Ragnak
No lo puedo creer, estoy fuera del campamento lobuno. Técnicamente acompañado por Lennard, pero al menos es algo. No puedo creer que estoy viendo el lado bueno del asunto. Encima no puedo negar que este lobo supo como salir sin que se dieran cuenta, pero no le voy a felicitar nada, ni siquiera un besito le voy a dar como él cree. Aunque lo hace más porque está enojado con Borja todavía. Solo espero encontrar al metamórfico rápido y que nadie se entere de que nos fuimos.
Sigo la dirección que leí en el mapa anteriormente y Lennard camina a mi lado, juega moviendo en círculos a mi correa. No me la ha puesto, pero sé que la trajo por las dudas, la tiene atada en su muñeca.
—Puedes dejar de girar eso, me distraes —lo reprendo.
—Es que estoy nervioso —Hace puchero —, nunca he estado por aquí, no soy un lobo explorador, así que no estoy acostumbrado.
—No necesitas ser un lobo explorador, patrullero o incluso de batalla para caminar y mover esa cinta, déjala quieta y ya —Lo miro de mala manera.
—Eres mala —Si tuviera orejas de lobo hasta seguro las baja con la carita que me observa —. No serías buen líder, Borja daría palabras de aliento o algo parecido.
—Para tu consuelo, nunca llegué a ser general porque a un esclavo no le dan tanta importancia.
—¿Y tú general es bueno? —Sonríe y parece que el miedo se le esfumó al distraerse en la conversación.
—El general Bernal es todo menos buena persona, trata a todo el mundo de mala manera desde que su mujer murió, y eso incluye a su hija, Agatha. Técnicamente la culpa porque su esposa falleció en el parto.
—¡Ah! —Reacciona —Tu prometida, que ya murió, ahora el hombre se debe sentir muy mal, se quedó sin hija también.
—No murió —Lo miro de refilón.
—Eso porque no lo aceptaste aún.
—Shh —Lo agarro de la camiseta que hoy sí tiene y la tironeo para que se esconda detrás de unos arbustos.
—¿Qué sucede? —pregunta en tono bajo, agachándose junto a mí.
—Súcubos.
Observo los enormes árboles, un montón de chicas con poca ropa y alas negras saltan entre las grandes hojas. Bajo mi vista al suelo viendo los huesos de hombres que han sido comidos. Hay súcubos que andan solas y otras en grupos, este debe ser uno de esos nidos. Son demonios del sexo, a diferencia de un íncubo, estos comen energía vital de los hombres y no de las mujeres. También usan feromonas para hipnotizar a sus presas. No puedo creer lo que voy a decir, pero tengo suerte de ser una chica ahora. Bueno, no tanta, teniendo en cuenta que mi acompañante es un macho y el único que puede sacarme el artefacto anti-magia. Maldición, no puedo creer que tenga que protegerlo, no tengo tanta suerte en realidad.
"Mala suerte".
Escucho a Agatha y me sobresalto, el arbusto se rompe, entonces nos tropezamos, las súcubos se giran a observar nuestra presencia.
—Ra, creo que tenemos un problema —dice Lennard desde el suelo.
—¡No me digas! —le grito con sarcasmo.
Baja una aterrizando con sus alas de demonio abiertas y le sonríe a Lennard, hasta le revolotea las pestañas a modo de coqueta.
—Hola, guapo.
—Hola, je, je —Ríe embobado, ya le lanzó sus feromonas.
Ella se agacha y le agarra la barbilla.
—¿Quieres divertirte conmigo?
—Je, je ¿Por qué no?
Me levanto, agarro una piedra y le doy un golpe en la cabeza a Lennard, tirándosela, ya que mi mano no lo va hacer reaccionar.
—¡Estúpido! —le grito.
Se levanta de un salto y lloriquea.
—¡Ay! Ra, que mala.
—¡Rápido, quitame esto! —hablo del artefacto anti-magia —¡Tengo que hacer un hechizo para que no te afecte la feromona!
—¡¡No te metas!! —expresa enfadada la súcubo, salta y me pega una patada, así que salgo volando y golpeándome con el suelo. Se gira de manera sensual, y se abraza a Lennard, embobándolo otra vez —¿Vienes conmigo?
Mierda, me lastimé la espalda. Me quedo adolorido en el suelo, por la fuerza sobrehumana de esa mujer. Veo como se lleva al hombre lobo a una de sus hojas. Mientras las otras súcubos la miran con envidia, fue más rápida. Maldición, no puedo pararme, mi pierna todavía es un problema. Veo a la mariposa y mis ojos se abren en grande.
"10 minutos".
¿Qué quiere decir con eso?
El artefacto anti-magia se abre solo y de repente mi cuerpo comienza a cambiar. Mi cabello deja de ser largo, mis manos se hacen más grandes, todo brilla y me duele el cuerpo. Reacciono, entonces me siento en aquel suelo sorprendido.
Soy hombre otra vez.
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Almas Perdidas #8
ParanormalAgatha murió y Ragnak se encuentra desaparecido. Solo hay una culpable, la bruja que tiene las manos manchadas en sangre. Aquella chica desconocida que tuvó que huir obligatoriamente porque la culparon enseguida. Ella que en realidad es él. Descubre...