43. Mariposa negra

427 75 117
                                    

Borja

Llego a mi carpa mientras sostengo el artefacto anti-magia, el cual no es de este campamento, tiene una composición rara. En mi mano, pareciera que quema y yo no soy un brujo para que me ande lastimando. Camino hasta mi mesa, lo miro antes de apoyarlo y veo como los hilos cambian de forma, convirtiéndose en patas. Despacio abro la mano y veo una araña, esta salta, parece que quiere huir, pero esta vez estoy preparado, agarro un un frasco mágico, entonces cuando sube sobre la mesa, la atrapo.

—¡Ja! Te creías más lista que yo, ¿eh? Pequeña, pues ya no —Acerco mi rostro al bicho encerrado en el frasco —¿Qué cosa eres? —me pregunto porque no es una araña normal, de hecho me muestra unos dientes y que yo sepa, ese insecto no es así.

"¿A quién llamas pequeña, imbécil?"

"Somos muchas más que tú y seguimos multiplicandonos, tú eres el pequeño, estúpido".

"Liberanos, que tenemos que volver con las otras".

—Y encima habla —opino.

"¡Nos está escuchando!". Se alarman como si fuera el fin del mundo.

"¡¿Quién le dió permiso?!"

"Nosotras no".

—¡Borja! —Entra Lennard a mi carpa y oculto el frasco detrás de mí.

—¿Qué pasa?

—Nada —digo nervioso, intentando no parecer el lobo que habla con una araña, mejor no la muestro.

—¿Seguro? —Alza una ceja.

—Sí ¿Qué ocurre? —Insisto y fuerzo una sonrisa —¿A qué has venido? Estoy ocupado con el artefacto que te dije —expreso sincero aunque resultó ser una araña.

—¿Con un frasco vacío? —inclina cabeza cerciorándose.

"Ja, ja, te descubrieron".

—Sí, vacío —expreso serio al haber sido derrotado otra vez por esa maldita araña.

«A mí me agrada». Dice mi lobo interno ¿Y a esté qué le pasa?

—Bueno... —dice Lennard, ya que se forma un silencio —Ra quiere hacer un ritual de emparejamiento, para pertenecer más rápido a la manada, porque quiere salir y entrar del campamento para buscar el cuerpo de su prometida —me explica —, pero yo creo que unirme con ella ahora no parece un buen momento, luego de todo lo que pasó —opina y suspira —. Sé que no eres el más indicado al que deba preguntarle, porque te besaste con ella una vez, pero eres el alfa, significa que debes darnos la bendición y yo... ¡Ay! —Bufa —Ya no sé qué hacer.

Eso es mucha información de una sola vez y no puedo concentrarme con una araña mirándome. Suena loco lo que pienso, pero parece que escucha detenidamente la conversación y eso es extraño. Es como si le interesara el tema, aunque eso sea ilógico.

—Como dices, no soy el indicado para responder a eso —le aclaro —además no puedo darte la bendición, sería muy incómodo, yo todavía siento una atracción por Ra —expreso y frunce el ceño —. Mira, lo que puedo hacer, es hablar con otro alfa para que te recomiende cómo proceder en estos casos, pero... yo no, lo siento Lennard, prefiero mantenerme al margen.

Suspira.

—Lo sé pero... yo vine por... tu reputación, no quiero que nadie piense que deseas robarte a mi hembra o que digan que mi amigo de la infancia no es un buen alfa. Yo te defiendo siempre y sé que es duro lo que te estoy pidiendo, pero tenía que aclarártelo, tú te lo mereces más que nadie, mereces cualquier explicación sobre el asunto y te las estoy dando.

"Que estúpido". Dice esa araña.

—El que diga que eres un idiota, se equivoca, tú eres muy inteligente Lennard —Sonrío.

Se ríe.

—¿Quién dice eso?

—Nadie, porque el que lo diga, lo despedazare a golpes.

—Y por eso nuestra amistad vale oro —Sonríe ampliamente.

—Claro que sí. Con respecto a el asunto del emparejamiento, primero espera unos días, luego vuelve a hablarle a Ra, quizás recapacite. Ahora sí me disculpas, tengo que seguir con mi frasco vacío —Lo levanto, aunque sigue la araña ahí y él no la vea.

—Tienes razón, gracias Borja.

Lennard se retira de mi carpa y vuelvo a observar a esa Araña.

—Y ahora me vas a decir qué cosa eres y por qué molestas a Ra —exijo.

"¡Ja! Sigue soñando, idiota".

"Y no la molesto, la molestamos".

Encima tiene el atrevimiento de corregirme esa malvada.

—Maldita araña, responde a mis preguntas —Agito el frasco.

"¡Ah quiere matarnos!"

"Mátenlo a él".

"¡No diremos nada!"

"¡Conocemos nuestros derechos!"

—Puedo hacer esto todo el día —Sigo moviendo el frasco.

"De acuerdo, vale, hablaremos".

—Así me gusta —Sonrío sintiéndome ganador.

"En realidad era broma". La araña saca una lengua pequeñita, ni sabía que ese bicho tenía. No, no creo que tenga, pero este no es un insecto normal.

—¿Te crees muy lista o qué? —Acerco el frasco a mi cara.

"Listas". Me corrige otra vez.

"Por cierto sí".

—Ah, ¿sí? —Alzo una ceja —¿Cómo?

"Mala suerte".

De repente, creo que hace un hechizo, porque una ráfaga de viento, que sería imposible en mi carpa, me hace tropezar. El frasco sale volando y se cae al suelo, entonces se rompe, así que el bicho comienza a huir.

—¡Regresa aquí! —intento atraparlo, pero se me escapa, me sorprendo al ver como se convierte en una mariposa negra, que empieza a volar, me levanto del suelo y la sigo, pero la pierdo —No entiendo nada —opino cuando reacciono sobre mi actitud.

«Juro que yo menos». Me aclara mi lobo interno, entonces si él está perdido, yo peor.

Almas Perdidas #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora