Almas Perdidas #8

59. Arco y flecha

Ragnak

Corro detrás de Lennard cuando nos enteramos de lo sucedido, al aparecer Cosa se hizo pasar por mí, consiguiendo que expulsaran a Borja. Mi compañero, que es muy emocional, está furioso con Rajon, porque todo indica que él es el culpable de toda esta trampa.

—¡¡Detente, Lennard!! —le grito mientras lo persigo —¡¡Ese tipo es fuerte!! —le aclaro recordando la vez que peleé con él en un entrenamiento.

—¡¡Nadie se mete con mi amigo de la infancia y menos lo culpa de infligir las reglas, cuando él es el que más las ha cumplido!!

Mierda, no me escucha.

Lennard llega corriendo hasta Rajon, no lo piensa dos veces que ya le está pegando un puñetazo, pero el otro no se hace esperar, que también reacciona rápido, así que se lo regresa. El golpe que recibe mi compañero es más dañino que el que él dió, aun así cambia de forma y lo ataca, por lo tanto el traidor hace exactamente lo mismo. No me está gustando como suceden las cosas, el animal más grande, termina por morder el cuello de mi pareja, el cual chilla y no lo suelta, suena como un perrito al que están masacrando.

¡Lo van a matar!

Reacciono rápido y corro a la zona de entrenamiento, que no está muy lejos, agarro un arco y flecha, entonces apunto hacia Rajon.

Ambos lobos están mordiéndose, pero Lennard sigue sufriendo, y ese chillido me preocupa mucho, pero se mueven tanto que me da miedo equivocarme. Soy muy bueno con este arma, no tengo que dudar, pero mis manos tiemblan igual. Nunca he estado tan nervioso con el arco y flecha, creo que es la primera vez que me preocupa darle al equivocado, pero si no tiro, me lo va a matar. No puedo permitirlo.

Oigo un aullido más por parte de Lennard y no lo dudo más, cuando creo que es el tiro correcto, lanzo la flecha, dando justo donde quiero, en la trompa de Rajon, lo que hace que suelte el cuello de Lennard.

No lo mato, porque no es humano, pero al menos evité que asesinara a mi compañero. Corro hasta él, el cual sangra mucho y me agacho a hablarle.

—¡Lennard! —grito —Hay mucha sangre —digo nervioso mirando al enorme lobo amarronado.

—¿Cómo te atreves a interferir? —Oigo a Rajon que al parecer ha vuelto a su forma humana y me giro levantándome, mirándolo furioso, él solo sonríe —No te creas tanto brujita, que recién acabas de ser aceptada en esta manada.

—¿Quién quiere pertenecer a una manada de brutos? —Me cruzo de brazos y lo miro desafiante —¿No tienen reglas, ustedes, acaso?

—Él me atacó primero, así que es válida mi defensa, la que no es correcta es tu flecha —Levanta el arma en su mano y la rompe.

—¡Ibas a matarlo! —le aclaro.

—Con derecho, él me atacó.

—No es justo —digo molesto.

—Creo que se merecen quedarse un rato en el pozo, a ver si se calman.

—¡Rajon! —Veo que llega Dante —Conoces a Lennard, es el amigo de la infancia de Borja, solo está asimilando todo, no es un problema —le explica —. Necesita un médico —aclara mirando como mi compañero se le abren y cierran los ojos, no pudiendo mantenerse lucido.

Rajon bufa.

—Tienes razón, no me gastaré con algo como esto —Le da dos palmadas en el hombro al pelirrojo —. Sigue comportándote así, y te ascenderán algún día —se burla y se retira, Dante lo sigue con la vista, estando enfadado.

—Wow —expreso sorprendido —gracias.

—No me agradezcas, despiértalo para que cambie de forma, así será más fácil llevarlo con el doctor.