45. Mantener vagos

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Ragnak

Escucho unos pasos en mi carpa, mientras estoy tapado con la manta, de repente me sobresalto cuando me la quitan, entonces me agarran el brazo y me sobresalto, para luego obligarme levantarme, me choco con un torso, así que me enfado, listo para quejarme.

—¡Lenna...! —Detengo mi grito al ver quién es —Borja ¿Qué haces?

Se acerca a mi rostro y me paralizo.

—Yo no mantengo vagos.

—¿Q... ¿Qué? —expreso confundido.

—El luto sobre tu pureza acabó, es hora de trabajar —Me agarra de la mano y me hace caminar fuera de la carpa.

—¡¿Qué te pasa?! —me quejo.

—Lennard viene a contarme todos los días como te deprimes en tu carpa y pensé, como esta chica va a pertenecer a la manada y ya no va a ser un perrito, hay que incorporarla en alguna sección, para que vaya practicando.

Nos detenemos en una carpa semi abierta, la cual tiene un montón de utensilios de cocina y gente trabajando allí.

—¿Qué estamos haciendo aquí? —Alzo una ceja.

—Bienvenida a la sección de la comida, para que le cocines a tu amado Lennard cuando estén emparejados. Por favor no le quemes los manjares que le vas a preparar, perrita —Me da dos palmadas en la espalda y lo miro de mala manera.

—¡¿Te burlas de mí?! —le grito cuando sonríe.

—No, te estoy dando consejos.

—¿Quieres que te golpeé? Mira que puedo echarte un hechizo —Levanto el puño.

—Ah, hablando de eso —Al haber alzado mi mano, me engancha un artefacto anti-magia —. Nada de magia, queremos comida normal, no monstruos —se sigue burlando el maldito —. Y ahora me voy, tengo asuntos más importantes que atender, encargarse de cada hombre lobo de esta manada no es fácil, adiós —Se gira para retirarse.

—¡Oye, no me dejes con estos! —grito frustrado.

—¡Hey, Ra! —Veo que se acerca Eiya —Borja me dijo que te ayude con lo básico, ven, acompáñame —Me empuja hasta todos esos objetos de cocina, que no pensaba tocar en toda mi vida.

Miro un pescado crudo.

—¿Qué se supone que haga con esto? —pregunto señalándolo.

—Tienes que cortarlo para sacarle todas las espinas —Me da un cuchillo —. Mira, así —Se moja las manos en un frasquito y luego agarra el cubierto para mostrarme.

—Que asco, me va a quedar un olor asqueroso —opino tocando al pequeño animal muerto —¿Ya puedo vomitar? —digo con asco.

Eiya se ríe.

—Cálmate Ra, es solo un pescado.

—¿Puedo insultar gente mientras corto este asqueroso animal? —pregunto y ella hace otra carcajada.

—Por mí no hay problema, si te saca la frustración.

—Bien, gracias —Sonrío y luego miro al pescado, comenzando a cortar —. Imbécil Borja, estúpido Lennard, Karely de mierda, magia de porquería, Agatha... —Me quedo quieto mirando la ilusión que aparece a mirarme en frente de la mesa —¿Dónde estás? —digo triste y suspiro.

—Ay —expresa Eiya al darse cuenta —no llores, mejor por qué no lavas los platos, quizás es más relajante —Me entrega uno.

Me refriego los ojos.

—Bueno —Bufo y camino a donde está el recipiente con agua, así comienzo a enjuagar el plato.

Necesito encontrar el cuerpo de Agatha, es lo único que me importa, pero a este ritmo, nunca saldré de esta manada, esto se ha vuelto realmente un proceso muy lento.

Almas Perdidas #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora