases con Axel, mientras que Axel solo deseaba hablar con aquella joven.

Nunca supo porqué Ariel era buena para escurrirse entre sus dedos, ya que las veces que la vio aquel día fueron pocas.

Y cuando llegó la clase de biología y la visualizó, caminó recto hacia ella para luego poner una mano sobre la silla libre que tenía al lado de Ariel y se sentó a su lado, por primera vez. Ariel se sorprendió por eso, pero no quería hablar con él, ni siquiera mirarlo. Solo deseaba estar sola aquel día y no tener que verle la cara a la persona que se burló de ella por no haber estado con ningún hombre.

En cambio, Axel estaba nervioso. Cualquiera que lo viese no se lo imaginaría, un chico como él tan alto, tan rudo y tan fuerte que estuviese nervioso por una joven como Ariel, que era todo simpatía, dulzura e inocencia. Él era el doble que ella y, cuando se sentó a su lado, todos los de la clase se quedaron patidifusos. Ya lo conocían y sabían que era un hombre con muy malas pulgas, el típico malo que le gustaban algunas mujeres y que muchos temían toparse con él.

Pero Ariel no le temía, al menos ya no. Pero estaba muy cabreada con él y disgustada.

Cuando el profesor entró, también se sorprendió ver como Axel, el joven solitario, se sentase al lado de una joven, pero siguió con su clase y todo ocurrió con normalidad para aquellos alumnos, excepto para aquella pareja.

Durante los primeros minutos de clase ambos estaban nerviosos, Axel deseando hablar con ella y Ariel sin saber que hacer con aquel joven a su lado. Tragaron saliva y ella comenzó a hacer como si él no estuviera, pero era difícil, mientras que él se colocó la chaqueta de cuero, sintiendo calor en su cuerpo.

Se acercó un poco a la mesa y observándola con delicadeza, viendo lo hermosa que estaba aquel día y habló.

—¿Podemos hablar? —preguntó, temiendo su respuesta.

Y ella no respondió, tan solo atendía en clase, escribiendo en su cuaderno todo lo que apuntaba el profesor en la pizarra.

—Mi comportamiento el pasado viernes no fue el adecuado... —murmuró, viendo como aquella muchacha lo ignoraba completamente y en el fondo sentía que se lo merecía.

Dejó que pasaran unos segundos antes de volver a hablar.

Tan solo la observaba mientras que Ariel solo deseaba no derrumbarse al recordar lo asqueroso que fue Axel en el restaurante. Ambos se sentían vacíos por razones no muy distintas, uno de ellos estaba mal y quería disculparse por su comportamiento, pero Ariel sabía que si lo perdonaba volvería a hacer lo mismo de siempre.

Ya se lo había demostrado en unas cuantas ocasiones y lo más probable es que lo hiciera de nuevo.

—Supongo que no quieres hablarme... —Volvió a decir, sintiéndose el peor tío de todos.

Por lo que durante la siguiente hora ninguno de los dos dice nada más, tan solo fingen escuchar al profesor cuando en el fondo lo que quieren está fuera de lugar.

Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora