🌲 D I E C I S É I S | S E N T I R 🌲

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"Sentía que mi cuerpo respondía cada vez que él abría la boca... Y nunca lo llegaré a entender"

Ariel.

Después de estudiar y de que cuidase a su abuela ese mismo día antes de que se quedase dormida, Ariel se encontraba leyendo uno de sus libros favoritos de romance, acostada en su cama. Siempre lo hacía antes de quedarse dormida y esa noche no fue de menos.

Eran ya las doce y, tras lo ocurrido hacía dos días tras la batalla de hombres que presenció, lo único que tenía ganas era de observar el techo y pensar en él. No sabía porque pensaba tanto en ese hombre y tampoco quería averiguarlo. Por eso, dejó su libro sobre la mesilla de noche y se sentó en la cama, sintiendo demasiado calor por su cuerpo. Sentía que un fuerte ardor sacudía su cuerpo, pero no era nada similar a lo que sentía cuando Axel estaba cerca, no.

Se encontraba mal y no sabía porqué. Pensó en lo que había cenado y que quizás le había sentado mal. Por eso se levantó de la cama, tomó la botella de agua que siempre solía tener en su cuarto y bebió un poco, antes de dirigirse a su ventana y salir de la misma para sentarse en ese mismo sitio donde se quedó esperando el otro día Axel.

Observaba las estrellas mientras el frío del otoño le daba de lleno al rostro cálido de Ariel. Puso en orden sus pensamientos y quizo eliminar de ellos a Axel, pero era imposible. Solo quería averiguar porqué sentía cosas extrañas en su cuerpo por culpa de él... Porque había veces que era un ogro y otras que era un maldito idiota.

Axel era único, una joya en extinción y ella lo sabía a la perfección. Pero no supo como él se había metido tanto en sus pensamientos.

Y quizás ella no lo quería saber.

Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora