🌲 T R E I N T A Y D O S | E N U N A N U B E 🌲

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"Me sentía rara... Como si flotase en una nube. Pero luego había ocasiones donde esa nube desaparecía y caía en picado hacia el suelo"

Ariel.

Después de haber estado durante algo más de dos horas en aquel bosque, hablando de sus cosas y conociéndose un poco más. Ariel estuvo todo ese día metida en su casa. Le había contado a su abuela lo ocurrido en el campus y, sin duda, su abuela sin importar su enfermedad en ese momento, estuvo vigilando que su nieta estuviese bien y cumplía aquellas horas sin dormir que le había dicho la enfermera.

Pero ella no era la única y es que, de lejos, Axel observaba a aquella joven de vez en cuando. Se sentía nervioso por lo de mañana y también quería saber porque se sentía así cuando estaba a su lado. Parecía un acosador intentando ver que su abuela la cuidaba, pero lejos de eso él solo se preocupaba por ella. Por eso se marchó a su casa, solo y sintiendo unas horribles ganas de volver allí y entrar en aquella casa con Ariel.

Y se preguntó si a lo mejor ella lo dejaría entrar.

Por eso mismo, al día siguiente, él se preparó con la misma ropa de siempre. Aunque había algo diferente en él, se sentía muy nervioso y quería cuidar más su ropa. Nunca se había sentido así, se sentía a gusto con su manera de ser, pero con aquella joven cerca de él empezaba a pensar que algo estaba cambiando.

Volvió a negar todo aquello y solo se dispuso a prepararse para luego irse hacia el cine más cercano y único que había en ese pueblo. No sabía que película elegiría Ariel, por lo que la esperó en la entrada del cine impaciente. No supo cuantas veces se había tocado el pelo para colocárselo hacia atrás, gracias a esa melena lacia le era fácil peinarse, pero esa tarde estaba tan nervioso que sin pensar se tocaba el pelo.

Hasta que la vio.

Ahí pudo sentir que su corazón latía con más tranquilidad. Quizás tenía miedo a que ella no se presentase después de lo gilipollas que se comportó la última vez que estuvieron en su restaurante favorito y que ella pagase la cena sola.

Apretó su mandíbula al verla tan guapa, con aquel vestido que la hacía ver tan delicada como siempre. Hasta ella le sudaban las manos, pero porque estaba nerviosa y nos sabía como se iba a comportar Axel con ella. Ariel en el fondo deseaba que cumpliese su palabra, peor cualquiera sabía.

Se secó las manos en su chaqueta vaquera, disimuladamente, y luego lo observó de arriba abajo.

Ella pensó; "Joder, ¿cómo es posible que sea tan guapo?".

Llegó hasta donde se encontraba él y se colocó la trenza a un lado, viéndose ese cuello tan blanco y delicioso que había saboreado Axel anteriormente.

—Hola, Ariel —habló primero él y se colocó la chaqueta en un gesto nervioso.

—Hola... —murmuró ella intentando ocultar sus nervios.

Pero lejos de que él estuviese nervioso, se acercó a ella para poner sus manos sobre las mejillas sonrojadas de Ariel y analizó que ella estuviese bien.

—¿Cómo estás? —preguntó Axel, clavando su mirada sobre la de ella y Ariel tragó saliva nerviosa.

—Bien, con un poco de dolor en la zona de la caída, pero mejor.

Axel sonrió y luego tomó la mano de aquella mujer para ir juntos al cine.

Después de hacer la cola y de que Axel comprase las entradas, a pesar de que hubiese una pequeña discusión para ver quien pagaba, ganó Axel, siendo él el que quería invitarla al fin y al cabo. Entraron para ver una de aquellas películas que a ella le gustaba y durante los primeros diez minutos de la misma ninguno de los dos hablaron, tan solo atendieron a la pantalla.

No había casi nadie en aquella sección, tan solo una pareja de ancianos que estaban a diez filas delante de ellos y luego estaban Ariel y Axel en el fondo del cine, donde nadie podía verlos.

Ariel estaba tan inmersa en la película que no se percató en que sus labios estaban entreabiertos, y en como Axel la observaba en silencio embobado. Él no paraba de darle vueltas a lo que ella le había dicho anteriormente, pero tampoco podía aguantar estar tan lejos de ella y las ganas de besarle se incrementaban. Quería posar sus labios sobre los de ella, el momento era perfecto... Pero, ¿y si ella lo rechazaba de nuevo?

Nunca había tenido problemas en cuanto al sexo contrario, pero con Ariel todo se complicaba.

Y todo se desmoronó, todo su autocontrol se fue a la mierda cuando pasó su lengua sin percatarse de ello sobre sus labios. Ahí fue cuando todo le dio igual, todo. Y pegó sus labios en la mejilla que tenía más cerca de él para posarla y dejar un casto beso, sorprendiéndola a ella.

Ariel dejó de ver la película para observar a aquel joven tan atractivo y solitario que estaba a su lado, con ese rostro lleno de hambre, ese hambre que vio cuando le dio aquel primer orgasmo que la dejó sudando.

—Axel... —murmuró ella, pero fue demasiado tarde.

Ya él había pegado sus labios sobre los de ella, sorprendiéndola más todavía e ignorando todo lo que había dicho anteriormente. Cuando él la besaba se sentía en el cielo y olvidó por unos minutos aquellas palabras que le había dicho Ariel.

Se besaron ignorando todo lo que les rodeaba.

Se sintieron como ellos deseaban hacerlo.

Y olvidaron todo lo que se habían dicho.

Y todo eso con un simple beso.

Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora