10. La luna

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Ragnak

Ha llegado el día, es mi oportunidad. Veo como Borja camina a la salida con su batallón. Se detiene en su camino y observa a los lobos que lo despiden, hace un saludo e indica a quienes agrega para unirse en su viaje, para recuperar la zona que los vampiros les quitaron.

—¡Yo quiero ir! —se queja Lennard mientras yo forcejeo con la soga que todavía tengo el cuello.

—Tú quédate —aclara el morocho —necesito que alguien cuide de esta manada —Luego me mira —. Además, alguien tiene que vigilar al perro —se burla.

Frunzo el ceño.

—¡¿A quién llamas perro?! —grito levantando el puño.

—A ti.

Lennard apoya su mano en mi cabeza y es quien responde.

—Estaremos bien, tú cuídate.

—Eso haré.

—¡Hey, Borja! —lo llama Dante y se gira —¿Te despides de Lennard porqué no tienes quién te espere en tu carpa? —Rodea con el brazo a su compañera.

El alfa entrecierra los ojos y luego sonríe.

—Dante, tú sí deberías venir.

El pelirrojo se sobresalta.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Así si te asesina un vampiro, me saco un problema de encima —Se ríe —. Es broma —Frunce el ceño —es para que demuestres que no solo eres palabras.

Dante termina acompañándolos, mientras yo pienso cómo escapar, ya me lo estoy imaginando, festejo pero olvido que tengo la cuerda y casi me ahorco con esta, así que Lennard se ríe.

—¿Qué haces Ra? —Carcajea.

—¡Quítame esto! —me quejo.

Pone la mano en su barbilla y me observa fijamente en silencio, muy serio se encuentra.

—¿Qué? —digo ya que no me habla.

—¿Quieres bañarte?

—¿En qué idioma crees que hablo? —expreso molesto por el cambio de tema repentino.

—Bueno, ya que no quieres, yo seré el que se bañara —anuncia muy tranquilo con normalidad.

—¿Y yo para que quiero saber eso? —Alzo una ceja.

—Porque no sé dónde dejarte mientras —explica y alza un dedo —. Pensé que podrías ir al lago, las chicas a veces se bañan ahí, o sea acompañarías a Eiya, entre tanto yo voy al otro.

Alza una ceja.

—Las chicas se bañan... —Hago una pausa —¿Ahí?

—Sí —Sonríe e inclina la cabeza —¿También te da vergüenza desnudarte delante de tu mismo sexo?

Me muerdo el labio inferior y hago una pausa bastante larga antes de responderle. Acaba de activar mi lado pervertido, tengo que ver a esas chicas desnudas y aprovechar el momento para observar.

—En absoluto —contesto haciendo una gran sonrisa.

Aplaude.

—Vas progresando, aceptaste que eres chica.

—Algo así —Disimulo.

Desengancha la correa de mi cuello y se gira.

—Ven, sígueme, le diré a Eiya que la acompañaras hoy.

Almas Perdidas #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora