6. Es una maldición

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Avanzo de puntillas hasta la tela de la carpa y espio el campamento. Hay muchos hombres lobo caminando alrededor de dónde estoy, no podría irme ni de por casualidad. Me sobresalto cuando Lennard vuelve y retrocedo.

—No te recomiendo salir así, Ra —aclara mirando la manta que me cubre.

—No iba a salir.

Solo veía mis alternativas.

—Te conseguí un bonito vestido —Me sonríe ampliamente al alzarlo para mostrar la prenda —. Me lo prestó la compañera de Lou —nombra al amigo que vi antes.

—Que asco, no quiero utilizar ropa usada —Ruedo los ojos.

Se ríe.

—Ra, eres muy exquisita, ¿no? Observé tu gesto cuando viste la bañera.

—Obvio, soy un brujo soldado, vivo entre lujos, no voy por la vida entre mugre como ustedes, ya no más —me quejo.

—¿No más? —Se lo piensa —¿Entonces ya has vivimos en una situación humilde? Entonces deberías entender que hay veces que no se puede tener todo.

Trago saliva.

—Lo entiendo, pero no me gusta.

—Me da curiosidad conocer ese lado tuyo.

—¿Qué lado? —Alzo una ceja.

—El de la Ra humilde ¿Cómo es que llegaste a ser de la alta élite si estabas tan abajo? Aunque voy a corregirlo otra vez, eres una bruja.

—No soy una mujer —Ruedo los ojos —, y no voy a contarte nada.

—Tienes razón, acabas de conocerme, ya lo harás más adelante —Me da la ropa —. Toma, vístete, también conseguí algo para tus piecitos, ya que tu piel es delicada, no como la de mi raza —Observa mis pies hinchados —. Me impresiona la resistencia que tienes —opina.

—He pasado por cosas peores, el dolor físico no es nada.

Se queda mirando fijo y serio, luego me regala una sonrisa.

—Entonces ya no tienes que preocuparte más por situaciones como esas —Apoya una mano donde está su corazón —, desde ahora yo te cuidaré.

Me río porque me causa gracia tal estupidez.

—No necesito que nadie me cuide, soy un brujo soldado, he asesinado y torturado a muchos. Cualquiera me teme, yo le causó terror a quién sea. Es innecesario y tonto ese ofrecimiento, yo me valgo por mí mismo, antes, ahora y siempre.

—Que fuerte —opina impresionado —. Si no supiera tu raza, pensaría que eres una loba, alto carácter —Alza su dedo índice —pero como todo ser vivo, siempre hay un lado sensible, así que quita ese orgullo y no te hagas la fuertota, que ya te vi llorar.

Bufo.

—No me escuchas, ¿verdad? No me des lecciones de vida.

—Vístete, Ra —Me da dos palmadas en la cabeza.

—No contigo viendo.

—Ah, lo siento —Reacciona y se da la vuelta —¡No estoy mirando!

Lo observo de mala manera, aunque me quedo callado, luego muevo mi vista hacia la ropa. No me queda de otra, es esto o la tela. Me pongo el vestido blanco, se ve limpio a pesar de ser usado y está hecho de una seda suave. Me coloco aquel calzado que parece ser fino, pero no siento tocar el suelo, lo que provoca que no me duelan tanto los pies.

—Listo —digo ya que continúa de espaldas sin insistir como antes.

Se gira y cuando me ve, sonríe de manera amplia.

—Ay estás muy bonita, Ra. Le pedí blanco a Eiya porque sabía que te quedaría muy bien. Ahora te peinaré y ya podrás ir a descansar.

No tiene sentido discutir, simplemente no le contesto, quizás si él se va a dormir, tenga oportunidad de escapar.

Error, cuando me lleva a su carpa, realmente tiene una correa ¡¿Este soñaba con obtener a una bruja de mascota o qué?! ¡¡Hasta me trajo las galletas!! Veo como pone un colchón al lado de su cama, agarra la soga y me la ata al cuello, tironea de esta para que me acueste allí.

—Buenas noches, Ra —Me sonríe y apaga la vela que está sobre una mesita, para luego tirarse a dormir en su catre.

Tengo que salir de aquí. Ni idea de qué haré cuando lo haga, pero no voy a morir en este lugar. O sea siempre creí que si fallecía, lo hubiera hecho en combate o de otra manera, no siendo humillado de esta forma. No me secuestraron para conseguir información de las brujas, eso sería más normal ¡He sido raptado por un lobo que me considera su perro! El único lado positivo de esto, es que es un idiota, así que parece que no tiene pensamientos perversos sobre mí. Si fuera uno de mis enemigos, quizás ya me hubieran violado o algo. En ese sentido tengo suerte, pero ahora debo pensar cómo deshacerme de él.

Tanto analizar las cosas, termino por cerrar mis ojos y dormirme.

"Ragnak".

"¿En serio crees que puedes descansar?"

"¿Acaso has olvidado lo que has hecho?"

"Despierta, no mereces tranquilidad".

"¡Que despiertes!"

Abro los ojos abruptamente y respiro agitado. Me siento en aquel colchón, viendo que aún es de noche y veo a Lennard seguir durmiendo ¿Quién me habló? Alzo la vista al ver una persona parada en frente de mí. Trago saliva, hay sangre, estoy sorprendido.

—¿Agatha?

Desaparece de la nada y me sobresalto. Bajo la vista confundido.

—¿Estoy soñando? —me digo a mí mismo —¿Pero cómo...

La correa está suelta, yo no fui.

"¿Por qué no intentas huir?"

Veo una araña caminando por debajo de la cama de Lennard.

"Será divertido".

¿Qué es lo que me está hablando? No me agrada nada, es una sensación sofocante en todo el cuerpo. Me incita y me confunde a la vez, quiere manejar mi mente. Es el hechizo, no ha terminado del todo. Ahora lo entiendo, estaba equivocado, es una maldición. Aún así, necesito saber cómo se hizo.

Almas Perdidas #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora