🌲 C I N C U E N T A Y S I E T E | E L L A 🌲

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"Solo la tenía a ella y no había echo nada bien por ella"

Axel.

—Perdóname... —murmuró él en voz baja, mientras ella estaba en aquella cama de hospital.

Habían pasado unas horas y ella había sufrido solo un desmayo, suficiente para saber que algo no estaba bien en su organismo. Había algo mal y los médicos buscaban respuestas a ello.

En aquellos momentos, Axel sintió su vida terminar al verla allí, creyendo que la perdería para siempre. Si su relación terminaba, al menos él tenía la certeza de que podría verla de lejos en los pasillos universitarios y eso era mucho más de lo que pedía. Pero al ver que el futuro de esa chica casi se pierde, él se sintió vacío, mal... Solo de verdad.

Ahí Axel se dio de cuenta que nunca fue justo con ella. Que ante los problemas habían que enfrentarse, arrancarlos de raíz y no guardarlos para plantar más semillas. Y muchas veces, lo mejor era contárselo a aquella persona en la que confías, y por eso Axel se percató que su problema era la inseguridad, la importancia de contar con alguien y él apartaba a Ariel de su vida porque prefería estar solo.

Pero ahora realmente se sentía solo al pensar en lo que pudo pasar.

Ella estaba despierta y los médicos le habían echo algunas pruebas de emergencia. Él se había tenido que marchar para esperar en el pasillo cuando su abuela llegó y estar fuera, solo y sin saber que pasaba a la mujer que amaba, le angustiaba.

Los médicos, después de encontrar una respuesta, hicieron pasar al muchacho después de contarle a su paciente lo que le ocurría. No se lo tomó perfecto, pero tampoco era algo con el que preocuparse demasiado, el doctor le dijo que no era una enfermedad, pero tenía que tomar precauciones y, en ese momento, su abuela se enfadó con Ariel por no contarle lo que le estaba pasando, por tenerlo oculto.

Y ahí entró Axel.

—Hola hijo —dijo la abuela de Ariel y luego besó a su nieta en la frente para marcharse de la habitación y dejarlos a los dos solos.

Ariel lo miraba a él temerosa y él hacía lo mismo. Estaba todo en silencio y, aquella chispa que hubo alguna vez no estaba encendida en ese mismo instante.

Él se sentó en aquella silla, al lado de la cama de Ariel y, sin pedirle permiso, tomó la mano de la joven.

—¿Qué te dijo el doctor? —preguntó temiendo la respuesta.

—Tengo un soplo en el corazón —murmuró ella y él abrió los ojos con sorpresa, pero se relajó al pensar que no era una enfermedad y su cabeza cayó en el hombro de Ariel—. No hay nada de que preocuparse, pero al no hacer caso de los síntomas y detectarlo a tiempo, ahora tendré que tener medicinas una pequeña temporada, hasta que me encuentre mejor... —contestó ella y sacó todo el aire que tenía, sintiéndose perdida con aquel joven a su lado.

Axel no habló durante unos minutos pensando en todo ese día y tragó saliva. Necesitaba hablar con ella de verdad, saber porque había echo lo que hizo y solo deseó que ella lo entendiese. Acarició su mano con delicadeza y pegó sus labios sobre los de ella.

Lo cierto es que él, tras haberle dicho a ella muchas más veces en menos de un minuto que la amaba, más veces incluso que ella, Ariel nunca lo escuchó. Estaba inconsciente y nunca le oyó decir aquellas palabras tan valiosas, pero él tenía tiempo y quería hacer las cosas bien y no le importó que ella no lo pudiese escuchar.

Los gestos valían más que las palabras, aunque nadie lo entendiese.

—Siento lo de hoy. Odio lo que te he hecho. Siento no haber echo las cosas bien y ni siquiera haber tomado las palabras adecuadas hoy... —dijo con tristeza y dolor al recordar ese día. Ya era de noche y en la pequeña ventana del hospital se podía ver la oscuridad de la noche—. Pero no podemos estar juntos... —Analizó el rostro de Ariel, que apretaba la mandíbula con fuerza y él cerró los ojos, tragándose su orgullo por fin—. No de momento, Ariel. Quiero quererte bien, demostrártelo como te mereces, pero así te hago daño... Nos hacemos daño. Dame un tiempo para mejorar por ti, por mí... No quiero malquererte, Ariel... Quiero amarte como te mereces y la única forma es tomarnos un tiempo.

Dejó de hablar para apretar su mandíbula y analizar los ojos de la joven, que no le quitaba la vista de encima en ningún momento.

—Claro, que si tú me dices que no quieres verme más... —Respiró profundo, intentado decir las últimas palabras por mucho que le costase y dijo.— Lo haré, por mucho que me duela.

Ariel se tomó su tiempo, pero sabía muy bien cual sería su respuesta.

Tragó sus palabras, las palabras que le había dicho él y asintió en respuesta, comprendiéndolo bien a pesar de que le dolería estar separada de Axel.

Agarró la mano de ese hombre y lo acarició con delicadeza, mientras que él sentía a la perfección como le rozaba su piel.

—No quiero que te vayas de mi vida, Axel.

Malquerencia: Parte I [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora